10. UNA REUNIÓN MUY ESCANDALOSA

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Me encontraba debajo de la alcachofa de lluvia del cuarto de baño. Evans me había ordenado que fuera a la ducha para quitarme toda la sangre seca y la suciedad, mientras que él hacia lo mismo pero en otro baño.

El agua caliente que caía directamente del techo me ayudaba a relajarme. No tenía sentido como había terminado de nuevo aquí, pero como había dicho, estaba aquí de nuevo. Mi huida no fue para nada exitosa como yo creía.

Pero algo dentro de mí se alegraba de que no fuera como lo planeaba. Era extraño, pero estaba feliz. Y más contenta me puse cuando ví mi traje doblado en la cama y en perfecto estado.

Cierro la llave de la ducha y salgo de ella empapando todo el suelo hasta llegar a la percha y coger la toalla. Mi piel olía a lavanda gracias al gel de ducha y eso me gustaba, me tranquilizaba.

Miré por la puerta entreabierta si había alguien en la habitación. Ni una mosca. Abrí la puerta y fui hacia las bolsas de ropa para ponerme algo. Cogí lo básico, unos vaqueros y una camiseta blanca, con unas botas militares. Si ya se me había comprado esa ropa y no tenía una más decente, pues aprovecharía la ocasión.

En el momento en que ya me había puesto todo, la puerta de la habitación se abre y aparece el autoritario Evans. Doy un respingo ante la sorpresa. Un poco más y me ve casi desnuda.

-¿Estás lista? -dice mirándome de arriba a abajo.

Yo hago lo mismo. Evans llevaba unos pantalones negros de traje y unos zapatos a juego. Su camisa blanca e impoluta la tenía medio abierta, apreciando a la vista los huesos de su cuello. Se le veía más maduro y masculino, sacado de una revista de moda. Toda la saliva que babeaba me la tuve que tragar.

-¿Para qué? -dije boquiabierta. No sabía lo que quería hacer ahora, y menos vestidos de formas muy distintas.

Evans se acerca y coge mi mano. Unas chispas recorren mi columna vertebral.

-Ven conmigo -dice muy serio y tira de mí, saliendo de la habitación.

¿Qué tenía pensado? Le seguí sin decir palabra y sin oponer resistencia, ya que sería inútil ¿Acaso había planeado algo? ¿O quiere castigarme? Un nudo se me hace en la garganta. Si había visto con mis propios ojos como había matado a su Beta sin una expresión en su cara, lo mio sería una tortura muy lenta...pero si era otro tipo de castigo, que sea delicado.

Me lleva hacia una de las puertas del pasillo y nos detenemos frente a ella. Saca una llave de su bolsillo y la introduce en la cerradura. Después de dos giros abre la puerta y me mete para adentro.

Se trataba de su despacho, algo similar al de mi padre pero más moderno. Deambulo un poco hasta que escucho que Evans cierra la puerta de nuevo con llave. Al girarme ya me vuelve a agarrar y a arrastrarme a su escritorio repleto de papeles.

-Siéntate aquí -pero en vez de hacerlo yo es él quien me pone en la silla al lado de un sillón de cuero. Cuando se aparta veo un proyector en el techo y en frente un enorme telón blanco con una cámara de ordenador.

-¿Qué es esto? -digo refiriéndome a la situación, no a lo que es el proyector.

-Una reunión que vamos a tener para aclarar las cosas -dice Evans mirando su portátil fijamente y haciendo click con el ratón.

Una reunión...¿será una videoconferencia? ¿Pero con quién? Trago saliva, deseando que no sea a la persona que estoy pensando, pero debido a que mi suerte es pésima en estos momentos, va a ser eso.

Una vez terminado todo y la imagen se proyecta en la pantalla Evans se sienta en el sillón, a mi lado. Prefiero no mirarle a la cara, ya estaba bastante consternada para tener que descifrar la expresión que está haciendo.

Cazadora vs AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora