Me desplomé en la cama agotada, dándome de bruces con la almohada. Tenía la boca seca y los oídos desgastados.
La disputa con mi padre ha sido ídem de lo mismo. Ya sabía que no llevaba bien el tema de que me fuera a la manada de Evans y no podía hacer nada por evitarlo salvo que quisiera una batalla sangrienta con ellos, pero no hacía falta que me lo recordara. Lo que sí tenía claro era que descubriera el punto débil acercándome más a Evans.
"La manada Dark Blood era de las más temidas y despiadadas. Habían invadido territorio humano y querían expandirse, sin importar el coste". Al conocerles pensé que todo aquello había sido una invención.
Ya no estaba segura si seguir con esto. No es que quisiera quedarme allí para siempre, pero había cogido cariño estar con Diane y Dely, ¿y a Evans también? Mis sentimientos estaban alterados cuando estaba en su presencia. Me intimidaba pero a la vez me atraía. Le temía pero también me gustaba estar con él. Cuando raramente sonríe mi corazón se acelera, y estaba claro que no era por miedo.
Exasperada me recosté boca arriba. Había sido un día muy largo y todo lo que creía se derrumbaba ¿Por qué el mundo no me dejaba en paz un buen rato, o mejor aún, una larga temporada? Desearía tener unas buenas vacaciones en las Malvidas.
¿Y ahora qué harás, S? Una cosa si que tenía clara, ¡dormirme de una vez!
Miré por la ventana. Era genial tener mi cama empotrada bajo las dos enormes ventanas. Incómodo cuando salía el sol al no bajar las persianas, pero agradable en contemplar las estrellas estando en mi cama y disfrutando de la agradable brisa nocturna. Esta noche se veían con claridad las estrellas.
Alcé mi mano quisiendo atrapar una y me reí por mi estupidez al retirarla. Mi cabeza no estaba en buen funcionamiento. Me arropé y me acurruqué. La comodidad de mi pijama de seda y las finas sábanas me daban un agradable calor y que me llevarían pronto a un maravilloso sueño recuperador.
A punto de dormirme oigo el chasquido del cerrojo de la ventana. Sin pensármelo, saco debajo de la cama una pequeña hacha curvada y arrebato contra el extraño que entró. Sin embargo, mi muñeca es detenida y el roce del metal se encuentra con unos ojos dorados. La respiración que contuve la suelto y retiro el arma. Evans me contemplaba algo serio.
-Es peligroso dormir debajo de una ventana con una ligera cerradura -dice regañándome.
-Por eso tengo esto -digo zarandeando el hacha frente a sus ojos...¿por qué seguían dorados?- ¿Qué haces aquí?
-Te dije que vendría cuando terminara -cierra la ventana y, arrebatando el arma de mis manos, lo lanza lejos con un ligero ruido.
-¡¿Qué haces?! Será mejor que te vayas. Mis padres están...
-Tus padres están profundamente dormidos gracias a unas hierbas -dice olfateando el aire y ahora poniendo toda la atención en mí mientras se acercaba- Y no pienso ir a ninguna parte.
Me alejo y voy a levantarme, pero Evans me coge del tobillo y me desliza por debajo de su cuerpo. Lucho por quitármelo, y una vez más, Evans agarra mis muñecas y me las pone a los lazos de mi cabeza sin que me doliera.
-Hiciste una promesa, Serafina -dice acercando su rostro. Su olor de excitación era tan fuerte que me abrumaba- Y ya no puedo esperar más por cumplirla.
Y como era inevitable, sus labios rozan los míos. Después de varios meses, mi cuerpo se estremeció de golpe y respiró de alivio. No podía creer que me hubiera olvidado del dulce sabor de sus labios, aunque una parte de mí lo recordaba con claridad y lo había deseado desde la primera vez.
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Cazadora vs Alfa
WerewolfNovela para +16. No, si ya me lo pintaban bien para ser verdad. Como regalo de mis decimonoveno cumpleaños y de que -por fin- saliera del bachiller con un aprobado raspado, me ofrecen ir a espiar las "intenciones" de una de las manadas más peligrosa...