26.- Cerca del encuentro

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Rápidamente, el Kurta le explicó la situación a su receptor en la otra línea, causandole gran alivio y de nuevo, una fuerte emoción cálida al escuchar su voz.

- Ya veo, intentaste llamarme ayer pero te pusiste nervioso. - sonrió Chrollo tras haber escuchado al rubio explicarle lo que pasó.

-Lo siento, quise decirte que trabajaba en Nostrade pero la llamada se cortó, desde hoy comenzaré a escucharte más.

La realidad era que ambos disfrutaban de aquella llamada sin límites pero Chrollo se terminó de preparar y era momento de colgar.

- Kura, tengo que contarte algo- dijo en voz baja al oír a Pariston apresurarlo desde afuera - iré al aeropuerto internacional Kippon a comprar boletos de avión para dirigirme a un estudio de cine, filmarán una película basada en mis libros.

Contárselo a Kurapika le generaba más alegría que la noticia en sí. Tenía un efecto distinto y agradable el poder compartir el éxito con alguien importante.

- ¡Eso suena genial! espera, ¿dijiste aeropuerto internacional Kippon? - se paralizó el rubio.

- Sí, ¿porqué?

- Queda muy cerca de mi casa, a unos 10 minutos en auto.

- ¿De verdad? yo llego ahí en 15 minutos, ¿porqué no vas? sería una gran oportunidad para encontrarnos. Puedo escabullirme de Pariston y saludarte. Es más, al diablo con él, ¡te invitaré el almuerzo!

- ¡Sí! ¡maravilloso! - saltó del asiento ansiosamente - voy saliendo. Te enviaré un mensaje cuando esté allí.

- ¡Con cuidado! ¡nos vemos! - colgó sintiendo una espléndida recarga de energía a pesar de no dormir nada. - Esto es un sueño, qué gran fortuna, ¡voy a conocer a Kurapika!

Guardó su celular en el bolsillo de la chaqueta y con un resplandor brillante en sus ojos abrió la puerta para atrastrar a Pariston hasta el elevador.

-¡Oye, oye! ¡me arrugas el traje! ¿porqué la prisa? - se quejó el hombre dorado trotando como podía - dijiste que no querías ir, ¿te poseyó un demonio?

- Estoy de buen humor, quizás firme algunos autógrafos y reviva la admiración de mis fans - exageró con las palabras que el otro quería escuchar.

- Ya veo, qué convincente. - se quedó satisfecho pero sospechando que algo le ocurría a Chrollo, ya que no solía ser así de entusiasta.

En la mansión Zoldyck, las tutorías en casa recién comenzarían para reestablecer la educación del desorientado rebelde. El encargado de dicha tarea llegó justo a tiempo.

- Tú debes ser Killua, es un placer - se presentó el hombre frente al chico sentado en medio de una biblioteca personal - soy Gotoh y voy a ser tu tutor.

- ¿Qué? ¡pero si tú eres el mayordomo! ¿qué carajo?

- Apreciaría que decline el uso de palabras altisonantes durante nuestra sesión, de lo contrario me veré obligado a sancionarlo.

- Esto es una tontería...

- Segunda advertencia, joven Killua. - soltó con cara seria y tono firme, el chico sabía de antemano que nunca debía retarlo más de dos veces.

- Ya, está bien. Comencemos o lo que sea. - se rindió acomodándose en su silla.

- Para empezar - abrió una laptop portátil y la colocó en el escritorio - abra su aplicación de lectura de su tablet.

- Odio leer... - renegó desbloqueando la pantalla - esto es tan... - dejó de quejarse cuando leyó el nombre de la aplicación - ¿Abook?

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