...
-¿Qué?
¿Qué era eso?¿Acaso he entendido mal? Si no es así ¿Qué significa esa palabra que suena como a asignatura de colegio?
Pero no me contestó. Cogió las cuerdas una por una y las iba partiendo con sus propias manos. Ya había visto que los seres sobrenaturales rompían las cosas con facilidad, como si de papel se tratase, pero esta vez me quedo asombrada.
Cuando todas las destrozadas cuerdas cayeron al suelo, sus manos acariciaron mi cuerpo en busca de heridas. Donde me tocaba, una corriente eléctrica iba a mi columna, poniéndose lo más recta posible. Mi piel ardía por las zonas que recorrían sus manos ¿Qué coño me pasaba?
Tomó mi rostro y sus ojos se oscurecieron viendo mis mejillas hinchadas de los dos puñetazos anteriores. Al ver esos ojos tan fríos, todo en mí se detuvo por el miedo.
-¿Quién ha sido? -dijo seriamente y con una voz que congelaba la sangre.
Me quedé muda. Todos nos quedamos mudos. No sabía que si llegara a chivarme, sería yo la que pagaría las consecuencias.
Sin embargo no hizo falta las palabras para saberlo. Se levantó y quedó frente a su Beta.
-No... -el Beta le miraba con puro terror.
-Dame una buena explicación, Beta Malhon.
-Alfa...no sabía que sería...se infiltró en nuestro territorio y cumplí con el procedimiento...
-No me sirve.
Y ser visto y no visto, el brazo en forma de garra de aquel chico atravesó el estómago del hombre. De su boca salía una línea espesas de sangre y sus ojos estaban bien abiertos, saliéndose de sus órbitas. Antes de morir y desplomarse en su brazo, hizo una especie de convulsiones.
Sin consideración, se zafó del cadáver lanzándolo por el suelo. Yo miraba petrificada la mirada perdida del Beta y como la sangre se iba expandiendo debajo del agujero de su cuerpo, manchando todo a su paso.
Giré mi cabeza, aterrorizada, ante la imagen ensangrentada del chico en que sus ojos se iban aclarando a su color normal y al verme me sonrió.
-Ya está, no tienes nada que temer -dijo acariciando mi cara y mirándome con afecto.
Su contacto me tranquilizaba, pero mis ojos no se despegaban del brazo manchado en sangre y de que la camisa había sido teñida de color rojo. Había visto con mis propios ojos al frío Alfa de la manada Blood Dark matar a su Beta sin ningún titubeo y de una forma muy cruel. Ahora sólo podía pensar cual sería mi destino, ajena a sus tranquilizadoras palabras.
Se levanta y da órdenes a los dos hombres paralizados por el miedo.
-Esta es una advertencia de lo que sucede cuando se toca algo que es mío. Tirad el cuerpo por el acantilado y limpiad todo este desastre.
-¡Sí Alfa...! - vociferaron los dos y rápidamente cumplieron con su tarea, escapándose de mi vista el cuerpo del Beta.
De repente el chico se acerca y como si fuera paja me sienta en el otro brazo -que no estaba manchado- y me saca de ese tenebroso cuarto.
¿Qué podía hacer? Estaba en shock. Mi voz no quería salir y mis fuerzas por luchar las había perdido nada más verle. Me estaba comportando como una niña asustadiza, y no lo podía evitar.
El chico no me fuerza a entablar una conversación. Simplemente me saca de aquel oscuro lugar y nos recibe el comienzo del amanecer detrás de los árboles ¿Cuánto tiempo llevaba ahí metida? ¿Más de cuatro horas? Mi padre y Simón debían de estar preocupados, pero ese era el menor de mis males.
ESTÁS LEYENDO
Cazadora vs Alfa
WerewolfNovela para +16. No, si ya me lo pintaban bien para ser verdad. Como regalo de mis decimonoveno cumpleaños y de que -por fin- saliera del bachiller con un aprobado raspado, me ofrecen ir a espiar las "intenciones" de una de las manadas más peligrosa...