Louis se levantó aquella mañana solo. Se quedó mirando el techo durante un largo rato. Reflexionó sobre el sentimiento que subía por su garganta. Llevaba toda una vida solo vagando por calles vacías, con la sola compañía a veces de una raya de cocaína. Sin embargo, la inesperada compañía de quienes vestían el mismo uniforme le habían enseñado, en tan poco tiempo, le habían hecho una reducida presentación sobre lo que podía llegar a ser pertenecer a un grupo de personas. Era por eso mismo que después de más de un mes de ingreso, despertar en una habitación donde solo se escuchaba su propia respiración, se le hacía tan extraño como gris.
Llegó al comedor y se encontró con una de las imágenes más desagradables que había observado hasta el momento. Una chica, que probablemente no tendría más de dieciocho años, lloraba desconsoladamente mientras un enfermero le intentaba dar de comer. Ella se resistía, girando el rostro cada vez que le acercaba una cucharada y, repentinamente y para el asombro de Louis, tiró la bandeja de comida al suelo. Al chico se le encogió el corazón en ese momento. No podía ni imaginarse lo que tendría que estar pasando ella en esas circunstancias.
- Tendrían que sedarle e inyectarle suero, no montar la escena que sabían perfectamente que iba a ocurrir.- fue lo primero que escuchó al sentarse en la mesa.
- Se resisten tanto a eso y no lo entiendo. Sobre todo al principio del tratamiento, es muy complicado que puedas "obligarles" a comer. Es mejor tanto para el paciente como para el enfermero que se encargue de ella.- comentó Liam, con la mirada triste.- Buenos días, Louis. ¿Sabes algo de Luke?-
- Ayer por la tarde le pregunté un enfermero. Lo único que me indicó fue que se encontraba bien y que no podía recibir visitas.-
- Por lo menos sabes que está bien...-
Louis asintió, considerando si debía volver a preguntar o parecería demasiado pesado.
- Liam tiene toda la razón.- prosiguió Shawn.- En cuanto que ingresé, me pillaron dos veces vomitando y no tardaron nada en empezar a llevarme a la enfermería para el suero. Y allí conocí a Josh.-
- Mejor omitamos esa parte. Dios mío, que mal estaba por aquel entonces. Daba miedo verme.-
- No te voy a mentir. Parecías un maldito esqueleto. Pero esa etapa está en el pasado y es mejor dejarla allí enterrada.-
- También estaba Luke, ¿no?- preguntó Niall, intentando hacer memoria.
- Efectivamente. Siempre estaba en silencio y con la mirada perdida. Al principio lo pasó muy mal. Se le veía en la cara lo desolado que estaba. Ahora, al menos, se le ve una sonrisa de ves en cuando.-
Harry escuchaba con atención aquello. Llevaba muchos años sin ver a Luke, se conocieron cuando tan solo eran unos mocosos. Pero él si se acordaba del chico, mientras el otro pasaba de largo sin siquiera mirarle a los ojos. ¿Tanto había cambiado?
La hora del desayuno finalizó y, mientras el resto del grupo salía hacia el jardín, una enfermera se acercó a Louis, quien frunció el ceño observando como se aproximaba hasta él.
- ¿Louis Tomlinson?- le preguntó, prosiguiendo al verle asentir.- Ayer preguntaste por Luke Hemmings y un compañero te respondió erróneamente que no podía recibir visitas.-
- ¿Puedo ir entonces?- le interrumpió, nervioso.
La enfermera asintió, a lo que le contestó que iría a avisar a un compañero que se iba. Después de decírselo a Liam, ambos caminaron hacia la enfermería. En el tiempo en el que recorrieron los largos pasillos que llevaban a su destino, se dio cuenta de que realmente deseaba que se encontrara bien, al igual que le había cogido algo de afecto al chico, en quien se vio reflejado en algún momento.
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CLÍNICA COWELL (editada)
أدب الهواةHarry Styles es ingresado en la Clínica Cowell, un hospital psiquiátrico situado a las afueras de Bradford, una ciudad inglesa en el ecuador del país, tras un intento de suicidio. Entre paredes blancas y una exhaustiva vigilancia, intercambiará mira...