CLÍNICA COWELL (editada)

/veintidós/

El ambiente no estaba tenso, pero no se podía decir que la palabra serenidad fuese la mejor para describir la pared que se formaba entre los dos. No se habían dirigido la palabra desde que se habían separado y se encontraban mirando al frente, sin mover ni siquiera un dedo. Harry se maldecía a sí mismo por tener la necesidad de reflexionar sobre lo que había pasado, cuando había sido algo tan simple e inocente como un abrazo. Sin embargo, no era capaz de evitar pensar en la manera en la que su piel se había erizado y su respiración se había calmado. ¿Por qué todo parecía tan complicado? Louis meditaba de una manera parecida a la de Harry. No tendría que estar dándole vueltas a un asunto sin importancia alguna. Pero parecía tenerla y aquello no era una buena señal. 

El camino de vuelta al comedor fue largo y pesado. Cada uno estaba perdido en su propia cabeza, sin darse una mísera tregua. Nunca había descanso para ellos. Siempre había algo que les pisaba el pecho y les dificultaba la respiración. Era tan fatigoso que la única alternativa que veían era dormir para siempre. 

Ashton y Zayn les saludaron nada más verles a lo lejos, llegando cansados con sus respectivas bandejas sobre las manos. Se sentaron cada uno en su asiento, dejándose prácticamente caer sobre la silla. 

- ¿Cómo os ha ido?- les preguntó Niall, antes de tomar un sorbo de agua. 

- La misma mierda de siempre, mejor ni preguntes.- contestó Harry, apoyando la barbilla entre las manos, ofuscado. 

- La moral no está en su mejor momento.- fue la respuesta de Louis, quien empezó a comer desganado. 

- Ya veo la alegría que os cargáis los dos.- añadió Ashton, viéndose reflejado en ambos. 

- Son nuevos, déjales tiempo. Aún recuerdo lo destrozados que se nos veía a todos al principio. Esto era Villa Fantasma, no como tú, que vives en Ciudad Unicornio.- bromeó Zayn, haciendo que los demás rieran. 

- Alguien tiene que ser el optimista del grupo... Harry, todos nos sentimos mal aquí, es un psiquiátrico. Está claro que el dolor y la desolación que se siente el ingresar no es comparable a nada, pero me gustaría que sepas que no eres el único que sufre. Y aunque suene como un comentario egoísta y escaso de bondad, es todo lo contrario: significa que puedes compartir tu desconsuelo con los demás porque te vamos a escuchar, entenderte hasta cierto punto y no juzgarte en ningún momento. Todos estamos jodidos y eso nos hace estar unidos en nuestras putadas.- 

- Que discursitos tiene este chaval siempre.- comentó Liam, siguiendo con la conversación.- Ashton tiene toda la razón. Estamos de alguna manera juntos en todo esto. Y el principal truco para sobrevivir a un lugar como este es tomar con normalidad la mayor cantidad de sucesos. Es una buena manera de no volverte loco.- 

- Un ejemplo de esto puede ser la Eurocopa del año pasado. Estuvimos insistiendo casi un mes en que nos pusieran una televisión, al menos temporal, para poder verla, como el que le pide a su madre durante una semana salir de fiesta ese sábado. Finalmente accedieron, conectando una aquí mismo. Vimos todos los partidos como un grupo de amigos que se reúnen mientras beben cerveza. Creo que nos sentimos en casa después de mucho tiempo. Aún recuerdo el cabreo que cogimos todos cuando perdimos la final contra Italia. Los gritos de Alex se podían escuchar hasta en Nashville, maldiciendo todo lo que se le cruzaba por delante. Probablemente como alguna vez hizo en su propia casa. Y son en esos momentos en los que se te olvida dónde estás, quien eres y las condiciones en las que te encuentras. Se convierte todo por instante en plena normalidad. - esta vez fue Zayn quien habló, con la mirada cargada de nostalgia y una sonrisa ladina en el rostro. 

Louis rio, recordando su etapa en el equipo de fútbol, donde una mínima parte había tenido su gracia. 

- Llegará el día en el que me muera y todavía no se me habrán olvidado las tardes de cervezas y partido con mi equipo de fútbol. Definitivamente odiaba tanto jugar al fútbol como a los capullos del equipo, pero verles gritar a una televisión, maldiciendo e incluso llorando era una estampa realmente graciosa. Yo solo iba por unas birras gratis, un sitio seguro donde fumarme algo y donde tenía a diversión asegurada. Nunca me han gustado los jugadores básicos, típicos heteros básicos, que basan su personalidad en el deporte, lo mucho que les gustan las tías y sus genitales.-