17. JODIDAMENTE EXASPERANTE

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Sin corregir.

La música de un rockero era lo único que sonaba en la taberna. Nadie hablaba, ni siquiera se atrevían a mover un músculo. La mortífera mirada de Evans paralizaba a toda su manada.

Yo también estaba quieta, pero mi terquedad y mi enfado me superaban. Solté un fuerte resoplido y me dirigí a los que me rodeaban.

-¡He ganado, así que ya podéis dadme la pasta! -digo con mi simpática personalidad, no iba a dejar que Evans me fastidiara la noche.

Veo las miradas de sorpresa y de incredulidad puestas en mí. Los pasos de Evans se van acercando a donde estaba y yo me encaro a él.

-¡Hey! ¿Quieres participar? Esto es realmente divertido -digo alzando la cerveza y tomando un trago delante suya. La verdad es que estar borracha y mareada ayudaba un poco a hablarle de esa forma.

Sin pararse y sin decir nada coge mi mano y tira de ella, obligándome a que me levantara bruscamente y que me hiciera daño con la mesa. Nadie hacía nada y tampoco lo iba a pedir. Sigue tirando de mí hacía la salida.

-¡No he pagado por la cerveza! -Digo pero el me sigue ignorando y apretando su mano muy fuerte para que no me escape. Ya en la entrada me aferro al marco y grito- ¡Deli, sírvete del bote! -Y ya solo estando mi cabeza a la vista de todos vuelvo a gritar- ¡Ha sido un placer!

Afuera estaba muy oscuro. No había ninguna farola o luz que alumbrara el suelo. Evans insistía en los tirones del brazo y en no querer mirarme. No tenía opción que seguirle como un perrito faldero, pero la borrachera me hacía tambalearme y perder el equilibrio al andar.

En un momento de subir una colina Evans se gira y me coge por las piernas. Mi peso no es un problema para su hombro. Tuve que aguantar las ganas de vomitar su espalda, un gran esfuerzo. En todo momento no hablamos. Yo estaba ocupada en que no me saliera la primera papilla y él en gruñir y en respirar una y otra vez.

Las luces de la casa nos guiaron por donde ibamos. Evans me deja en el suelo pero vuelve a tirar de mi mano. Me arrastra por las escaleras hasta llegar a la habitación. Estaba algo desorientada. Me costaba visualizar las cosas ¿Qué pasaba? ¿Qué hace? me preguntaba cada que se movía.

Me doy cuenta que estábamos en el baño, busco el toilet y al levantar la tapa ya tiro toda la bebida de mi cuerpo. Noto una mano en mi espalda dando círculos y otra que me recoge el pelo. Me sentía avergonzada de que alguien me mirara así, incluso más si era Evans, que al estar tan callado me ponía nerviosa, ¿qué estará pensando de mí? Cosas bonitas lo dudo.

Cuando ya me calmé y con la mano le indicaba que no vomitaría de más me aparta de la taza y me carga entre sus brazos ¿me iba a llevar a la cama? Eso suena bien.

Deja de cargarme y me recuesta. Para ser la cama está algo dura y húmeda. Abro de nuevo los ojos y aquello no era la habitación. Seguía estando en el baño, dentro de la mampara de la ducha.

-¿Qué...? -busco con la mirada a Evans, y al encontrarle soy atacada por un buena ráfaga de agua de la alcachofa.

Grito por la sorpresa y porque el agua estaba muy muy fría, como si la hubieran guardado a -10 grados. Me muevo como una loca por lo menos para esquivarlos, pero esto es muy pequeño y la movilidad es nula.

-¡Para ya! -grito algo más despierta- ¡QUÉ PARES YA JODER!

-No me hables en ese tono -dice Evans serio pero divirtiéndose en mojarme- Apestas a alcohol y a cigarrillos, y tengo una nariz tan fina que no puedo soporta el olor.

-¡Idiota! -Intento cerrar la llave de la ducha pero sus movimientos son muy rápidos y me cuesta ganarle a su astucia.

-¿Ya estás sobria?

Cazadora vs AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora