CAPÍTULO 18: Eventos, bailes y revelaciones

6.7K 384 229
                                    

Garret

La fiesta de los Smith es hoy y, por consiguiente, sería la primera vez que interactuaría en sociedad junto a mi ''familia''.

Primeramente hay que recalcar que la familia Smith se caracteriza por la extravagancia y el exceso de superlativos, Ev los cataloga como estrafalarios. El ochenta por ciento de las fiestas sociales de la ciudad son preparadas por ellos. Para mí no son más que una bola de presumidos que no tienen nada mejor que hacer que montar un evento cada vez que se le añade un millón a su riqueza.

Ridículo.

Pero esa ridiculez me venía como anillo al dedo en este momento. Mi plan iba viento en popa, por lo que Lori, Mateo y yo estábamos en boca de toda la ciudad. No he aclarado ni desmentido nada para dar más de qué hablar y hoy todo ''saldrá a luz''. Es un evento al estilo cóctel, así que podremos llevar a Mat e irnos temprano en caso de que Lo o él se sientan incómodos.

Ya me encontraba vestido con mi smoking, peinado y perfumado para la ocasión. En serio detestaba el exceso de elegancia, pero tenía un protocolo que seguir. Me dirigía hacia la puerta de mi habitación cuando unos toques a la misma me alertaron antes de abrirla.

—Mami, ¿ya estás lista?

Mat.

Abrí la puerta descubriendo tras de la misma a un tierno Mateo dentro de un diminuto smoking. Su ceño fruncido habitual se hizo presente al ver que buscaba a su madre en la habitación equivocada. Resopló y se cruzó de brazos con frustración. Cuando un puchero se formó en sus labios y vislumbré el ligero cristalizamiento de sus ojos mis alarmas comenzaron a sonar.

—¿Qué ocurre, campeón? —pregunté a la vez que me arrodillaba sobre una pierna para quedar a su altura.

—Me perdí otra vez —su labio inferior comenzó a temblar—. No encuentro a mi mami.

Joder, ¿por qué me siento tan mal?

Bueno, es lógico que a nadie le sienta bien ver a un pequeño al borde de las lágrimas, pero...no sé cómo explicarlo...me duele.

—Es normal que aún no te ubiques, sólo llevas una semana aquí y los pasillos son casi iguales.

—Pero mi mamá me enseñó el camino y siempre lo olvido —agachó la cabecita.

—No te preocupes, yo te llevaré —sin previo aviso lo tomé entre mis brazos y me levanté—. Y recuérdame cuando regresemos que sueles perderte, me encargaré de que no vuelva a pasar.

—¿En serio?

—¿Sabes leer mapas?

—¿Cómo los de las películas de piratas? —asentí—. Sí, más o menos.

—Bien —le sonreí y me devolvió el gesto con una pequeña mueca.

Me encaminé hacia la habitación de mi novia. Al posicionarnos frente a la puerta el puchero de Mat volvió, lucía decepcionado.

—Estuvo aquí todo el tiempo... —murmuró con desánimo.

Necesito hacerlo sentir mejor.

—¿Sabes? Cuando me mudé a la mansión Harriet me pasaba exactamente lo mismo, me perdía todo el tiempo. Me costó un par de meses adaptarme, y Evan siempre me daba las direcciones equivocadas para que siguiera perdido.

—¿De verdad? —sus ojitos azules me escanearon con curiosidad.

—Mhm —asentí—. Adaptarse a un nuevo hogar siempre es difícil al principio, pero no dejes que eso te desanime. Pronto conocerás cada rincón de la casa.

Contrato: "Familia en Arreglo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora