Casi 6 años antes...
— Me contaron que hay una familia legendaria oculta en el bosque, no permiten que nadie del exterior se relacione con ellos, ¡son muy pocos los que salen con vida de ahí! — el entusiasmo del jóven adulto risueño y dramático era contrastado por su calmado compañero, poco interesado en chismes y leyendas urbanas.
— ¿Estás proponiéndome que vayamos a ver si nos mata una tribu? — el jóven de 20 años aún no se había tatuado la frente y su ropa era más humilde, ambos de origen sumamente pobre.
— ¡No! no te conté la mejor parte, esa tribu es muy escasa y exótica, sus ojos cambian de color a rojo cuando sienten emociones muy fuertes y eso les da un poder sobrehumano, ¿te imaginas estar frente a uno de ellos?
— Pariston Hill, ¿eres sádico masoquista o algo así? tienes un fetiche muy raro con ser golpeado por gente enfurecida.
El rubio dorado ignoró el comentario y continuó fantaseando en voz alta, recostado sobre montones de basura, ya que iban todos los días al tiradero con la esperanza de encontrar cosas valiosas y venderlas.
— Tengo mucha curiosidad y amor por la cultura de los clanes misteriosos, ¿sabías que hay una pequeña posibilidad de que te acepten en su clan? — explicó Pariston entusiasmado.
— ¿Para qué quieres entrar? no recibirás sus ojos ni sus habilidades.
— Jamás entenderías lo que siento por ellos, son perfectos. — se abrazó a un bote de basura.
— Ni siquiera sabes si existen de verdad, sólo escuchaste el rumor.
Pasaron unas semanas, aquél rumor se extendió tan rápido que se confirmó y la noticia llegó a todo el pueblo.
— ¡Los descubrieron! ¡salieron a la luz! — entró Pariston a la choza de madera donde Chrollo dormía, al costado de una granja en la que trabajaban sus padres.
— ¿Qué? ¿de qué hablas? — despertó un poco de golpe al oír la voz escandalosa del que para su desgracia fué su único amigo en aquél entonces.
— ¡Los Kurtas! ¡son reales! ¡los vi! ¡los vi! ¡vinieron a la ciudad, es nuestra oportunidad!
— ¿Oportunidad?
— ¡Sí! ¡vamos! no perdamos la oportunidad que conocerlos. — jaló del brazo al azabache llevándolo hasta las calles principales del pueblo donde se acumulaban decenas de personas con la intención de saludar y dar la bienvenida a los miembros del clan. — Hey, esos son los Kurtas, sus tradicionales vestimentas son inigualables.
Chrollo imaginaba que se verían como caníbales en taparrabos, sin embargo, lo primero que vieron sus ojos, fue una pequeña familia, una pareja de apariencia noble que llevaban a un chico rubio de la mano, acompañado por otro más pequeño de cabello castaño.
— Son... diferentes a lo que esperaba. — murmuró entre la multitud.
— Dilo, son perfectos. ¡Dilo, dilo! — exclamó Pariston.
— Claaro, ya los vimos, ¿podemos irnos?
— Hey, no tan rápido, no me iré sin haber hablado con ellos.
— Parist... — Muy tarde, su amigo ya se había abierto paso hasta ellos — ese tonto fanático — sonrió un poco, volviendo su mirada a los Kurtas que para ser una tribu oculta, eran muy atractivos de ver — no lo culpo, tiene buen gusto para los clanes.
Tras unos momentos de espera, Pariston volvió saltando de felicidad para darle las buenas noticias.
— ¡Chrollo! ¡nos invitaron a conocer su clan! ¡podremos convivir con toda la tribu!
— ¿Qué? pero yo no dije que quiero ir, además, sería raro ir solo nosotros.
— ¡Por supuesto que no! ¡si logramos hacer que nos acepten, tendremos una mejor vida asegurada!
Chrollo se cruzó de brazos con aquél comentario, entendió porqué le daba mala espina desde el comienzo su gran interés por esas personas.
— Así que ese era tu plan, ¿eh? solo piensas en dinero y la posición.
— ¿Qué mejor que casarnos con mujeres de un clan famoso? ¿o me vas a decir que no son atractivas sus mujeres? ¡viste a la pareja de ese hombre! es una belleza.
— No me interesa formar parte del clan, pero si decido ir, llevaré a mis padres, seguro que les darán una buena impresión.
No hubo día, después de aquella tragedia en la que Chrollo no se lamentara por haber tomado esa decisión y lo decretó como su mayor estupidez cometida por que no imaginaba que con ello también perdería a sus padres.
Y que él tendría la culpa de la masacre de todo un clan.
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ABOOK
FanfictionKurapika instaló una aplicación para lectores con tal de evitar las redes sociales, sin embargo, entre los grupos de su autor favorito conocerá un peculiar usuario que lo hará desear salir de casa nuevamente. Ninguna restricción le impedirá que se...