Una pequeña mentira

25

Los días transcurrieron y Eijiro continuó con sus entrenamientos, salidas y paseos hasta llegar a su nuevo año escolar.

Y la prueba por la cual estuvo entrenando todo este tiempo.

¿Era molesto?

Si.

¿Se sentía fastidiado?

Siempre.

¿Tenía ganas de cogerse al primer alfa que se cruzará en frente?

No.

Kirishima sonrio de forma retadora hacia sus maestros y el director quien personalmente fue a supervisar aquella prueba.

Debía de admitirlo era algo incómodo tener tantos ojos encima sin embargo se sentía orgulloso.

Ya no se sentía enfermo o necesitado ya no lloriqueaba y gemía para poder ser usado como contenedor de semen.

Su piel endurecida sus reacciones a la defensiva y gruñidos de advertencia.

Se sentía bastante bien poder tener control sobre su cuerpo de nuevo.

– Eso es todo –  Al escuchar aquello el joven tuvo que durar un rato para poder volver a la normalidad dejando de estar alerta.

Trás varios minutos sudado e inevitablemente caliente pude ir con quiénes me debían de dar el visto bueno.

Jadeaba mareado.

Aizawa me ayudó.

– Bien hecho Kirishima ya puedes descansar – al caer en el asiento me removí dejando salir un ligero gemido – Tus padres vendrán por ti en cualquier momento – simplemente asentí cerrando mis ojos.

Estaba en celo.

Habían dicho que si o si debía de estar en ese estado ya que era cuando estaba más vulnerable.

También me prohibieron el hecho de tomar supresores sin importar las circunstancias amenos que sea absolutamente necesario.

Según Aizawa tomar los supresores harían que mi celo fuera inestable y se acumulen creando oleadas de calor mucho más fuertes.

Estaba a punto de poder relajarme cuando de forma instantánea sentí la necesidad de defenderme.

– Kirishima soy yo está bien calma... – Mic se había acercado a mi con un poco de agua, suspiré y tome aquella bebida.

Esto siempre era igual. No importaba quien se apareciera siempre me ponía alerta.

Esto me duraba un par de horas y como estaba pasando en los últimos meses había estado preocupando a mis amigos aún así... Se que valdrá la pena.

Mientras pueda recuperar el control de mi vida todo esto solo será un divertido recuerdo.

– Ei – Mire a mi derecha y sonreí levemente.

Mis padres estaban a un par de metros.

Rei un poco al ver cómo mi madre fue corriendo hasta mi y dejo besos por todo mi rostro.

– Estoy bien – Respondí soltado un quejido.

– ¿Cómo dices que estás bien sí parece que te vas a desmayar por la fiebre? – Reclamo.

Solté un suspiro.

– Vamos a casa – Mire a papá y solo pude asentir.

Con algo de esfuerzo terminé levantándome de aquel asiento tambalee un poco cosa que hizo alertar a mis padres de manera inmediata.

Realmente no me sorprende. Según Aizawa esto era algo normal, sentirse adolorido y fatigado que con el tiempo se iba a ir.

(...)

– Nhg.. – Retuve un quejido al acostarme en la cama.

– Tengo algo para ti – Mire extrañado a mamá – Aoi sal y espérame en el auto – Solo fue decir eso y casi que de inmediato mi padre salió de la habitación.

Suspire y simplemente mire al techo cerrando mis ojos, quería dormir un poco.

– Te dejare esto aquí.. Tu padre y yo iremos a ver a tus abuelos no llegaremos hasta las 10 no le abras a nadie – Abrí mis ojos en cuanto escuché como salía de la habitación.

Mire a la mesa de noche en busca de lo que había dejado.

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¡¿POR QUE DIABLOS HAY UN DILDO AHI?!