ABOOK

43.- Abogado

—Bonito departamento. —Elogió el pelirrojo siguiendo a su amigo— Chrollo, hay algo que debemos hacer antes que nada. Tu caso es tan delicado que lo mejor será llamar a un abogado.

—¿Crees que Pariston sea capaz de revelar mi pasado? —indagó Chrollo temiendo que su ex jefe tratara de hundirlo.

—Tú lo conoces mejor que yo.

—Touché. —dijo con preocupación— ¿Conoces algún abogado?

—Aún mantengo contacto con alguien. —refirió Hisoka haciendo énfasis en la última palabra.

—No hablarás de tu ex. —concluyó Chrollo dirigiéndole una mirada reprensiva.— Hisoka, por culpa de tu última relación terminaste viviendo como un muerto de hambre. Ni siquiera lo pienses, mi caso no es excusa para hablarle de nuevo.

—Independientemente de lo que pasó entre nosotros, es un excelente profesional. Confía en mí. —aseguró marcando el número del contacto.

—De acuerdo, sólo porque no tengo otra alternativa. —aceptó Chrollo dejándolo en privado.

Unos minutos después, el nuevo manager ya tenía todo arreglado.

—Mañana mismo lo veo, agendé una cita a medio día.

—Perfecto, eso fué rápido.

—¿Puedo dormir en tu cama? Creo que lo merezco ya que soy tu nuevo socio y gracias a mí, no acabarás recibiendo una inyección letal.

—Ah... Sólo si prometes mantener la distancia.

—Hecho.

Esa noche, Hisoka dormía con una pierna sobre el cuello de Chrollo y medio cuerpo colgando fuera del colchón.

—¿Porqué nos hicimos amigos? —se cuestionaba Lucilfer, intentando conciliar el sueño e ignorar el olor a pies tan cerca de su cara.

A la mañana siguiente, Chrollo abrió los ojos e inmediatamente tomó su celular para abrir Abook. Había sido un impulso que no pudo controlar, cada día que pasaba le parecía imprescindible hablar con ese chico que tanto revuelo le causaba.

Kuro_112: Buenos días, Kurapika.

Kurta.1: Buenos días, Chrollo. ¿Cómo dormiste?

La respuesta había sido casi de inmediata, como si el receptor del mensaje estuviese esperando que le hablara.

Kuro_112: Supongamos que bien. Mi nuevo manager se quedó en mi departamento.

Kurta.1: Qué rápido cambiaste de jefe. ¿Qué pasará con el anterior?

Kuro_112: Con suerte, buscará a quien manipular para que lo mantenga. En fin, cambiando de tema a algo más importante, ¿ya desayunaste?

Kurta.1: En eso estoy, cocino hotcakes con mantequilla y tocino.

Kuro_112: Suena delicioso, me encantaría estar ahí para probarlos.

Kurta.1: Ven y te los preparo.

El rubio no se daba cuenta que se le estaban quemando por mantenerse al tanto de los mensajes.

Kuro_112: ¿Eso es una invitación? puedo tomar un vuelo a Kakin ahora mismo.

Kurta.1: Apresúrate, el café se enfría.

Chrollo se mordió el labio al leer ese mensaje. Pudo imaginarse una escena tan cálida que realmente deseaba poder estar con él y compartir ese lindo momento juntos. Incluso, hacer más que eso.

Kuro_112: Ya casi estoy ahí.

Kurta 1: No te veo llegar a la puerta.

Kuro_112: Deberías revisar tu habitación.

Kurta.1: Husmear en mi privacidad es descortés, señor Lucilfer.

Por su parte, Kurapika ya había olvidado el desayuno, subiendo a su habitación. Leorio tuvo que apagar la estufa antes de que se encendiera la alarma de incendios, mientras Gon corría de un lado a otro con la sartén en llamas.

Kuro_112: ¿Me ganaré un castigo por esto?

Kurta.1: Dadas las circunstancias, me temo que sí. Tendrás que asumir la responsabilidad.

Kuro_112: Entonces, ven aquí.

—Necesito un tour por toda tu cama. —susurró el escritor esforzándose por evitar exponer sus deseos indecentes.

—Qué romántico~♥. —dijo Hisoka asomado a la pantalla desde minutos antes sin que el distraído escritor se diera cuenta.

—¡¿A qué hora despertaste?! —se alteró guardando su celular bajo la sábana.

—¿Eso es a lo que llaman sexchat?

—Nada que ver. Es una conversación completamente normal y además, PRIVADA.

—Claro, hazlo tuyo, yo te cubro, de todos modos ya tenemos abogado.

—Sí, qué felicidad. —rió de forma sarcástica.

Durante el día, Chrollo trabajó en sus escritos mientras Hisoka se encontraba frente a frente con el hombre que les ayudaría a investigar la verdad sobre el caso de los Kurtas.

En una oficina privada, esperó al abogado durante unos minutos. Observando la tarjeta de presentación en el escritorio.

—Illumi Zoldyck, abogado especialista en investigación criminal~♠. —leyó.

—Ese soy yo. —Confirmó entrando a la oficina, sosteniendo un termo de café caliente en la mano izquierda y una carpeta de expedientes en la derecha. —Cuánto tiempo sin vernos, Hisoka Morrow.