(...)
Unas horas más tarde Katsuki fue el primero en despertar.
Inhalo profundamente y gruño con satisfacción.
El golpe de seguridad, calma y confort de los omegas le hacía sentir animado.
Habían hecho un buen trabajo, eso es lo que podía sentir de su lado más primitivo.
Llevo sus manos a ambas cabezas dejando salir su aroma dejándose llevar por las sensaciones de sus instintos los cuales tenían dos cosas.
Mimar. Proteger.
Esta mañana particularmente se sentía en sintonia con su lobo.
Tal vez por que estaba siendo mas consciente de el, aceptandolo.
Ya podía escucharle con claridad y sentir del todo las necesidades o deseos del animal en su interior.
Metido en su cabeza estaba en modo automático.
Acariciando y arrullando a su manada con su aroma y esos gruñidos que se asemejan a un ronroneo, relajante pero profundo.
Abrazo al pelirrojo al sentir como se movia terminando por acomodar su cabeza en el pecho del cenizo quien ahora le miraba fijamente.
Mio.
Escucho resonar en su cabeza y realmente no le molesta como suena.
Suyo...
Sintió unas mariposa en el estómago y las enormes ganas de poseerlo, escentarlo.
Y eso hizo, con su olor lo marcó.
Como pudo tomandolo de la cintura coloco su cuerpo sobre el suyo.
Kirishima se había despertado por el movimiento pero al sentir el fuerte y relajante aroma más el calor reconfortante que desprendía el cuerpo de Katsuki se durmió sin decir nada al respecto hundiendo la nariz en las glándulas de olor del cuello del alfa quien lo aseguró entre sus brazos.
(...)
- ¡Kirishima Eijiro!
- ¡Estoy despierto! - Exclamó levantándose en menos de un segundo.
El grito de su padre le despertó al igual que a todos los demás quienes le miraban alarmados y extrañados.
- Levántate en este instante y ve arriba - Bravo apunto de estallar.
Eijiro trataba de descifrar la expresión de su padre parecía querer matarlo aun que realmente no le veía a él directamente.
Sintió algo moverse bajo suyo.
Espera. ¿Moverse?
Miro hacia abajo dejando salir un grito saltando del regazo del rubio al cuerpo de Sero quien soltó un quejido adolorido al no esperarse tener 180 libras de masamuscular, si no es que más, arrojadas sobre él.
Katsuki dejo escapar un gruñido fastidiado.
Y miro al señor Kirishima con cara de pocos amigos, Mina le pellizco disimuladamente.
Katsuki tan solo observó como Eijiro hacia lo ordenado con la cabeza gacha, casi no percibía su olor y eso lo puso ansioso.
Era una de dos.
O estaba avergonzado o tenia miedo.
Bueno puede que sea ambas... Pero por alguna, estúpida, razón su lobo se empeñaba a crear todo tipo de escenarios drásticos y caóticos.
Gruño sacudiendo su pelo enojado consigo mismo.
Maldición. Esto fue su culpa.
Se dejo llevar y ahora estaba seguro que estaban en problemas.
Sintió la mirada de aquel hombre sobre el y su lobo gruño.
Se miraron durante unos instantes.
Sero, Mina y Kaminari estaban expectantes, sinceramente no querían meterse en la lucha de miradas que ambos mantenían.
- Alejate de mi hijo - Fue lo que soltó con un tono severo causando enojo en el rubio, incomodidad en Mina y un escalofrío en Sero y Kaminari.
- Con todo respeto - Empezó a decir Katsuki entre dientes sintiendo como un gruñido quería salir de su garganta - No es su problema
- Escúchame bien mocoso insolente, no permitiré que lastimes a mi hijo o que te aproveches de él - Empuñando sus manos el cenizo se mantenía en silencio dejando salir sus feromonas causando que aquella sala se llene de un olor bastante asfixiante y molesto, era la única manera de descargar su ira aunque algo tras su cabeza decía que protegiera al cara de idiota, tal vez su olor alertaba al alpha de la inquietud del omega por lo que se encargó inconscientemente hacerle saber que de el no debía temer.
Por otro lado... MALDICIÓN ESE TIPO NO SE CALLABA.
No sabía que tanto podía soltar alguien que solo interactuo con el por dos días y ni siquiera habían hablado ¿Que mierda le pasa a ese cabeza de carbón?
Deseaba tanto callarlo pero ¿como diablos lo haría? No podía solo explotar la cara o maldecir al padre de Kirishima, si, tal vez era algo impulsivo pero tenía modales.
Sin embargo escuchar que era un cavernicola salvaje, iracundo, mal hablado, sin ningún ápice de moralidad para ser un supuesto héroe y que no era digno de estar cerca de su hijo. Su omega. Tan solo lo hacían estar en el borde.
- " Imbecil "
Fue lo que dijo entre dientes con una mirada cargada de furia posada en el mayor que tras descargar sus criterios y sentencias subio las escaleras con grandes zancadas.
Sin decir nada se levantó de su lugar para salir de allí, necesitaba calmarse.
- Bak-
- Sueltame - Bramo a la pelirrosa quien cumplió con lo pedido y sin más salió de la casa tal cual como había dormido mientras maldecía al padre del pelirrojo.

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Una pequeña mentira
Fiksi PenggemarNo esperaba ser un alfa, quiero decir jamas había pensado en ello realmente después de todo tenia en claro que como mis padres eran betas yo también terminaría siendo del mismo subgenero sin embargo jamas me imagine aquel escenario..