32. Inicio de la pelea

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Los nobles se quedaron viendo al recien llegado de las tierras de Kouka, no entendían qué hacía ese chico tan joven interponiéndose ante otra persona, y menos si esa persona era de un reino que estaba en tensión con ellos. Estaban empezando impacientarse para herirlo o matarlo si el chico se interponía en su misión de matar a Yotaka.

Amaya: general Tae-Woo, sus hombres se están acercando- hablo la chica, para que nada malo le sucediera al chico, los hombres de Xing se mostraban sorprendidos al saber que ese "niño" era en realidad un general de Kouka, eso hablaba de lo fuerte que eran sus soldados.

Fue cuando los amigos del chico haciendo escándalo consiguiendo que los nobles los dejaran ir a Yotaka junto a los recien llegados, aunque, los de Xing se mostraban preocupados de que su idea no saliera como tenían planeado, su única opción era depender de lo que estuviera pasando en el palacio en el que estaba Kou Ren.

Amaya: es momento de que nos separemos- dijo de la nada cuando metieron al soldado de Xing en una de las tiendas de los soldados de la tierra del viento, Tae-Woo se mostró extrañado por sus palabras.

Tae-Woo: ¿necesitas que te acompañemos, señorita Amaya?- no quería dejar a esa chica sola, tanto por lo inofensiva que se veía como por la promesa que le hizo a Hak de proteger a todos ellos.

Amaya: ... el destino ya está escrito, tengo que ayudar al grupo, y no puedo dejar a los tuyos sin su líder- sonrió de manera maternal para después irse sin voltear a ver al chico de pelo negro.

Tae-Woo: ... ... cuídese señorita Amaya-grito cuando la chica estaba a varios metros de distancia. La chica de pelo violeta levantó su mano dándoles a entender que le había escuchado.


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Del otro lado de donde estaban aconteciendo las cosas, ya con el sol rascando el alba, los cuatro dragones, Yona, las princesas de Xing, Yoon, Argila y Voldo se estaban aproximando a la frontera entre ambos reinos. El cansancio y las heridas de todos les hacían ir a paso lento con dolor en sus rostro y notorio cansancio de una larga noche de peleas.

Hak se quedaba dormido en intervalos, apoyándose de a tantos en el hombro de Yona, Kija y Jae-Ha se apoyaban mutuamente mientras que Zeno hacía lo que podía cargando a un debilitado Shin-Ha, mientras que la pequeña Tao ayudaba a su hermana mayor a caminar, los demás caminaban al ritmo de los demás.

Zeno: ... ... hay algo raro en el aire- llamó la atención de sus allegados, su mirada estaba justo a donde se dirigían- es como cuando los soldados de Kai nos atacaron. Las ansias y el odio de mezclan en el aire. Se siente el ambiente pesado.

Jae-Ha: ¿Dónde se encuentra nuestra hermanita?- pregunto lo que los demás estaban pensando y no se animaban a preguntar. Hak y Yona se miraron entre si para después suspirar.

Yona: vio algo- hablo en voz baja, no quería que los demás escucharan- se separó de nosotros antes de que entremos en el terreno de Xing, la dejamos junto a los hombres y mujeres de la tierra del viento- los cuatro dragones asintieron comprendiendo la razón de porque la chica con la venda en sus ojos no estaba presente.

Voldo: el campamento está delante- no había escuchado las palabras del rubio por lo que no prestó atención- podremos buscar a Yotaka- el chico no era encontrado desde la noche anterior fue a recorrer el terreno.

Cuando estuvieron enfrente del campamento no pudieron evitar sentir el ambiente tenso entre ellos al verlos venir a ellos mismos. Todos estaban reunidos en un tumulto que preocupaba a todos. Los chicos estaban alerta, pese a su cansancio, prestaban atención de todo lo que sucedía. Pero, nada les preparó para lo que sucedería a continuación.

La ambición de los nobles de Xing, en especial el sacerdote Gobi, era enorme, tanto que no temían el herir a nadie en el proceso, por lo que no les molesto el lanzar cuerdas al cuello de los cuatro dragones haciendo que el aire enseguida escaseara de sus pulmones y dejándoles más débiles de lo que ya estaban, Zeno, el único que estaba un poco mejor le apretaron más la soga haciendo que, ahora si, se sintiera peor.

Kou Ren: déjales ir, ellos no tienen nada que ver- trato de que esos hombres, notoriamente mercenarios, soltaran a esos hombres.

Gobi: no lo haremos, nos pueden ser de utilidad si el reino de Kouka nos atacan. Además, usted misma los ha capturado para utilizarlos a tu beneficio.

Kou Ren: si eso es lo que crees, no podremos llegar a un acuerdo- tensó su propio arco preparándose para atacar al sacerdote, aunque, los mercenarios también tensaron sus arcos hacia la primera princesa.

Gobi: si eso es lo que quieres, ¡disparen!- sin más las flechas fueron soltadas dirigiéndose a la princesa que también soltó una de sus flechas.

Yona: ¡NO!- gritó interponiéndose entre las flechas que fueron lanzadas y la princesa, acarreando que los dragones no tuvieran más cansancio en su cuerpos, al igual que Hak, quien trataba de llegar a donde estaba la chica.

Entre los cuatro consiguieron que las flechas que se dirigen a la princesa. La sensación que todos tuvieron al ver eso se sintieron sorprendidos y, para los que estaban junto a Gobi, anhelo de tener el poder que utilizaron esos cuatro para proteger a esa chica con la capucha en su cabeza. Enseguida que el poder que desprendían Kija, Shin-Ha, Jae-Ha y Zeno terminó de proyectarse, los cuatro se desmayaran.

Soldado: ¡ese es el poder de esos monstruos!

General: ¡es injusto que solo Kouka tengan este tipo de poder!

Gobi: ¡hay que poseer esos poderes!

El egoísmo estaba presente en sus palabras, la envidia era notoria en sus palabras. Todos los presentes se mostraban enojados de no poseer ese tipo de poderes para ellos mismos y no compartirlo con el imperio que estaban buscando atacarlos. Yona y los chicos hacían lo posible para que esos hombres no se llevaron a los chicos que estaban inconscientes, por lo que estaban todos tan concentrados de rescatar, o secuestrar, a esos cuatro chicos que no se dieron cuenta cuando, desde el final de sus filas, empezaba a orquestar un golpe.

Dos sombras se acercaban con gran rapidez hacia donde estaban reunidos todos, uno de ellos estaba matando a diestra y siniestra y, cuando los que iban a morir notaban al susodicho, ya era tarde, los mataba tan rápido como lo veían. La segunda sombra, los herida de gravedad, aunque, nunca lo suficiente como para matarles, solo para que no les molestaran.

Kou Ren: ¡Mizari!- exclamó al ver al chico tan herido mientras que Gobi se mostraba enojado de verlo aún con vida.

Yona: ¡Amaya-san!- ella exclamó preocupada al ver como la chica se manejaba tan bien en las peleas entre ella misma y los mercenarios que caían uno tras otro.

Amaya: oh, buenos días señorita. Amaya esta muy feliz de que usted este bien- comento la chica mientras noqueaba a otro de los soldados presentes- ... el rey Soo-Woon está a punto de llegar, y, por fin conseguirá conocer una de las formas de utilizar el poder del Muryuu en la batalla.

Inservible (Abi y Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora