22.- Llamada empresarial

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— No sé a dónde quiero llegar con esto, pero... — sacudió ligeramente la cabeza y tomó valor para marcar el número desde el teléfono de su oficina.

Llamada entrante
Corporativo Nostrade

Apareció en su pantalla repentinamente, mientras jugaba ajedrez virtual contra un bot, le iba ganando el bot.

— Es la primera vez que me llaman ellos, ¿porqué no se comunican con Pariston? — se quejó abandonando la partida para contestar. — Habla Chrollo, diga.

La ronca voz del escritor paralizó a Kurapika al instante haciendo que su valentía desapareciera. Era la primera vez que lo escuchaba hablar ya que únicamente lo conocía por sus libros.

— ¿Qué digo? ¿de qué hablo? — pensó Kurapika sin poder decir ni una palabra — ¿Invento algo? ¿voy al grano? creo que eso será lo mejor, pero... es un teléfono empresarial, si resulta no saber nada de mi, mancharé la reputación de la empresa... dios...

— ¿Hola? si no van a decir nada, comuniquense con mi manager, por favor. Buen día. — finalizó Chrollo cortando de golpe.

El corazón se le aceleró en ese corto lapso, no fué capaz de hablarle, le temblaba todo el cuerpo, a pesar de eso, decidió guardar el número en su celular, al menos pudo comprobar que era real. Faltaba saber si el escritor lo conocía.

— Debo recoger este desastre... — susurró comenzando a juntar hoja por hoja y reacomodándolas en la carpeta.

Al terminar de ordenar y leer, la ansiedad de contactarlo seguía incomodándole. Observaba la pantalla una y otra vez, sobrepensando su decisión.

— Esta será la última vez, lo prometo, si no eres con quien hablé, dejaré de insistir. — se prometió así mismo enviando un mensaje.

"Devuélve la llamada si me conoces, soy Kurta.1"

La tarde que pasaba el escritor fué dada bajo la inspiración de aquél chico del que apenas sabía unas pocas cosas y lo conocía menos que a un ex compañero de colegio, pero le apreciaba más que a un tesoro.

Querido malentendido;

Jamás te he visto en persona, sin embargo, existe la posibilidad de que pueda encontrarme contigo. Que al caminar entre las calles conglomeradas de desconocidos divise tu rostro y trate de alcanzarte.

¿Me darías la mano si me extendiera hacia ti? ¿dirías mi nombre entre la multitud? ¿o talvez fingiriamos no conocernos y continuariamos avanzando mientras nuestras siluetas se alejan para nunca más encontrarse?

Porque si en el primer instante en que te veo no siento ganas de acercarme, no habrá otra ocasión para hacerlo, pues significa que perdí todo el interés en ti.

Estoy aterrado de este sentimiento, lo conozco, he huido de él muchas veces.

¿Estás decepcionado de mi? quisiera saber qué estás pensando en este momento.

Si acaso ya tiraste mis libros.
Si talvez sigo en tu mente.
Si soy un buen o mal recuerdo.
Dame una señal, por lo menos en un sueño.

Atentamente:

Un confundido escritor

El café se terminó tras haber terminado la sexta carta, llevaba toda la tarde desahogando sus pensamientos, todos dedicados a la misma persona.

— Leí de otro autor que si deseas algo con todas tus fuerzas, el universo conspira para que aquello se te conceda de una u otra forma. Me pregunto si en mi caso, pudiera funcionar... — se dijo así mismo, apoyando su mano derecha sobre su mentón para luego escuchar la vibración de su celular. — ¿Un mensaje de texto?

Al abrir la bandeja y leer lo recibido, una sonrisa se esbozó en su rostro, iluminado por aquella pizca de esperanza.

— Lo hizo, guardó mi número...

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