40.- As bajo la manga

215 41 3
                                    

—¿Despedirme? ¿quién se creé que es? después de todo lo que hice por él. —renegaba el recientemente exiliado manager, sosteniendo una copa de vino tinto, no había si quiera hecho un gesto o mueca positiva desde ese hecho.

Aprovechó el tiempo en el que Chrollo aún no hacía nada en su contra, ya que, para desgracia del escritor, Pariston tenía una carta maestra para un momento como ese.

Lo planeó rápidamente, había reunido en su escritorio personal todas las notas de periódicos, datos y su propio testimonio de aquella noche.

—Hazme un último favor, amigo. Púdrete en prisión por mi. —dijo antes de hacer público el primer estallido del escándalo que prometió jamás mencionar.

Se detuvo. Dudó algunos segundos, recordó un pequeño problema que le impediría hacer pagar a Chrollo por la masacre de todo un clan.

Uno de ellos sobrevivió.

Desde el momento en que vió el usuario en el chat que le ocultaba se dió cuenta. Para su beneficio, todavía tenía intervenido el teléfono celular de Chrollo bajo contrato. Si quería culparlo evitando una investigación exhaustiva que lo involucrara, tenía que deshacerse de cualquier testigo.

Sobre todo del Kurta que lo reconocería al instante.

—Espero que no sea una confesión criminal. —dijo Kurapika riéndose, sin saber que le había congelado la sangre a su interlocutor.

La broma fué bastante doliente para Chrollo, era claro que de momento, no podría mencionarle el tema y tuvo que improvisar de inmediato.

—Bien, si consideras que escribirte un libro es un crimen, me declaro culpable.

—¿Escribes un libro para mi?

—Era un secreto, pero al menos no te diré de lo que trata. Así mantendré un poco de intriga.

—Dios mío, no pensé que fuera tan importante para ti, ¿acaso merezco tal elogio?

—Considero que mereces más que eso. Es más, quiero ser formal contigo, te pagaré un boleto de avión a York para la próxima semana.

—¿Qué? ¿de verdad? pero tengo que trabajar, recién estoy empezando y no puedo fallarle al señor Nostrade.

—No te preocupes, será un viaje de "negocios", después de todo, reanudaremos el contrato que el estúpido de Pariston canceló y, de paso, podré verte en persona.

—Es usted un genio, señor Lucilfer. Me agrada la idea, me comunicaré con Nostrade para notificarles de mi salida de trabajo.

—Perfecto. Ya debo colgar, es tarde y estoy seguro que ambos debemos aprovechar este fin de semana.

—El tiempo se fué rápidamente, es una lástima, yo me quedaría hasta la madrugada hablando contigo, por favor, descansa. —se despidió Kurapika.

—Lo haré, después de hoy... siento que llegó mi final felíz y deseo que sea eterno.

Llamada finalizada.

ABOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora