/veintisiete/

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LOUIS POV.

Otra cita con el psiquiatra y juraría que me iba a volver loco. Mientras andaba por el triste pasillo que conducía hasta la consulta, empezaba a sentir aquella presión en el pecho que tantos años he sufrido al estar encerrado en mi casa. La sensación de fatiga comenzaba en cuanto él articulaba la primera frase. Los recuerdos me atormentaban, sin embargo, aquel día, era un sueño truncado en particular la que no me abandonaba. 

Se me erizó la piel al terminar el relato. Intentaba convencerme de que solamente había sido una pesadilla, que no debía darle más vueltas y que era estúpido seguir sintiéndose incómodo recordando el momento. Pero no lo conseguía cumplir.

- Louis, yo no soy experto en estos temas, lo tendría que comentar con algún compañero para cerciorarme, pero podría decirte que es una especie de metáfora de la ansiedad que sufres. Esa sombra de tu padre acechándote es el causante de tu perturbación, al igual que las risas de tu mejor amiga haciendo eco, con esa alegría que se ve opacada con el dolor y la sombra que te persigue. No sé si alguien más te podría hacer una lectura diferente.- me explicó el psiquiatra, con un semblante serio y pensativo.

Me tomó un breve momento procesar sus palabras. Lo que estaba diciendo podía tener mucho sentido si uno se paraba a reflexionar sobre ello, llegando a la conclusión de que no iba tan desencaminado. La ansiedad me estaba carcomiendo cada centímetro de piel y eso era innegable. Estaba completamente perdido sobre el siguiente paso, sintiendo un abismo bajo mis pies.

- ¿Un propósito de vida podría ser una ayuda de alguna manera?- pregunté finalmente, sin tener la certeza de querer sabe la respuesta.

- Esa era la conclusión a la que deseaba que llegases desde el primer día. El único propósito que has mantenido durante toda tu vida ha sido el de sobrevivir, a toda costa. Pero ya no lo es. No te importa sobrevivir, solo ves dos salidas: o empezar a ver la vida en otro color o abandonarla. Piensas que no te queda otra. Es por eso mismo que necesitas encontrar una meta, algo que te haga querer seguir aquí. Y eso es lo que debes buscar. No importa cuánto tiempo te lleve, ni dónde lo encuentres y mucho menos en la forma en la que lo hagas. Ya lo hiciste una vez con la droga, ahora encuentro un camino que no te acabe arrastrando a ti hasta la zona de malas hierbas.-

Sé que la verdad se me estaba mostrando con tanta facilidad que me daban nauseas, sin embargo, me rehusaba a aceptarla. No me veía con fuerzas suficientes para volver a equivocarme de dirección, de sentido, de señal. Me sentía exhausto de tanto intentarlo, sin ningún resultado a la hora de la verdad. No sabría ni por donde empezar, ni el lugar donde debía apoyar el primer paso, ni el sentido que se suponía que tenía que tomar. Me dolía la cabeza.

- No sé si seré capaz de hacerlo.-

- Piensa en lo que Taylor significaba para ti.- empezó a hablar, haciendo que la abundancia, dicha, calma, apoyo y gozo vinieran hasta mi mente.- Esos sentimientos en los que estás pensando ahora mismo son los que debes buscar. Da igual si lo encuentras en una persona, un deporte o un trabajo. Lo realmente importante aquí es que te levantes cada día sin pensar en el porqué lo sigues haciendo.-

Era consciente de que nadie debía juzgar la manera en la que cada persona sobrelleva sus problemas, siendo esto único e igualitario para todos. Sin embargo, sabía que nada se medía de la misma forma cuando uno mismo era el protagonista. Unos pueden pensar que no tienen más que una opción, pero esa opción no puede ser la misma que piense otra. Cada uno luchamos a nuestra manera y no debemos menospreciar el método de alguien. No eres mejor persona por recurrir al deporte en un momento de crisis que otra que recurre a escuchar su álbum favorito o ver su película de la infancia. Hay tantas metas a las que llegar como copos de nieve caen del cielo.

CLÍNICA COWELL (editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora