/treinta y uno/

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- ¿No tienes nada qué contarme?- le preguntó Niall, mientras se acomodaba en la litera de arriba.

- No sé exactamente por qué tendría que hacerlo.- respondió seco, mientras subía y se colocaba a su lado.

Se había convertido en costumbre que ambos se instalaran en la misma cama, mientras pasaban largos ratos de charla, sobre todo de parte de Niall. Harry había conseguido aceptar la intensa personalidad de su compañero y ahora era capaz tanto de escucharle como de abrirse en algunas temas. Quizás incluso podían crear una linda amistad, pensaban. 

- A mí no me vengas haciéndote el tonto. ¿Por qué has llegado tan tarde después del psiquiatra?-

- Porque la sesión de hoy se ha alargado más de la cuenta.- mintió, aún sabiendo que Niall insistiría hasta tener una versión que le convenciera.

- ¿Y la de Louis también ha sido más larga de la cuenta?- 

Harry rodó los ojos. Era consciente de que si se lo contaba, iba a montar una fiesta y armar un revuelo sobre algo que intentaba aceptar que no era nada importante. Sin embargo, tendría que confesárselo en algún punto o se volvería loco.

- No hay nada que comentar.- 

- Harry-

- Niall, no voy a decirte absolutamente nada.-

- ¡Harry!-

-¡Ya te lo cuento, pero cállate de una vez! Ostia, que pesado eres-

El chico esbozó una sonrisa victoriosa. 

- Es como mi superpoder.- respondió picarón, a lo que Harry reaccionó resoplando. 

- Y el mío es darte un puñetazo ahora mismo. Lo que pasó es tan simple como que el otro día, al salir de terapia, me dio un ataque de ansiedad. Estaba fuera de control y Lou me ayudó a tranquilizarme. Mi psiquiatra me recomendó descansar en mi habitación y que él me acompañara. Dormimos una siesta juntos. Fin de la historia.- le explicó con prisa, saltándose las partes que más le llamarían la atención a Niall.

- Le has llamado Lou.-

- ¿Qué?-

- Que le has llamado con un diminutivo, en vez de utilizar su nombre completo-

- ¿Y de todo lo que te he contado solo te has fijado en eso?- exclamó, poniendo las manos en una pose de incomprensión. 

- No, solo que voy por partes. Pero eso es lo más relevancia tiene para mí.- bromeó el chico, a quien le encantaba exasperar a Harry.

- Sabes que eres insoportable, ¿verdad?-

- Sobre todo contigo. No, pero ya en serio, ¿el ataque de ansiedad fue tan malo?-

- Yo sentí que me moría en ese momento. Estábamos hablando sobre la enfermedad de mi padre y es que sabía desde el principio que aquello no iba a salir bien. Creo que acerté.-

- Que putada, joder. Al menos piensa que tuviste a alguien a tu lado. Eso no siempre ha sido posible.- 

Harry no contestó. Sabía que el hecho de haber tenido a Louis junto a él había minorizado el impacto de lo sucedido, sin embargo, no quería pensar que necesitaba a alguien para no derrumbarse. 

- Voy a volver a tocarte los huevos, para que me quites esa cara larga y se cambie a una mueca de asesino en serie. Me has dicho que estuvisteis durmiendo aquí, ¿abrazaditos?-

El chico se llevó una mano a la frente. Realmente daba en el clavo cada vez que le quería sacar de quicio.

- No, Niall. No dormimos abrazados. Deja de una vez tu fantasía de boda homosexual que tienes montada en la cabeza y céntrate en la realidad.- 

CLÍNICA COWELL (editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora