/cincuenta y dos/

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- Mira que tengo años de experiencia y que podría perfectamente escribir un libro entero sobre anécdotas que me han pasado trabajando, pero como esta situación nunca.- afirmó la doctora Smith.

Elisabeth y Harry se encontraban en el despacho de esta. Había pasado una semana desde aquel trece de enero tan oscuramente señalado para el lugar. El ambiente aún seguía tenso tras lo sucedido, habiendo impactado el accidente en muchos de los pacientes que seguían repitiendo aquella imagen una y otra vez en sueños. 

- Menos me imaginé yo pasar por esta situación, siendo sinceros.- le contestó, apoyándose con la espalda en la pared. 

- ¿Cuál es el siguiente paso?- 

- Harry, ¿estás seguro de eso?-

- Le juro que era ella, sin lugar a dudas.- 

El chico no había tardado en acudir a su psiquiatra, más una amiga en aquellos momentos. La doctora Smith se había convertido en una consejera, en unos oídos que sabía que iban a escucharle, en un hombro donde sostenerse hasta recuperar el aliento. A veces se sorprendía imaginando a Elisabeth como su propia madre. Desechaba la incómoda idea al instante, sin embargo, había algo en su más profundo ser que realmente lo deseaba. 

- Parece ser que el "nunca digas nunca" puede ser posible en algunos casos.- 

Elisabeth había quedado completamente sorprendida frente a la revelación de su paciente, quien se veía realmente afectado, como era lógico. Harry se encontraba angustiado e impaciente, en un leve estado de shock del que no se había deshecho en todo el día. Se podía leer en sus ojos el pavor que sentía ante aquel descubrimiento. 

- Necesito información, es lo único que vengo a pedir. No puedo dejar algo de esta magnitud pasar por alto. No dormiría tranquilo en lo que me queda de vida.- 

- Es totalmente comprensible, creo que incluso ni yo estaría en paz. Tampoco te puedo proporcionar mucha información, poco es lo que se sabe del director y menos de su esposa. Llevan casados alrededor de siete años y no tienen hijos, en común corrijo ahora. Simon no suele nombrar nada sobre ella, excepto para comentar lo bien que cocina. Lo más relevante que hay es que todos los años se celebra una comida en el día de cumpleaños del director. Y ella siempre se presenta.- 

La respiración de Harry pareció pararse por un instante. La mente se le iluminó en cuestión de segundos, viéndose vencedor de aquel enigma. Anne en un momento u otro del año aparecerá en el mismo lugar en el que él se encontraba, existiendo la posibilidad de responder a sus preguntas en primera persona. El corazón golpeaba su pecho desbocado, sintiendo la tensión de la sangre recorrer cada palmo de su cuerpo. 

- No me mires de esa manera, Styles. Ni se te ocurra expresar lo que sea que te está pasando por la cabeza.- 

- Es hora de cerrar otra herida de mi turbulento pasado.- 

- Dijiste que siempre viene en la comida que se celebra por el cumpleaños de Simon. Y eso es en cuatro días. Es el escenario perfecto para actuar.- 

- ¿Crees que serás capaz de infiltrarte de manera eficiente?- 

- ¿Quién tiene acceso a esa comida?- 

- El equipo de psicólogo y psiquiatras en su totalidad y un par del de administración. Lo hacemos en el comedor de la zona de trabajadores. No tenéis ningún tipo de vía de entrada allí. 

- Pues tendremos que hacer una. Y tú vas a ser quien la abra. Necesitamos que le apartas del resto y que se encuentre conmigo. Todo debe de seguir ese objetivo.- le contestó, mordiéndose las uñas compulsivamente. 

CLÍNICA COWELL (editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora