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Una vez todo más calmado los chicos recorrieron los alrededores del lugar mientras disfrutaban del helado que cada uno eligió.

– Chicos ¿y si nos sentamos un rato en el parque cerca de casa? – Propuso Kirishima para luego volver a saborear su helado todos asintieron y le siguieron el paso mientras hablaban de cualquier cosa que llegara a su cabeza.

Más específicamente que harían en el resto del día.

– Podríamos quedarnos en la sala y terminar de ver la peli que dejamos a medias – Propuso mina Kirishima hizo una mueca.

– No quiero estar mucho tiempo en la casa hoy – Musito sincero para luego volver a mantener su boca ocupada con el helado.

– Entiendo.. Mm..

– Podríamos volver a la playa – Propuso Kaminari.

– No – Gruño Katsuki – El sol está jodidamente insoportable hoy, a este paso mi ropa será un arma mortal – Todos rieron ante el comentario.

– Bueno llevas mangas largas – Dijo el pelinegro mientras sostenía la tela que cubría sus brazos.

– Sueltame cara plana – El cenizo se soltó del pelinegro bruscamente – Mejor vayamos a una plaza o una mierda con aire acondicionado

– Oh Kiribro ¿Sabes si hay algún arcade cerca?

– ¡Oh si! En la plaza Fumika's – Respondió el pelirrojo con una gran sonrisa – Está a 40 minutos de aquí

– ¡¿40 minutos?! Noz tomará una eternidad caminar todo eso – Se quejo Kaminari.

– Podemos tomar un taxi imbécil – El rubio rodó sus orbes.

– No me digas genio – Le respondió devuelta con indignación – La señora Kirishima dijo que no hay servicios de taxi en la zona ¿enserio me crees tan estúpido? – Cuestionó la sonrisa ladeada del cenizo le dio mala espina.

– ¿Enserio tengo que responder lo obvio?

– Tu pomeranian rabioso ¡Eres un.. un... INSOPORTABLE – Todos rieron ante la estúpida ofensa.

– Cómo sea puedo pedirle el auto a mis padres

– ¡¿Sabes manejar?! – Exclamó Mina – ¿Por qué no me lo dijisteeee? – Cuestionó con un puchero.

– Uh.. ¿Por qué no se hacerlo? – Respondió con una sonrisa nerviosa.

– ¿Entonces quien se supone que maneje? – Pregunto Bakugo con una ceja alzada.

– Kaminari – El cenizo frunció el ceño.

– ¿Y las ratas desde cuando saben manejar?

– ¡Oye!

Nuevamente los chicos rieron y se propusieron a organizar su día.

(...)

Inhale profundamente mirando a Aoi quien aún se mantenía en el barandal de la terraza.

Solté un suspiro y me levante de la cama dejando de lado el Ipad.

Sabía que no iba a acercarse deliberadamente a hablar sobre el tema.

– Amor ¿Estás mejor? – No dijo nada pero dejo de fumar pareciendo meditar mis palabras para luego dejar ir el humo que mantenía en sus pulmones, apagar el cigarrillo y darse la vuelta para entrar a la habitación.

Sonreí y le seguí.

El tomo asiento en la silla del escritorio y yo en la cama.

– Primero que nada antes de hablar el tema ¿Te gustaría quedarte un rato acostado a mi lado, decirme que sientes o escuchar que pienso? – Se lo pensó suavizando las facciones en su rostro parecía seguir tenso por la situación anterior y el hecho de que permití que Eijiro saliera con el "canalla que quiere aprovecharse de nuestro hijo".

Una pequeña mentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora