El Arte Del Amor/ TERMINADA [+21]

CAPITULO 28

Han pasado algunos días los cuales Max me ha estado ignorando y no solo eso parece que algo lo ha estado atormentando ya que siempre anda con su ceño fruncido y dándole miradas asesinas a todos, e intentando más de una vez acercarme y preguntarle que le ha pasado pero no da mucha respuesta ya que siempre responde con monosílabas.

En este tiempo he estado probando y combinando diferentes paletas de colores para usar en la obra, estamos a inicios de Septiembre y hemos adelantado considerablemente en el proyecto el cual todavía me sigue generando nervios y un poco de ansiedad, la verdad que es y ha sido un trabajo muy complejo poder combinar a la perfección la fotografía y pintura y que no sea tan obvia la diferencia, hemos decido por una obra surrealista, con figuras muy al estilo de Picasso pero la excepción es que cada figura reasentara algo diferente, un sentimiento o algún miedo, representar la ira, tristeza, lujuria, exuberancia etc.

Muerdo mi barra de chocolate mientras pienso en el museo y en la posibilidad de que podamos llegar a ganar, sé que cambiaría totalmente el rumbo de mi vida, es solo una de un millón de probabilidad de que ganemos pero nada me impide soñar, suspiro y tomo mi iPad intentando que el tic de mi mano se detenga, a veces me veo al espejo y me pregunto dónde quedo esa niña de cinco años que amaba jugar y reír, que siempre estaba con una sonrisa y que amaba hacer cualquier cosa para sacarle sonrisa a los demás, ahora que me veo al espejo y no encuentro ninguna sonrisa o rastro de felicidad, solo unas enormes ojeras y lágrimas que me recuerdan diariamente como todo en un momento puede estar bien y al otro no, como hoy puedo estar viva y mañana no.

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—Usualmente hago bocetos o ilustraciones en mi iPad ya que tiene muchas herramientas, pero cuando quiero probar otras técnicas como la óptica, gouache o para dar texturas y por ciertos esas son unas de mis técnicas favoritas así que en cualquier momento libre que tengo las practico—le hablo a Samy una chica de por lo menos diecisiete años que está haciendo su primer semestre de pintura y usualmente recurre a mí para preguntarme sus dudas sobre diferentes temas que se ven o como aplicar diferentes técnicas, la verdad es que amo hablar con ella sobre lo que más me apasiona que es la pintura.

—¿Qué técnicas usaras para tu cuadro?–al ver mi mirada de incertidumbre ella aclara—El de la competencia para el MUSEO DE ARTE Y BELLEZA.

—Oh, estaba pensando en usar un poco de Dilución, acuarela seca y pintura encáustica.

—Sé que van a ganar, he visto todas tus pinturas y son magníficas y he oído hablar de que Max es muy buen fotógrafo—dice emocionada—Aunque también muy muy guapo, a veces lo veo pasar y siento que mi corazón para por un segundo en especial sus gestos serios lo hacen ver como un chico malo—dice con aire soñador.

Aprieto mi mandíbula al escucharla hablar así de Max.

—Dicen que es muy bueno en la cama—Samy dice mientras sus mejillas se encienden como tomates.

—Si, aparte de ser muy bueno con sus dedos—lo último lo digo en un susurro apenas audible.

—¿Qué dijiste? No te escuche bien.

—Nada—finjo una sonrisa—Creo que es hora de irme, nos vemos Samy.

Me despido de ella mientras voy hacia la salida de la universidad buscando las llaves de mi auto en mi bolso. Cuando estoy en el estacionamiento encuentro a una chica con unos hermosos ojos azules y un largo cabello negro vistiendo un vestido que apenas entraba a su cuerpo de lo apretado que estaba, se encontraba junto a mi auto mirando desesperadamente hacia todos los lados cuando su mirada se encuentra con la mía sus ojos prenden una chispa que puedo distinguir como rabia.

—¡TU!—grita mientras me señala y bien corriendo hacia mí y enserio empiezo a temer por mi persona.

—¿Yo?—me señalo mientras la veo como si fuera una loca aunque estaba pensando seriamente que en verdad lo era.