CLÍNICA COWELL (editada)

/cincuenta/

LOUIS POV.

Me sentía en una encrucijada. Mis pies caminaban más rápido de lo que mi mente los hacía moverse, al mismo tiempo que mis ojos daban vueltas sobre cada palmo de pintura que me rodeaba. El pasillo se sentía angosto, creando una atmósfera de encierro que me retumbaba en el pecho. Me percibía a mí mismo como una hormiga huyendo de un enorme oso en una oscura noche. Estaba completamente atrapado por mi propia mente. Mi propio corazón. 

El lugar que me había visto sanar durante tanto tiempo, abrió las puertas a una nueva alma consumida. Parecía que el avance por el que había luchado en los últimos meses, había desaparecido en un efímero instante. 

Daryl Brown sabía que Louis había sido un paciente distinto para él. En sus diez años de profesión, pocas veces había intimado con un paciente como lo había hecho con él. Y verle en un estado en el que nunca pensó volver a verle sumido le entristeció enormemente. Había estado hablando en profundidad con Elisabeth de su caso, ya que ella era la que trataba a Harry, peón fundamental en el tablero por el que Louis daba tumbos. Necesitaba conocer cada rincón de lo que le estaba ocurriendo el chico, para aplicar con optimización un tratamiento. 

- Buenos días, Louis. Me alegro de que hayas sido capaz de enfrentar lo que sé con certeza que te agota tanto física como psicológicamente. ¿Me sabrías decir cómo te encuentras?- 

Respiré profundo antes de ordenar mis ideas. Esa pregunta se sentía abstracta cada vez que se me era formulada. Todavía no era capaz de entender el concepto completo de su estado sentimental. 

- Me han hecho esa pregunta tantas veces en tan poco tiempo que ya no sé ni que responder. Estoy bastante jodido, creo que de eso nadie tiene dudas. Intento que los malos pensamientos no me quieran hacer cerras los ojos para siempre, de verdad que me lo propongo, pero se me hace muy cuesta arriba. El sentimiento de culpa no me deja dormir por las noches. Harry intenta distraerme lo máximo posible, sé que lo hace con muchísimas ganas, pero no siempre lo consigue. Y me duele verle así, porque sé que él también está sufriendo y no se centra en su dolor, sino que lo hace con el mío. Es muy egoísta de mi parte.- 

-Louis, creo que sé lo suficiente de vuestra relación como para asegurar que ambos tenéis una conexión muy fuerte, que os une en mente y alma. Esto significa que prácticamente trabajáis como uno solo, siendo dos cuerpos y un solo corazón. Tu bienestar es el suyo, tu felicidad es la suya, que tú sonrías hace que él también lo haga, tu dolor es el suyo. Lo que está haciendo es curarse a sí mismo a través de ti. Pocas veces una persona tiene la capacidad de amar a otra tanto como para ser capaz de hacer eso. Harry la tiene de una manera superior a la que yo he visto nunca.- me explicó lentamente, con el semblante serio. 

Esas palabras me golpearon el pecho como si de puños se tratase. El estómago se me llenó de angustia, pero también de una irrefrenable euforia. Me sentía angustiado porque la inseguridad me estaba ahogando. ¿Querría yo a Harry de la misma manera que él lo hacía conmigo? Siempre pensé que sí, pero ahora tenía demasiadas dudas. No sabía que era lo suficiente para él, si era lo que Harry buscaba o lo que realmente necesitaba en esos momentos. Me había apoyado tanto en él en los últimos días que no me había parado a pensar si yo no era el único que necesitaba un soporte para no caer.

Pero a la misma vez me sentía eufórico, porque sabía que lo que el doctor Brown me había dicho era verdad. No sé como lo podía llegar a saber, pero lo hacía. Parecía que lo nuestro había salido de alguna película de romance, donde todo era perfecto y el amor se alzaba frente a todo incondicionalmente. Nuestras circunstancias eran todo menos perfectas. Lo que sí podría serlo era lo que uno sentía por el otro. Puede sonar un tanto egocéntrico, sin embargo, yo solo digo lo que conozco. Y aquello se sentía real, correcto e impecable. Solo Harry y yo podíamos saber lo que sentíamos y el alcance de nuestros sentimientos. Y puedo asegurar que nunca pensé que una persona podía amar a otra con tanta intensidad.