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A este punto deseaba que la tierra me tragara y escupiera a otra parte del mundo.

¡POR DIOS!

Su padre de entre todas las personas en la casa le vio sobre Bakugo.

Un quejido lastimero salió de sus labios.

Se sentía tan avergonzado.

No es como que estuvieran haciendo algo malo, tan solo estaban acurrucados.

Entro al cuarto de sus progenitores, no iba a enfrentar a su padre solo, no, claro que no.

– ¿Eiji? ¿Que paso? ¿Por qué tu padre está tan exaltado a estas horas? – A pasos cautelosos se acercó a su madre y se sentó en la cama e inevitablemente hizo un puchero.

Estaba algo molesto.

No solo por haber despertado de esa manera sino la vergüenza que su padre le hizo pasar por tan poca cosa.

Sintió a su madre acomodarse a su lado y acariciar su pelo de manera reconfortante.

"¿Que pensaran los demás?" "¿Que dirá mi alpha?"

Sonrojado Kirishima golpeo sus mejillas dejando salir un supiro pero antes de siquiera poder reprocharse su padre entro al cuarto cerrando la puerta tras de sí y ahora que lo piensa.

¿Por qué tardo tanto?

El pánico se vio en su rostro.

– ¿Que le dijiste a Blasty? – El tono en su voz salió más autoritario y molesto de lo que pretendía.

– No te atrevas a hablarme en ese tono jovencito – Reprochó acercandose a el.

– Aoi ¿Que rayos pasa? – El tono autoritario de la fémina capto la atención de ambos.

La pelinegra se levantó de su sitio acercandose al mayor y cubriendo a su hijo.

No es como que le alzaria la mano, Kanoyo le cortaría los huevos antes de siquiera hiciera el amague de, pero sentía la necesidad de proteger a su hijo o mejor dicho proveerle seguridad.

– Estaba sobre el – Fue lo que dijo en un tono más alto de lo habitual – Por dios Kanojo te dije que no debíamos dejarlos dormir todos juntos – Reclamo para luego mirar a Eijiro con severidad – Y a ti ¿cómo se te ocurre ser tan irresponsable y descuidado?

– ¡No fue nada! – Exclamo fastidiado tener a su madre como escudo le daba la confianza de responder.

– ¡Por el amor de dios! ¡Ese bastardo pudo haberte atacado!

– AOI – La voz llena de incredulidad y reproche hizo que todo quedara en un tenso silencio por unos instantes.

Eijiro bajo su rostro, tenía tantas emociones en el que ni siquiera sabía que hacer.

– Aoi ni nada, Kanojo me importa poco si piensas que es un buen chico ese cavernicola no estará más alrededor de nuestro hijo – Alego dejando al pelirrojo anonadado.

El enojo, la tristeza, el miedo y la impotencia se sentían más grandes que nunca.

Algo en el se sentía tan pequeño y débil, sentía tanta tristeza por que su padre no aceptaba a Bakugo, indignación por las ofenzas y enojo por la insinuación de que le hiciera daño.

"Nuestro Alpha jamás nos haría daño"

Gruño ante aquella voz.

– ¿A quien crees que le estás gruñendo? – Kirishima alzo su rostro las facciones fruncidas de su padre le hicieron estremecer sentía su corazón latir con rapidez quería decir tantas cosas pero el nudo en su garganta no se lo permitía.

Sinceramente no sabía por qué pero se sentía bajo amenaza.

Como si hubiera algún tipo de presión sobre el.

Se sentía tan parecido pero a la vez tan alejado a cuando Mic-sensei usaba sus feromonas sobre el.

Estaba a nada de derrumbarse y tal parece que su madre lo noto por que lo aparto de él.

– Tienes que calmarte – Ordenó con el ceño fruncido – Aoi no entiendo que pasa contigo ¿que tiene que los chicos hayan estado acurrucados? Eijiro jamas se pondría en peligro tan solo estaban abrazados y si nuestro hijo se siente bien con eso entonces no tienes que meter las narices en sus asuntos, no entiendo por que exageras esa pequeñez – Aoi abrió sus labios para contestar pero la pelinegra le callo al instante – Discutiremos esto cuando te hayas calmado – A este punto Aoi estaba rojo de ira pero tan solo salió al balcón para intentar calmarse antes de empezar a gritar.

Kanojo se acerco a su hijo – Eiji – Le llamo acariciando su pelo, el Omega le miro con una leve expresión de tristeza y culpa – Baja con los demás y salgan un rato – Le extendió su tarjeta de crédito – Vuelvan cuando quieran y no te sientas mal no es tu culpa, no hiciste nada malo, hablaré con tu padre y me aseguraré de que se disculpe contigo y tus amigos ¿Okay? – El pelirrojo le miro unos instantes haciendo un mohin, Kanojo le miro maternalmente  – ¿Quieres un abrazo? – Eijiro no dijo nada y tan solo rodeo sus brazos al cuerpo de su madre.

Por alguna razón sintió tanto miedo de su padre que tan solo queria protegerse en los brazos de su madre quien le recibió con fuerza.

– No quiero que pase de nuevo – Murmuro con un hilo de voz – No quiero sentir miedo de papa – Aquello le sorprendió pero le hizo recordar algo que jamás le tomo importancia hasta ahora, le estrecho entre sus brazos una vez mas antes de separarse.

– Todo va a estar bien mi niño creo que ya se la razón de todo esto – Musito dejando un beso en su cabeza terminando por acariciar su pelo – Ve con los chicos y tengan un lindo resto del día.

Una pequeña mentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora