¿Qué ocurre cuando acercamos una pequeña mecha de fuego a un bidón lleno de nitroglicerina? Louis Tomlinson conocía a la perfección los efectos de aquella reacción. Un chico de tan solo veintitrés años, a quien su familia le había arrancado cada pequeña porción de inocencia que su cuerpo poseía, dejándole abandonado a su suerte, como un fantasma con pesado grilletes alrededor de sus desfigurados tobillos. Mark y Johanna Tomlinson, unidos a través de un lazo negro y enfermizo, lleno de odio y maldad. Ninguno de los dos conocían el significado de tolerancia, amor o empatía. No eran más que un par de vil seres, con el único propósito de corromper a las cinco maravillosas personas con las que compartían apellido. Pero Louis nunca había estado de acuerdo con el adoctrinamiento que sus padres le habían intentado impartir desde la primera vez que inundó la habitación de un hospital con su llanto. Él había sido capaz de crear una resistente barrera y un criterio propio, enterrando cualquier ápice de odio proclamado en su casa en lo más profundo del sótano. Mas las cosas no podían seguir así y el joven adolescente de ojos azules y revoltoso cabello oscuro debía encontrar algo a lo que aferrarse en vida, con tal de que la muerte no le hiciera una furtiva visita. Louis tuvo que recurrir a las drogas para apagar las voces de su cabeza y ser capaz de sentir algo, para corroborar que era un humano y no una triste alma exiliada en este mundo. La primera vez que la cocaína viajó por sus fosas nasales tenía tan solo trece años. Una discusión con su padre, tras defender verbalmente a un chico bisexual, quien las noticias decían que había sido apaleado por un grupo de ultraderecha en la capital, terminó en muy malos términos. Con el rostro sangrando y lleno de cristales de un vaso sobre él, caminaba bajo la lluvia, dejando que ésta se llevase consigo sus propias lágrimas. No podía entender porqué su familia tenía que pensar de esa manera, porqué nunca sería aceptado por su orientación sexual por aquellos que se suponen son los que te tienen que brindar apoyo incondicional. Y con esta maraña de incógnitas, quedó rezagado en un amplio callejón, donde su vida y la manera de afrontarla cambiaría por completo aquel día. Diez años después, sus padres finalmente fueron enfrentados por Louis, quien con lágrimas en los ojos y perlas de sudor sobre la frente, tuvo la valentía de salir del armario con ellos, aún sabiendo las consecuencias. Y éstas no tardaron mucho en llegar. Tuvo que contemplar como su padre destrozaba tanto sus huesos, como sus esperanzas, mientras su madre renegaba de él, repitiendo constantemente que un homosexual no podía formar parte de su familia. La sobredosis de heroína no tardó en llegar y, posteriormente, el ingreso en un hospital psiquiátrico, donde empezará una nueva etapa, conocerá nueva gente y dejará que su corazón sea capaz de volver a latir.
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CLÍNICA COWELL (editada)
FanfictionHarry Styles es ingresado en la Clínica Cowell, un hospital psiquiátrico situado a las afueras de Bradford, una ciudad inglesa en el ecuador del país, tras un intento de suicidio. Entre paredes blancas y una exhaustiva vigilancia, intercambiará mira...