CAPÍTULO 44: Locura en Atlantic Beach

6.4K 370 149
                                    

Lorraine

Creí que con la llegada de las vacaciones, y el tiempo extra que las mismas traen para pasar con mi hijo, sería más sencillo reajustar mis horarios para disfrutar más de dos horas al día con él. Y lo fue. El problema no fueron los horarios ni el tiempo, sino que Mateo literalmente es una máquina especializada en el agotamiento físico de los adultos. Falta poco para que empiece julio, ¡y yo ya quiero que sea septiembre!

Toda esta situación de la aparentemente inagotable energía de mi niño me resultaba irónica, ya que cuando vivía con Roy, siempre quise justo esto, verlo correr, jugar y divertirse hasta el cansancio como un niño ordinario. No me malentiendan, amo que esté así de feliz. Lo que no amo tanto es que al final de cada día me voy a la cama sintiendo que un camión me atropelló.

A veces pensaba en que, si solo con un niño, Garret y yo nos estábamos volviendo locos, cuando adoptemos a Marjorie será diez veces peor. Aunque ya tendría tiempo de lamentarme por ello cuando la niña al fin esté en casa con nosotros.

Marjie...

Desde que aclaré las cosas con Garret y supe lo tonta que había sido al no comunicarle mis sentimientos con respecto a la adopción, no he dejado de pensar en cómo será nuestra vida cuando la hadita sea oficialmente nuestra hija. Muero por verla en casa, jugando con su hermano, siendo la nueva consentida de la familia, dándole escalofríos a Regina cada vez que la llame abuela, ''buscando hadas'' en el jardín...será hermoso.

Aún no le hemos dicho nada a la niña acerca de nuestra intención de adoptarla, estamos esperando a que nos otorguen el permiso judicial para aplicar para la adopción y, hasta que no la tengamos, no le daremos la noticia.

A Mat tampoco le hemos dicho que dentro de poco dejará de ser hijo único y, a decir verdad, me preocupa su reacción. Él nunca ha demostrado ser un niño celoso a la hora de compartir la atención, pero no es lo mismo con una prima que con una hermana. Además, si no siente celos, quizás simplemente no le agrade la idea y opte por ignorar a Marjie, lo cual por obvias razones la hará sentir mal. O tal vez estoy siendo muy pesimista y se lo tome bien. En todo caso, no le diremos nada hasta que llegue el momento justo.

Pero ya me calentaré la cabeza con ese asunto cuando regresemos de nuestras cortas vacaciones, ahora la prioridad es terminar de empacar ya que dentro de un par de horas debemos estar en el puerto para abordar el yate privado de la familia que nos transportará a Atlantic Beach. Para ser sincera, me quedé helada cuando Garret me informó con total naturalidad que iríamos en el yate familiar, aunque pensándolo bien no debí sorprenderme si ya he viajado en su jet privado.

Había acabado de cerciorarme de que no se me quedaba nada por empacar cuando mi walkie-talkie comenzó a sonar y se filtró la voz de Mat a través del mismo.

—Mami, tengo un problema.

Exhalé con pesadez y tomé mi walkie-talkie. Por el tono de voz que usó y teniendo en cuenta que tampoco usó nuestros nombres en clave como suele hacer, supuse que era algo serio.

—¿Qué ocurrió, cariño?

—No encuentro a Spidey.

—Ay, Mateo —suspiré, cansada—. Me cansé de repetirte ayer que lo tuvieras todo listo. Esto es lo que ocurre cuando correteas por toda la casa y dejas tus juguetes tirados por ahí.

—Lo sé y lo siento —sonaba arrepentido—. Ya lo he buscado por todas partes, pero en el lugar en el que creo que está no puedo entrar.

—¿Qué lugar es ese?

—El despacho de papá. Está cerrado con llave y si cuando regrese le digo que Spidey está extraviado, se va a enojar conmigo también.

Dudo que pueda enojarse contigo, eres su consentido.

Contrato: "Familia en Arreglo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora