-Bien, ya estoy aquí,...¿Y ahora qué?
Me adentré en el frondoso bosque. Por la noche era horripilante estar ahí, pero no tenía opción si quería llegar antes a territorio lobuno.
-Sigue recto hasta que veas una señal blanca en los árboles marcando los límites. Cuando llegues tendrás que ser lo más sigilosa posible, podrán oír cualquier sonido que les parezca inusual -dijo mi padre al otro lado del walkitalki. Por orden de los sabios, le habían encomendado de que me indicara los pasos a seguir hasta un cierto punto en que lo tendría que hacerlo yo sola.
Corrí entre los árboles, esquivando cualquier raíz o rama que me entorpeciera, e incluso algún hoyo que no se veía ante tanta oscuridad.
Ya estaba acostumbrada a estar en sitios así, aunque este era el más tranquilo que me haya encontrado. Demasiado para mi gusto. En otras expediciones tenía que vigilar cada dos por tres mi espalda y con mis armas siempre levantadas.
Después de unos minutos corriendo pude ver la marca fluorescente en los árboles trazando la línea de los territorios.
-Ya estoy aquí -digo pulsando el botón sin la necesidad de decir "cambio y corto"
-Bien, ahora tendrás que dejar el walkitalki y cualquier cosa que haga mucho ruido... Te quedarás completamente sola.
Me quité cualquier arma que pudiera tintinear y me quedé sólo con mis dos cuchillos de plata. No entraría en combate, pero aun así es mejor llevarte algo... por autoprotección.
Antes de apagar el aparato escucho la voz de mi padre.
-Serafina...ten cuidado.
Tardé en responderle pero aun así lo hice.
-Lo tendré.
Apagué el comunicador y le quité las pilas para más seguridad. Los dejé ocultos tras de un árbol junto con mis armas y me encaré a la línea imaginaria.
Respiré profundamente, preparándome. Era una misión de sigilo y reconocimiento y tengo que estar lo más tranquila posible para cumplirla. Debo prestar toda atención a cada movimiento que me rodeé sin alterar nada.
Yo preferiría atacar lo antes posible, pero no tenía órdenes para ello.
Antes de dar un paso, me embarduné en una loción que camuflaba mi olor mundano y cogí barro para envolverme con el entorno, sin llegar a manchar mi ropa.
Una vez lista, corrí como un rayo.
Me movía con facilidad, saltando de árbol en árbol sin hacer mucho ruido. Para ser humana admitía que era increíble la manera en que me movía, como si fuera una ilusión, aunque los años de entrenamiento duro y de pruebas de supervivencia me han hecho más ágil y más fuerte.
El aire nocturno impacta en mi cara. No era una noche tan fría, pero notaba que mi cuerpo se entumecía por la suave brisa. Debería de haberme puesto más ropa que la que llevaba, pero esta era la oportunidad de lucirla sin que sea en una congregación de la Expomanga.
Calculé que llevaba más de tres horas moviéndose cuando el olor a comida recién cocinada y el sonido de instrumentos musicales me detuvo. Ya estaba lo bastante cerca y debía de avanzar más despacio o si no me pillarían.
Me subí a las ramas más altas, escondiéndome entre las hojas. Gracias a Dios no tenía miedo a las alturas. Me aproximé un poco más y una vez que estuve oculta de toda iluminación me asomé un poco.
Era como una miniatura de pueblo pero algo más moderno. Las casas de diferentes alturas y de distintas arquitecturas, estaban esparcidas por todos lados y en el centro había una plaza que comunicaba todas las callejuelas. Se celebraba una especie de fiesta donde un montón de personas se congregaban allí y bailaban al son de una orquesta o bebían y comían lo que estaban asando en una hoguera. Era como ver la aldea gala de Asterix y Obelix adaptada al s. XXI.
ESTÁS LEYENDO
Cazadora vs Alfa
WerewolfNovela para +16. No, si ya me lo pintaban bien para ser verdad. Como regalo de mis decimonoveno cumpleaños y de que -por fin- saliera del bachiller con un aprobado raspado, me ofrecen ir a espiar las "intenciones" de una de las manadas más peligrosa...