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Bakugo Pov

Abrí mis ojos de a poco sentándome de la cama.

- ¿Qué mierda..Tsk.. - Chasquee mi lengua en un quejido llevando una mano a mi cabeza.

Mire al rededor tratando de ubicarme, sintiendo como poco a poco las punzadas iban desvaneciéndose.

Estaba en mi habitación pero lo único que recordaba era tratar de pasar ese jodido examen.

Lleve una mano al cuello.

Nada...

Me levante y sali de la alcoba con mi ceño fruncido.

- Tsk.. Esto es una mierda - Farfulle entre dientes. Sobe mi nuca dando vueltas a mi cabeza de forma lenta tratando de que la jodida molestia del lateral izquierdo cesara.

- ¡Bakugo! - Escuche a los tres idiotas llamarme pero simplemente seguí mi camino hacia la cocina dispuesto a buscar algo de comer.

- Hey Bakubro ¿Cómo estas? -  Gruñí en respuesta cerrando la puerta de la nevera de forma brusca divisando de reojo los rostros preocupados de los imbéciles que se hacían llamar mis amigos.

- Estoy jodidamente bien - Bufe logrando divisar el alivio en sus rostros.

Puse el curry picante en el microondas colocando los minutos necesarios.

- Rayos eso debió doler - Mire a Sero confundido.

- Tienes un moretón en tu cuello - Aparte la mano de la ojos de mapache de un golpe.

- ¡No toques maldición! - Vocifere cubriendo aquel lugar.

- A-ah.. Lo siento no creí que te dolería - Le mire fulminante.

- No duele, solo es jodidamente molesto - Rieron y yo rodee mis orbes - ¿Dónde esta pelos de mierda? - Cuestione ligeramente extrañado por no verle con ellos.

- Aizawa-sensei dijo que tuvo que ir a su casa - Fruncí mi ceño divisando como Mina llevaba un dedo a su mejilla de forma pensativa - Intentamos escribirle y llamarle pero no contesta su telefono.

- Iremos a visitarlo este sábado - Comento el cara de idiota rodeando un brazo por los hombros de Sero - ¿Te apuntas? - El microondas sonó por lo que me limite a tomar la comida algo pensativo.

- Hora 

- A las 3 - Respondió cara plana alzando tres de sus dedos con una sonrisa mientras los otros dos idiotas se habían quedados confundidos.

Sali de la cocina llevando la comida a mi habitación sumido en mis pensamientos.

¿Le habrá pasado algo? 

El pelos de mierda no era de irse sin despedirse de todos antes y mucho menos ignoraría a esos imbéciles amenos que estuviera en problemas.

Tome un bocado del curry sacando el teléfono mirando la pantalla.

Sin pensarlo mucho llame al pelo teñido.

Un tono. Dos tonos. Tres tonos.

Ya para la mitad del cuarto bloquee el telefono y lo lance a la cama.

- Maldito pelo pincho - Farfulle comiendo de forma innecesariamente brusca.

(...)

Aunque el cenizo no quisiera admitirlo aquella supuesta molestia por culpa del "pelos de mierda" no era mas que la preocupación por el extraño comportamiento que habia tenido el joven durante ya hace tiempo.

Kirishima parecía mas susceptible, manteniendo un perfil bajo como si no quisiera ser visto y cuando Bakugo le preguntaba simplemente musitaba un  "No es nada" o "Te lo estas imaginando" eso solo hacia enfadarle.

¿Desde cuando el imbécil le ocultaba sus cosas?

Esa era la pregunta que últimamente rondaba por su cabeza y le fastidiaba como nunca.

Por que sabia que algo no andaba bien y no podia hacer nada.

Solto la cuchara con notable irritacion y fastidio levantandose en busca de un libro para poder distraerse.

(...)

Kirishima Pov

Abri mis ojos un poco, gimotee un quejido.

Y pude sentir como alguien acariciaba mi rostros con la vista nublada trate de enfocar al individuo sin embargo simplemente no pude identificar del todo, olfatee y el leve perfume floral que siempre llevaba mi madre invadió mis fosas nasales.

Gimotee.

– Ya, ya, aquí estoy Eijiro, mami esta contigo – Sonreí ligeramente queriendo agradecerle.

El dolor en mi cuerpo ya era soportable y el calor había disminuido sin embargo aún seguía ligeramente aturdido.

Estaba seguro de que mi madre había dicho algo sin embargo no pude entender nada más allá que murmuros dulcemente entonados

– Mm... – musite antes de volver a quedar dormido en busca de recuperar más energías y que la neblina en mi cabeza se esfumara.

(...)

Kirishima dormía profundamente en posición fetal completamente cubierto por las sábanas y con prendas de ropa a su rededor haciéndole sentir seguro.

– ¿Cómo esta? – Cuestiono el señor Kirishima al ver a su esposa salir de la habitación de su hijo tras un largo tiempo encerrada con el.

– Ya está mejor, solo necesita recuperar energías – Comento mientras caminaba a la cocina dispuesta a hacer algo para comer, llevándose la grata sorpresa de ver contenedores de plástico con carne asada y acompañamientos sobre la isla de la cocina.

– Yo... No sabía como ayudar – Comento el hombre apenado rascándose la nuca – Se me ocurrió que comer su platillo favorito le animaría – Contesto dándole una sonrisa haciendo que su esposa sintiera bastante ternura y se acercara a besar los labios de aquel fabuloso hombre.

– Le fascinará cariño

– Eso espero – Alego abrazándole devuelta pensando en su hijo.

(...)

Una pequeña mentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora