CAPITULO 21

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Oh dios mío, en que me metí, es lo único que se repite en mi cabeza.

Max nota mi cara de pánico y se acerca y deja leves caricias en mi mejilla que me hacen cerrar los ojos.

—Tranquila, sabes que nunca haría algo para dañarte—dice suavemente mirándome directo a los ojos—Esto que ves aquí—señala la pequeña bolsa de tercio pelo rosada—Es un vibrador para tu clítoris. Te la pondré cuando quieras, si al final de la cena decides ir conmigo lo entenderé y lo mismo pasa si decides no ir.

Me sonríe cálidamente y le devuelvo la sonrisa antes de robarle un beso.

Justo en ese momento llega un camarero llenando nuestras copas de champagne me sonrojo cuando repara en la bolsita rosada que se encuentra sobre la mesa y nos da una mirada cómplice, hago ademan para quitarla pero Max me sido esa mirada si la quitas habrá castigo aprieto mis muslos con anticipación, Max debe de saber lo que pienso ya que sonríe un poco y se desordena el cabello.

Volteo la cabeza cuando escucho un grito proveniente de la mesa que está al lado de nosotros, una chica se abalanza sobre un chico que imagino que debe ser su cita, lo besa en los labios y luego baja su vista a sus manos donde se encuentran dos papeles y cuando agudizo mi ojo me doy cuenta de que son entradas para el concierto de The Neighbourhood abro mis ojos con impresión, ya sabía que la próxima semana The Neighbourhood iba a venir a dar un concierto, intente comprar las boletas pero se agotaron demasiado rápido lo que me desilusiono.

Cuando vuelvo a sentarme correctamente Max sigue viendo a la pareja con su ceño fruncido hasta que parece recordar algo.

—Joder—maldice y lo veo con cara de póker—Me había olvidado del concierto.

—Oh dios, ¿tienes entradas para el concierto de The Neighbourhood?—pregunto con los ojos en plato.

—Eh, si—dice mientras revisa su teléfono—Jane y yo habías pensado ir—lo único que puedo pensar es quien mierda es Jane—Es una amiga.

Sonríe al ver mi cara indignada.

—Si quieres puedes ir—propone.

—No quiero ser el mal tercio—digo jugando con la servilleta.

—No creo que lo seas, Jane no ha dicho nada así que ella perdió la oportunidad de ir—voltea los ojos con exasperación—Así que no quiero ir solo y que mejor compañía que la tuya—dice pícaro.

—Alto hay vaquero—pongo una mano en su cara que estaba solo a centímetro de la mía—Se supone que ibas a ir con ella no solo... Puedes votarla así.

— Claro que puedo, el concierto va a ser la próxima semana yo paso a recogerte una hora antes y creme que nos vamos a divertir.

Levanto una ceja.

«Viendo a The Neighbourhood, al fin y al cabo es nuestra banda favorita ¿No?»

Mentiría si digiera que no estaba emocionada, mierda quería saltar sobre él y abrazarlo, pero me contuve claramente.

—Gracias—le regale una gran sonrisa.

Bebimos un poco de champagne y charlamos, luego pedimos la cena, yo pedí pasta con croissant y ensalada de cherrys, zanahoria y cebolla frita, Max solo pidió pasta con albóndigas.

Hablamos un poco hasta que no podía dejar de mirar la bolsita rosada, tenía demasiadas expectativas, el me mira fijamente y me tomo de la mano sin decir nada, tomo la bolsita y me guio hasta adentro del restaurante, luego  hasta una esquina donde habían puertas grandes, me había dado cuenta que este restaurante tenia algunos detalles victorianos.

Entramos a una habitación y me di cuenta que eran baños, traga saliva cuando mi garganta se reseco.

