El Arte Del Amor/ TERMINADA [+21]

CAPÍTULO 44

Max

Nervioso camino de un lado a otro por mi apartamento, tenía una sensación extraña, sentía un vértigo terrible en mi estómago como si me avisará que algo malo iba a suceder, o tal vez ya allá sucedido.


Respiro profundamente yendo por un vaso pero me rindo al sentir mi mano y todo mi cuerpo temblar.

Escucho mi teléfono sonar por alguna parte de la sala y voy rápidamente por el contestando sin reparar el nombre de la persona.

—¿Hola?
—Max —Escucho la voz entrecortada de Monique la madre de Alessha y temo lo peor.
—Si —contesto dudoso.
—Oh por dios, Alessha mi niña —empieza a sollozar y siento como la sangre abandona mi rostro por lo que me obligo a sentarme ya que las piernas no me rrespondían —Ella… estaba bien s-se suponía que estaba contigo y…y me acaban de llamar del hospital —su llanto la obliga a detenerse — Mi hija sufrió un accidente un auto le… le choco y ella esta mal muy mal.

Siento las lágrimas caer por mis mejillas, no lloro desde que tengo doce años.

—Esta en el hospital central, se que ella te necesita a tu lado — no me doy cuenta en qué momento cuelga pero me quedo estático Alessha la mujer que amo y aunque suene apresurado sé que quiero pasar el resto de mi vida con ella y estoy consciente de que en cualquier momento puede irse y dejarme, lleno de rabia estrelló el cular que esta en mis manos contra el TV de pantalla grande rompiendo los dos en el proceso.


Respiro como un toro y llamo a Freid el chófer de mi padre para que me lleve al hospital, cinco minutos después vamos en camino mientras la culpa me carcome, no debí dejarla ir hubiera preferido mil veces que me sucediera a mi no a ella.


Llegamos al hospital y en recepción pregunto por ella presentándome como su novio.

Subo de dos en dos las escaleras hasta llegar a urgencias donde encuentro los padres de ella junto con Anna y John los cuales al darse cuenta de mi presencia se acercan.

Anna es la primera en llegar la cual no duda en abrazarme y esconderse en mi cuello, le devuelvo el abrazo sabiendo lo difícil que debe ser para ella ya que Alessha es su mejor amiga y más de una vez me había dicho que Anna es como una hermana para ella.

—Todo va a estar bien, es una mujer muy fuerte — digo intentando calmarnos a los dos.

John me mira y también me abraza y sin decir una palabra ya que sus ojos lo dicen todo, saludo a los padres de Alessha y la señora Prada no duda ni un segundo en abrazarme y empezar a sollozar.

— Ella va a salir de esta — murmura y siento mis ojos aguarse.

Nos sentamos en las bancas a espera de un médico que nos confirme que está fuera de peligro, en todo este tiempo que fue aproximadamente media hora, todos nuestro recuerdos de producen en mi mente, como solo hace unas horas la tenia en mis brazos disfrutando su calor y sus besos y ahora estaba teniendo perderla para siempre.


Su risa que ilumina toda la habitación su seguridad y sus hermosos ojos que siempre me restan y nunca tiemblan, su mentón en alto y a cada parte que va demostrando su valor e ingenio pero también su generosidad y buen corazón.

Recuerda siempre verla por el campus y quedar hechizada por ella, río al recordar como cambie más de una clase solo para encontrarme con ella en los pasillos, adoraba verla ya que me transmitía paz y seguridad, siempre cuando quería algo una por ello sin importar lo que cueste; eso me hizo enamorar de ella ya que no necesitaba la aprobación de un hombro o portarse estúpida ante la presencia de uno para llamar su atención.


Respiro profundamente, cuando preguntan por los familiares de Alessha Prada todos nos paramos esperando buenas noticias.


—Buenas tardes, soy el doctor Morgan — inicia el doctor con canas y expresión de cansancio — La señorita Prada presenta una leve contusión cerebral, su cabeza choco contra el vidrio durante el choque, el movimiento tan brusco provocó que su cerebro se moviera hacia adelante y hacia atrás Esto provoca cambios químicos en el cerebro y, a veces, lesiones en las células cerebrales. Le hemos hecho las pruebas correspondientes y hemos decidido introducirla a un coma momentáneo mientras monitoreamos que los daños no sean mayores.

—Pero ¿mi hija estará bien?
—Por el momento no podemos confirmar nada, solo esperar que responda positivamente a los  examenes — asiente con su cabeza y se retira.

Todo este tiempo me quedo pensando en todo y a la vez en nada.


****
La miro aún sin comprender que es la misma Alessha que solo hace unas horas estaba riendo y cantando, radiando luz y tranquilidad; y ahora estaba en un camilla pálida, con sus labios morados y sus ojos hinchados.

Me quedo mirando la venda que cubre su cabeza sintiendo como la sangre me hierve, aprieto mis puños deseando matar a quien se atrevió a hacerle daño.


Salgo de la habitación y me encuentro con John que pretendía hablar pero niego no deseo hablar con nadie.


Voy a la cafetería y pido una botella de agua mientras a mi mente llegan recuerdos de nuestros primeros encuentros y recuerdo las llamadas y mensajes que siempre le llegaban, sus ataques de pánico que no quise indagar de más esperando que cuando se sintiera segura me lo confesara.

Pero también recuerdo el extraño comportamiento de los padres de Alessha.

—Alessha te ha contado — pregunta el padre de Alessha.

—Contarme  sobre que — interrogó y noto como se vuelve pálido y segundos después se convierte rojo como un tomate.
—Olvidalo — lo miro sin comprender mientras el ingresa a la habitación del hospital donde se encuentra su hija.


Me suena que hay gato encerrado en este asunto. Voy rápidamente a la sala de espera pero lo último que esperaba era encontrar a oficiales de la policía allí.