CAPITULO 22

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Siento como mi pulso aumenta y mis piernas empiezan a temblar, me agarro fuertemente del respaldo del asiento y mantengo mi cabeza agachada, mientras aprieto mis muslos.

Escucho como la puerta se abre y luego cierra, levanto mi cabeza y veo a Max el cual mantiene la vista hacia la carretera, nota mi mirada sobre él y voltea su cabeza, me sonríe y se acerca y empieza a dejar leves caricias en mi mejillas antes de acercarse y besarme, con su lengua delinea mis labios, abro mi boca y lo dejo ingresar empieza una guerra por tomar el control del beso, me agarro de sus anchos hombros mientras nuestras lenguas juegan entre ellas, empiezo a gemir sobre su boca mientras siento mi vientre apretarse y me dejo llevar, dejo un pequeño pico en sus labios para separarme sintiendo los deliciosos espasmos.

****

Cuando siento el auto detenerse, miro por la ventana y veo que estamos en el edificio donde vive Max, el sale del auto y lo rodea para luego abrirme la puerta, le sonrió y salgo del auto mientras nos encaminamos a la entrada del edificio, llegamos a la recepción y la misma chica de la otra vez se está ahí y levanta las cejas sugerentemente cuando pasamos así que le guiño un ojo y nos encaminamos a los asesores y la mano de Max baja hasta mis glúteos.

Entramos al ascensor el cual esta milagrosamente solo, así que importándonos una mierda las cámaras de seguridad, empezamos a comernos la boca mutuamente, toda esta tensión que hemos estado acumulando está a punto de estallar.  Max me estampa contra la pared del ascensor mientras presiona un botón para detenerlo.

Sin decir más palabras empieza a besar mi cuello mientras se restriega contra mi centro.

—Sí, así—empiezo a gemir sintiendo su prominente erección.

Él pone un dedo sobre mis labios para  indicar silencio, pero lo empiezo chupar metiéndomelo en la boca mientras lo veo directo a los ojos.

Veo como vuelve a presionar un botón y el ascensor empieza a funcionar, pero igual todavía nos queda 36 pisos por recorrer.

Max toma mi cadera con fuerza y empieza a golpear nuestras partes, como si estuviéramos teniendo sexo.

La sensación es tan exquisita que lo único que puedo hacer es blanquear los ojos y mordisquear mi labio inferior.

—Mierda—murmura él. Mientras se restriega contra mí en movimientos circulares, todavía tengo el vibrador sobre mi clítoris justo cuando va a tocarlo el ascensor suena diciendo que ya llegamos, nos separamos rápidamente, acomodo un poco mi cabello y mi vestido, Max me toma de la mano y juntos salimos del ascensor.

Ingresamos y Max me deja un pequeño pico sobre mis labios.

—Ya regreso, siéntete como en casa—tras decir eso desaparece de mi vista, empiezo a recorrer la sal de estar que esta alumbrada por una hermoso candelabro, veo como en una esquina hay un tocadiscos y algunos vinilos, paso mi dedo sobre ellos sintiendo su textura.

—Regrese—dice llegando a mi lado causándome un mini infarto.

—¡Casi me matas!—exclamo mientras le dejo un pequeño golpe en su brazo que no me había dado cuenta pero se encontraba desnudo, empiezo a recorrer mi vista por sus brazos llenos de músculos subiendo hasta llegar a su pecho que se encontraba desnudo,  se había quitado su camiseta.

—¿Disfrutando la vista?—dice en tono arrogante provocando que ponga mis ojos en blanco.

Se cierne sobre mí con su gran altura, se encorva un poco para que nuestras caras estén al mismo nivel, besa suavemente mis parpados para luego besar mis pómulos y finalmente cuando llega a mis labios nos infundimos en un gran beso.

Max empieza a pasar sus manos por mis curvas para luego subir a mis pechos y apretarlos con deseo.

Empieza a dejar besos húmedos por mi cuello para bajar lentamente y llegar a mis pechos y pasar la lengua por ellos provocando que mis pezones se remarquen en el vestido, yo tomo fuertemente del cabello mientras lo acerco más a mis pechos y restregar su cara contra ellos.

Sin decir nada Max me toma de las caderas y me sube provocando que enrede mis piernas en su cintura, y mi vestido se sube dejando mi trasero al aire el cual segundos después se encuentra siendo manoseado por Max.

Continuamos besándonos mientras caminamos me imagino que a su habitación. Me deposita en la superficie suave de su cama, la cual la distingo al sentir su suavidad, se aleja un momento para encender unas luces parpadeantes que rodean toda la cabecera de su cama, levanto mi cabeza en una posición no tan cómoda para poder verlas y veo como con un control que el maneja van cambiando de color.

—Cuando te dije que no te follaria ese día no fue para quedar como príncipe azul, digamos que tengo otra perspectiva del sexo—dice mientras camina alrededor de la cama como todo un depredador y yo parezco su presa acostada en la cama con la respiración agitada—No me conformo con un polvo rápido me gusta ir más allá—hace una pausa mientras me ve directo a los ojos con una expresión seria—Por eso te dije que mantengas la mente abierta.

No digo nada, mierda estoy un poco asustada pero muy expectante con lo que vaya a suceder.

—Si te llegas a sentir incomoda no pienses dos veces para decírmelo—se acerca lentamente a la cama para luego estar a una escasa distancia—Si quieres parar parare, quiero que ambos disfrutemos ¿Okey?

—Si—digo en un pequeño susurro apenas audible.

—¿Cómo?

—Si—digo más segura y veo como él sonríe.

–Perfecto—roza un poco nuestros labios antes de tomar mis muñecas y subirlas al cabecero y con una tela que no había reparado las empieza a amarra, abro mis ojos y labios con sorpresa y lo único que él hace es poner un dedo sobre mis labios y regalarme una sonrisa que esconde muchas cosas.

Con delicadeza como una pluma empieza a quitar mi vestido con sumo cuidado, cuando el vestido ya está fuera de mi cuerpo quedando solo en bragas ya que no llevaba sostén y por lo visto Max no se había dado cuenta ya que suelta un jadeo ahogado.

—Me vas a matar—dice y luego empieza a besar y morder mis doloridos pezones mientras jadeo, empieza a bajar hasta llegar a mi vientre el cual lame y chupa con determinación, deja un camino de besos hasta mis muslos para luego subir y llegar a mi centro donde da una gran lamida antes de bajar mis bragas, se separa un poco de la cama y saca una caja negra de mármol la cual abre y saca un objeto, no sé cómo describirlo es una palo largo en cual en un extremo tiene como unas plumas o algo por el estilo que se ven demasiado suaves.

Max empieza a pasar esas plumas por mis pechos y siento un delicioso hormigueo.

—Oh si si—no sé cómo describir la sensación pero es increíble, empieza a bajar esas plumas hasta llegar a mi centro y empezar a acariciarlo con eso, siento todo mi cuerpo vibrar al ritmo del objeto, agarro fuertemente la tela que tiene amarrada mis manos intentando liberarme necesitaba jodidamente liberarme y tocar y arañar a Max.

—Ni lo intentes preciosa—dice él y como tonta me sonrojo.

Respiro profundamente mientras aprieto mis muslos, la sensación es increíblemente extraña quiero que continúe pero a la vez quiero que se detenga, el hormigueo de mi sexo me provoca deliciosos espasmos que me tienen revolcando en la cama.

Max pone su mano firme en mi muslo indicando que me quede quieta antes de empezar a tocar mis pliegues con sus manos antes de meter dos dedos profundamente haciéndome gemir como necesitada, curva sus dedos llegando a ese punto de nervios que se siente como cielo, sigo impactada por el poder de Max para dar placer, como lo había dicho he estado con más chicos pero no le llegan ni a los talones, aunque no pienso decirlo e inflarme más su enorme ego.

Siento el clímax arrastrarme sin piedad.

—Mierda... mierda Siii—gimo mientras arqueo mi espalda.

Mi respiración es agitada y desastrosa, me quedo unos segundos intentando recuperar mi respiración, volteo mi cabeza y veo a Max sacar un frasco de la caja en cual tiene una gran etiqueta que dice Aceite Afrodisiaco Ylang-Ylang. Y algo me dice que la diversión esta  por comenzar.


Espero que lo disfruten.

El Arte Del Amor/ TERMINADA [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora