— Sé que lo estás pasando mal y no quiero ser molesto, pero te necesito — comenzó diciendo, tratando de mantener un tacto delicado con el Kurta — prometo contactarte con uno de mis compañeros de psicología para que puedas mejorar tu salud emocional, lamento estar tan ocupado con la escuela.
Leorio trataba de cargar con todo y la realidad era que no debía ser así. Por mucho que quisiera salvar a todos sus amigos, necesitaba repartir responsabilidades.
— No es tu culpa, Leorio— dijo Kurapika tomando aire — y de hecho, te debo una disculpa, te mentí.
— ¿En qué?
— No estoy estudiando en línea ni tengo trabajo.
— ¿Cómo? — escuchar su confesión hizo que le temblaran las piernas, tuvo que tomar asiento en el comedor.
— Estuve aportando dinero con los pocos ahorros que tenía sacados de pequeñas inversiones que hice en internet cuando aún trabajaba.
— ¿Y te gastaste todo lo que guardabas? ¿porqué nunca dijiste nada?
— Porque si lo hacía ibas a dejar la universidad para trabajar y no quiero que arruines tu progreso por mi culpa.
— Dios... Kurapika... ¿acaso no somos amigos? debiste confiar en mí, buscaríamos una alternativa, ¿porqué te guardaste todo ese sufrimiento durante tantos meses? dañarás tu salud y sabes que eres importante para nosotros.
— Perdóname, recién empiezo a darme cuenta de lo grave que es esto y lo peor es que... no he pagado la renta en los últimos tres meses, esperaba cubrirlo con lo que tengo aún en la cuenta ya que me ofrecieron empleo.
— ¿Y esta vez es en serio? — dudó Leorio para luego calmarse — perdón, todo esto es frustrante, pero estaremos bien, gracias por decirme, por favor, no te calles los problemas, habla conmigo, aunque sea de vez en cuando.
Para que aquello comenzara a ser posible, Kurapika pensó que era momento de explicarle lo que le tenía tan deprimido.
— ¿Recuerdas los libros que compré mes tras mes este año? — preguntó Kurapika, a lo cuál, Leorio asintió — pertenecen a una saga escrita por Chrollo Lucilfer.
— Sí, tu escritor favorito. — recordó el mayor.
— Hablé con él por medio de una aplicación de lectura que descargué, es una persona inesperadamente espontánea y agradable, traté de ser su amigo pero creo que le resultó incómodo y me bloqueó de la app.
— ¡Qué bastardo! entonces no era una persona tan agradable como parecía, ¿y qué tal si era un impostor?
— ¡Yo pensé lo mismo! pero, luego mostró pruebas enviando un avance de su libro y en la dedicatoria estaba mi nombre.
— ¿En serio? entonces es extraño que te haya bloqueado, no tiene sentido.
— La última vez que hablamos dijo que agregaría un texto a la página dirigido a mí, creo que ahí me daría una pista para comunicarme con él.
— Si es así, espera a que se publique y descúbrelo, quisiera verte sonriendo nuevamente, mereces algo mejor que esto. - señaló Leorio con la mirada su alrededor, refiriéndose a la situación decadente que los mantenía en crisis.
— Nunca se los digo porque me parece algo cursi, pero los adoro — sonrió Kurapika — de verdad son una familia para mi.
— Todo va a estar bien, Kurapika, respira, el tiempo pasará y mirarás atrás diciendo "no puedo creer que llegué hasta aquí". — aconsejó Leorio para luego ofrecerle de cenar.
Kurapika aceptó y se quedó pensativo el resto de la cena, con esa frase en su cabeza motivándolo.
Algún día mirarás atrás diciendo; "no puedo creer que llegué hasta aquí".
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ABOOK
FanfictionKurapika instaló una aplicación para lectores con tal de evitar las redes sociales, sin embargo, entre los grupos de su autor favorito conocerá un peculiar usuario que lo hará desear salir de casa nuevamente. Ninguna restricción le impedirá que se...