14.- Motivación

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— Sé que lo estás pasando mal y no quiero ser molesto, pero te necesito — comenzó diciendo, tratando de mantener un tacto delicado con el Kurta — prometo contactarte con uno de mis compañeros de psicología para que puedas mejorar tu salud emocional, lamento estar tan ocupado con la escuela.

Leorio trataba de cargar con todo y la realidad era que no debía ser así. Por mucho que quisiera salvar a todos sus amigos, necesitaba repartir responsabilidades.

— No es tu culpa, Leorio— dijo Kurapika tomando aire — y de hecho, te debo una disculpa, te mentí.

— ¿En qué?

— No estoy estudiando en línea ni tengo trabajo.

— ¿Cómo? — escuchar su confesión hizo que le temblaran las piernas, tuvo que tomar asiento en el comedor.

— Estuve aportando dinero con los pocos ahorros que tenía sacados de pequeñas inversiones que hice en internet cuando aún trabajaba.

— ¿Y te gastaste todo lo que guardabas? ¿porqué nunca dijiste nada?

— Porque si lo hacía ibas a dejar la universidad para trabajar y no quiero que arruines tu progreso por mi culpa.

— Dios... Kurapika... ¿acaso no somos amigos? debiste confiar en mí, buscaríamos una alternativa, ¿porqué te guardaste todo ese sufrimiento durante tantos meses? dañarás tu salud y sabes que eres importante para nosotros.

— Perdóname, recién empiezo a darme cuenta de lo grave que es esto y lo peor es que... no he pagado la renta en los últimos tres meses, esperaba cubrirlo con lo que tengo aún en la cuenta ya que me ofrecieron empleo.

— ¿Y esta vez es en serio? — dudó Leorio para luego calmarse — perdón, todo esto es frustrante, pero estaremos bien, gracias por decirme, por favor, no te calles los problemas, habla conmigo, aunque sea de vez en cuando.

Para que aquello comenzara a ser posible, Kurapika pensó que era momento de explicarle lo que le tenía tan deprimido.

— ¿Recuerdas los libros que compré mes tras mes este año? — preguntó Kurapika, a lo cuál, Leorio asintió — pertenecen a una saga escrita por Chrollo Lucilfer.

— Sí, tu escritor favorito. — recordó el mayor.

— Hablé con él por medio de una aplicación de lectura que descargué, es una persona inesperadamente espontánea y agradable, traté de ser su amigo pero creo que le resultó incómodo y me bloqueó de la app.

— ¡Qué bastardo! entonces no era una persona tan agradable como parecía, ¿y qué tal si era un impostor?

— ¡Yo pensé lo mismo! pero, luego mostró pruebas enviando un avance de su libro y en la dedicatoria estaba mi nombre.

— ¿En serio? entonces es extraño que te haya bloqueado, no tiene sentido.

— La última vez que hablamos dijo que agregaría un texto a la página dirigido a mí, creo que ahí me daría una pista para comunicarme con él.

— Si es así, espera a que se publique y descúbrelo, quisiera verte sonriendo nuevamente, mereces algo mejor que esto. - señaló Leorio con la mirada su alrededor, refiriéndose a la situación decadente que los mantenía en crisis.

— Nunca se los digo porque me parece algo cursi, pero los adoro — sonrió Kurapika — de verdad son una familia para mi.

— Todo va a estar bien, Kurapika, respira, el tiempo pasará y mirarás atrás diciendo "no puedo creer que llegué hasta aquí". — aconsejó Leorio para luego ofrecerle de cenar.

Kurapika aceptó y se quedó pensativo el resto de la cena, con esa frase en su cabeza motivándolo.

Algún día mirarás atrás diciendo; "no puedo creer que llegué hasta aquí".

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