Entramos a un baño y sin esperar Max empezó a besarme y no me resistí, empecé a desordenar su cabello, su mano empezó a dirigirse al sur y agradecí por traer vestido ya que el trabajo se hizo más fácil, empezó a estimularme un poco antes de sacar la bolsa de su bolsillo y con delicadeza sacar el vibrador era pequeño y rosado y tenía una forma rara.

—Esto—dijo con la voz estrangulada—Va aquí—empezó a guiarlo hasta que lo puso sobre mi clítoris, se sentía frio y me hizo vibrar todo mi cuerpo, se mordió los labios y me dio un pico antes de alejarse un poco, saco un pequeño control, presiono el botón y empecé a sentir descargas por todo mi cuerpo «en especial mi clítoris claramente» me agarre de sus hombros para no caer, me fui imposible no gemir fuertemente.

—Shhhh, no queremos que nos escuchen y nos echen del restaurante—puso un dedo en mis labios intentando callar m gemidos—¿O sí?

—Dios—me toque la frente y estaba hirviendo.

—Ahora vamos a ver tu talento para ser actriz—lo mire con los ojos entrecerrados—Vamos a salir y terminar la cena como si no pasar nada aquí abajo—roso mis pliegues.

Me beso, miro a la puerta para ver si no había moros en la costa y me hizo una señal.

—Yo voy primero, esperas unos minutos y sales tú—asentí y me dirigí al lavabo para tomar un poco de agua ponerla en mi cuello y arreglarme el cabello que lo tenía echo un desastre, tome aire e intente no temblar.

Ya habían pasado unos cinco minutos así que decidí salir y poner mi mejor cara. Cuando estaba llegando vi al señor Tom en nuestra mesa charlando con Max juro que estaba a punto de devolverme cuando Max me vio y me hizo señas para que me acercara.

Camine rápidamente hacia la mesa apretando mis labios intentando no gemir.

—Hola—me saludo Tom y asentí con la cabeza en modo de saludo, me senté y empecé a beber el champagne de mi copa.

—Tom es un gran socio de mis padres y un segundo padre para mí.

—Cómo olvidar cuando corría desnudo por toda la casa, Andrea casi siempre se desmayaba al ver a su hijo mostrando su penecito—habla con un acento un poco raro así que cuando comprendí lo último que dijo casi me atraganto con el champagne que estaba bebiendo.

La cereza del pastel fue ver a Max sonrojado y me entraron ganas de estrujarlo ya que parecía supremamente tierno.

Estuvimos hablando un poco y yo no dejaba de estrujar el mantel sobre mis manos intentando concentrarme en algo que no fuera la exquisita sensación del vibrador.

—Si padre son dueños de.... Umm—me tape la boca con la mano cuando sin querer se me escapo un gemido he intente disimularlo tosiendo—The Hills.

Logre decir.

—Si es un gran hotel—dice el señor Tom, me ha preguntado en que estudio, y en que trabajan mis padres.

Luego de unos minutos se va y me embuto toda la comía intentando pasar mi vergüenza, sentía como el sudor se resbalaba por mi frente y mi escote y Max lo único que hacía era verme con una mirada que no logre descifrar.

Terminamos de comer, nos despedimos de Tom y salimos del restaurante tomados de la mano.

—Vamos a mi auto—dijo cuándo estábamos ya en el exterior.

—Yo traje mi auto.

—Eso no es problema—dijo y le hizo una seña a un señor gigante de por lo menos dos metros vestido todo de negro.

— ¿Guardaespaldas?— pregunte y al ver que asintió confirmo mis sospechas, es el hijo perdido del presidente.

—Él se encargara de llevar tu auto hasta tucasa—asentí y me guio a su Range Rover me abrió la puerta e ingrese einmediatamente sentí su exquisita colonia por todo el auto, apoye la cabeza enel respaldo y me deje llevar.



Hola, he estado muy perdida lo lamento.


Gracias por leer y apoyar mi historia, espero que les este gustando.

El Arte Del Amor/ TERMINADA [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora