CAPÍTULO 48

885 91 12
                                    

Max

Tomo una copa de whisky de un trago, tenía que ser una maldita broma, mi novia no me recordaba, vuelvo a recordar cuando mi corazón se partió junto con sus hirientes palabras.

Estoy en un bar al otro extremo de la ciudad, cuando salí echando humo por las orejas todos se acercaron preocupados a preguntar qué había sucedido y lo único que respondi es que no me recordaba.

Unas simples palabras pero un gran abismo, no me recordaba, no recordaba mis besos, mis caricias ni mis palabras.

Cuando me van a servir otra copa le quitó la botella y bebo directo de ella, desabrochó otro botón de mi camisa al sentirme sofocado.

Sabia que nada de esto era culpa de Alessha, si no del bastardo que provocó el accidente, estaba siendo prudente esperando que Alessha pudiera contarme lo sucedido cuando se sintiera preparada pero estaba a poco de llamar a mis contactos y que ellos se hicieran cargo.


Cuando veo que unas prostitutas del bar pretender acercarse decido que ya es hora de irme, dejó un fajo de billetes de cien en la mesa sabiendo que Page el triple de lo que se supone que debía pagar.

Cuando pretendo subirme a mi motocicleta desisto rápidamente de la idea al darme cuenta que apenas era capaz de mantenerme de pie.

Luego de diez minutos y sin saber muy bien como logro contactarme con John para que viniera conmigo, sabía que si subía en mi motocicleta así lo más probable fuera que me accidentara, no quería otro accidente.

Ignoro olímpicamente a John el cual me da todo un sermón en el camino, nos dirigimos hacia mi apartamento por lo que no me quejo.

Tras un par de intentos logramos llegar a este y apenas tocó la cama quedó profundo como una roca.


****

Al día siguiente mi madre llega y me prepara infusiones para el dolor de cabeza.
— No te puedes desanimar, lo sucedido no es culpa de ninguno pero sería la tuya si no luchas por recuperar la relación.

Suspiro asimilando sus palabras, no podía perderla, simplemente no, había aprendido a quererla, disfrutar tiempo a su lado volviéndome adicto a sus besos y su cuerpo.

No sabía cómo pero iba a recuperarla.

****

Exactamente tres días después luego de meditar muy bien las cosas voy al hospital.

En el camino entro a la biblioteca y compro algunos libros.

Cuando llega mi madre me entra los aperitivos que le había pedido.

Acomodo mi pelo y entro a la habitación, Alessha se encuentra leyendo un libro Mujercitas.

Sonrio, me había contado que era su favorito.
—Toc toc — llamo a la puerta y ella inmediatamente voltea su rostro —Hola —saludo y ella muerde su labio nerviosamente mientras cierra el libro.
—Hola, lamento mucho lo de vez pasada, juro que no suelo ser así.
—Tranquila —comento y cierro la puerta, me acomodo en el sofá al lado de la camilla, dejó en la camilla los libros que traje 1984, mentiras peligrosas, Todo este tiempo; entre otros, son una combinación de libros de nuestros favoritos.
—Se que debes estar preguntándote que mierda haces aquí, pero no te preocupes, se que todo en este momento puede ser muy confuso para ti Alessha, pero creeme que vas a salir de esta —asiente con su cabeza —Yo quiero ayudarte, puede que sea complicado pero tengo fe que poco a poco te vas a ir recuperando y recordando algunas cosas; todo a su debido tiempo.

Saco de la bolsa los aperitivos que traje, Mochis que son un dulce japonés que amamos, burritos y batidos de fresa que son los favoritos de ella.
Distingo su rostro de sorpresa al ver todo.
—Son mis favoritos —dice como una niña pequeña agarrando los Mochis.
—Lo sé.

Empezamos a comer y a hablar, está muy confunsa aunque intentaba no demostrarlo, intento ropero el hielo hablando sobre su serie favorita y aunque intentaba seguirme el ritmo más de una vez se quedaba trabada o en blanco y me volvía a preguntar de qué estamos hablando.

Terminamos de comer y empezamos a leer los libros, yo inicio con todo este tiempo y Alessha con 1984.

Leemos hasta que se nos cansan los ojos y la hora de visita se termina.



Toda la semana hacemos lo mismo, comer, leer y hablar sobre gustos.
El lunes deseo cambiar un poco de plan y vamos al jardín del exterior.

—Hoy vamos a salir.
—¿Salir?
—Si —con ayuda de una enfermera con mucho cuidado vamos a fuera.

Mientras bajamos las escaleras Alessha se apoya en mi brazo ya que continua un poco débil por el accidente y los medicamentos.
Llegamos al exterior y nos sentamos en una banca con vista a una fuente y las flores.
El canto de los pájaros con acompañan.
—¿Dónde estamos? — pregunta.
—En el jardín.
—ahh okey.

Minutos después en los que estamos en silencio.
—¿Dónde estamos?
Respiro profundamente.
—Estamos en el jardín.
—Okey.
—¿Que vamos a hacer?
—Justo iba a eso, quiero preguntarte cómo estás.
—¿Cómo estoy?
—Si, como te has sentido, como llevas todo esto.
—Bueno es una pregunta muy difícil —responde lentamente —Una pregunta muy difícil, yo… me siento ¿mal? Es muy complicado por qué mi mayor incógnita eres tú —me mira directo a los ojos —Aunque no me quejo tu compañía me ha traído muchas paz, pero ni mamá ni papá me quiere responder sobre Alex.
—¿Alex?
—Si, es m..mi ex —respira entrecortadamente —El me había encontrado y tenía mucho miedo por qué no quería volver a…a —empieza a sollozar y la atraigo a mis brazos, luego de unos minutos se aleja y lentamente apoya su cabeza en mi hombro y yo apoyo mi mejilla en su cabeza disfrutando del momento de paz que me trae.

El Arte Del Amor/ TERMINADA [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora