— Debo apresurarme, me tiemblan las piernas, pero sé que es de la emoción que siento, no puedo esperar, tengo que verlo, quiero conocerlo en persona. — fantaseaba mientras corría por la acera tras bajar del taxi que lo llevó directamente al aeropuerto.
Por otra parte, el autor movía las piernas nerviosamente, mirando su reloj de muñeca una y otra vez, cada segundo valía oro.
— ¿No podemos ir más rápido? — preguntó a su manager mientras observaba un pequeño estancamiento de autos.
— Calmado, hay un poco de tráfico, ¿quieres una galleta de arroz? — le ofreció al azabache.
— No, gracias, esas cosas saben a papel.
— Deberías hacerte vegano, es una moda divertida. — sugirió Pariston comiendo la galleta.
— ¿Te lo tomas como una moda?
— ¿No lo es?
Al notar que estaban tan cerca de la entrada principal, Chrollo no pudo seguir esperando y abrió la puerta para irse a pie.
— Aquí bajaré. — dijo saliendo en medio de la calle.
— Oye, ¿qué te sucede? ¿porqué la prisa? — llamó Pariston desde su asiento.
— Me dieron ganas de ir al baño, ¡te veo allá! — se excusó para apresurarse a entrar al aeropuerto y hacer una llamada.
— Estoy aquí. — dijo directamente, para no malgastar el minuto disponible.
— Yo también, pero no te veo ¿en qué parte estás? — respondió Kurapika recorriendo la sala de espera.
— Hay mucha gente, estoy afuera de los baños.
— ¿Los que están frente a las máquinas expendedoras?
— No, los que están junto a una tienda de... — la última palabra fué inteligible debido al sonido de un aterrizaje que solamente se escuchó desde la línea de Chrollo.
— ¿Eso fué un avión? — preguntó Kurapika buscando por todos lados si había alguno aterrizando.
— Sí, acaba de llegar un vuelo.
—Pero... aquí no ha llegado ningún avión...
Con aquella afirmación, empezaron las dudas.
— ¿Seguro que estás en el AIK? — preguntó Chrollo preocupándose de que Kurapika se hubiera perdido.
— Sí, en la ciudad de Kakin hay un sólo aeropuerto.
— ¿Qué? ¿Kakin? no puede ser...
— ¿Qué pasa? ¿dónde estás tú?
— En el AIK de York.
— ¿Eres de York?
El silencio no se hizo esperar, fueron los tres segundos más largos para ambos, hasta que la llamada se cortó, después, Chrollo dejó escapar una pequeña risilla y volvió a marcarle.
— Creo que nos hemos equivocado. Al parecer no vivimos en la misma ciudad.
— Ni el mismo país, ja, ja, ja — agregó el rubio recargandose en una pared.
— ¿Te estás riendo?
— Estaba tan emocionado cuando dijiste "Kippon" que llegué a conclusiones rápidas, es una lástima. Me hiciste correr mucho.
— Acabo de malpensar eso. — dijo Chrollo cubriéndose el rostro levemente sonrojado y con una sonrisa adorable.
— No, ¡borralo de tu mente! ¡bórralo! — se alteró el rubio avergonzandose de sus palabras.
— La llamada se cortará, espero que regreses bien al trabajo. — se despidió el mayor sin querer hacerlo realmente, pero Pariston ya había entrado y estaba por toparselo.
— Igual tú, ten un lindo día.
— Ya lo tuve. Gracias a ti.
Además de la fama y las prohibiciones, la larga distancia también les jugaba en contra, el deseado momento de verse se tendría que prolongar pero de algo estaban seguros.
Su relación ya no era tan sólo de un ídolo y su fan.
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ABOOK
FanfictionKurapika instaló una aplicación para lectores con tal de evitar las redes sociales, sin embargo, entre los grupos de su autor favorito conocerá un peculiar usuario que lo hará desear salir de casa nuevamente. Ninguna restricción le impedirá que se...