Tiré todos los libros y registros en la enorme mesa alargada, sin preocuparme de que molestara a alguien por las escasas personas que había.
Era comprensible. Con el caos que se había formado a nadie le apetecería salir de casa para meterse en este agujero.
El edificio de los registros de los cazadores era también usado como una biblioteca,...bueno era una biblioteca para los empollones. Solo entré aquí dos veces y esas dos veces como castigo.
Deja de criticarte, me recordé.
Soltando un fuerte suspiro y preparada me senté en la silla y separé los libros de las encuadernaciones de la forma más ordenada en mi izquierda, cogí uno de la pequeña montaña y con un folio y un bolígrafo en disposición, abrí el libro rebuscando lo que me interesaba.
Sin embargo los ojos de un hombre lobo me mantenía desconcentrada. No podía evitar girar los ojos y saber lo que hacía a más de cinco metros de mí, de pie y con los brazos cruzados.
La advertencia de Evans de tener alguien que me vigilara- dijo "proteger", pero era más que fuera mi niñera- había sido dicha y hecha. Nada más a dos minutos de entrar el hombre lobo se presenta bajo las órdenes de su Alfa y se pone tras de mí. No dije nada, bufé de fastidio y a lo mío. El pobre hombre no tenía que pagar mis malos humos, sino el verdadero culpable de que los tuviera.
Aparte de los demonios, dejándolos para el final, rebusqué en las otras especies mágicas; posesiones, control de la voluntad, borrar los recuerdos, infiltración al inconsciente, alucinaciones,... El folio lo garabateaba, pero no encontraba nada preciso de lo que a Xavier le había pasado.
Era bueno y malo, así descartaba otros seres que nos quisieran atacar, y malo de que si no había nada en los demonios, era como volver al principio del rompecabezas.
Al leer lo de los demonios había ciertos temas aparte del que buscaba que me daban curiosidad y las leía, escribiéndolas en mis apuntes para luego enlazarlo.
Pasada tres horas en los registros, obtuve lo que necesitaba.
Los demonios eran los culpables.
Aparte de los ataques al pueblo, de ese fuego fatuo, también confirmé de que eran capaces de controlar a alguien contra su voluntad, para luego poder borrarles los recuerdos de su posesión.
Sin embargo, no hubo mención de la luz que comentó Xavier.
Y otra pregunta circulaba por mi mente, al ver la reacción de Evans antes de desaparecer.
¿Tendría alguna relación con los demonios?
Cansada y frustrada por la falta de respuestas. Me levanté y me fui con mi guardia otorgado hasta casa. Un camino en silencio en que ninguno hablaba.
Dios, me ponía los pelos de punta que alguien que no conozco me siguiera, ¿cómo lo deberían pasar las princesas de verdad? Supongo que sería horrible no poder hacer tu vida como quisieras. Doy gracias que de pequeña no me dio la tontería de Disney.
Pero en vez de una princesa, me sentía como una prisionera. El sabor amargo en mi garganta me lo advertía.
Pensando en otras cosas para mantener mi conciencia ocupada, llegué a mi casa y me volteé.
-Gracias por haberme acompañado, pero a partir de hora estaré bien. Mis padres deben de estar ya dentro y no saldré hasta mañana -dije con una falsa sonrisa.
Todo para librarme ya de él.
-Pero... -el hombre lobo quiso protestar. Las aletas de su nariz se movieron y más tranquilo volvió a mirarme.
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Cazadora vs Alfa
WerewolfNovela para +16. No, si ya me lo pintaban bien para ser verdad. Como regalo de mis decimonoveno cumpleaños y de que -por fin- saliera del bachiller con un aprobado raspado, me ofrecen ir a espiar las "intenciones" de una de las manadas más peligrosa...