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Jeongguk esperó en silencio a la reacción del rubio frente a él.

Jimin pareció haberse quedado sin aire, completamente congelado, su boca abierta demostrando su completa sorpresa ante la presencia de Jeongguk.

—No comprendo... —murmuró Jimin, y Jeongguk notó el ligero temblor de sus manos cuando las escondió en sus costillas. Jeongguk sabía que quizá sería complicado para él ver que el padre biológico de su hijo ha vuelto. Supo por la mirada inestable del hombre que se encontraba nervioso, ansioso y en completo conflicto en su interior. — Su... No, debe estar equivocado. —espetó e intentó cerrar la puerta, la mano de Jeongguk se interpuso.

—No lo hagas más difícil. Tengo tu jodida dirección y tu maldito nombre, mi hijo está ahí dentro y quiero verlo. —Jeongguk dijo, su voz fría y llena de convicción. Sabía que no lograría nada siendo un tipo duro, pero los años de convicto lo hicieron extremadamente firme y a estas alturas ya no tenía tanto tacto como solía tener.

— ¡Vete o llamaré a la policía! —gritó Jimin, empujando la puerta mientras Jeongguk empujada del lado contrario, ambos luchando.

Jeongguk ni siquiera ponía de toda su fuerza, pudo ver la contextura de Jimin, buen cuerpo pero delgado, probablemente trote pero eso no era suficiente para Jeongguk, el tipo que se refugió en las pesas y el boxeo en la cárcel.

—Llámalos, no me iré de aquí sin ver a Dakho. —Jeongguk gruñó, su voz áspera en ira por el comportamiento de Jimin. Esperaba que lo solucionaran de una buena manera.

Jimin siguió forcejeando, — ¡Ya lo abandonaste una vez! Vete a la mierda, ahora es mi hijo.

Eso apretó el interruptor equivocado en Jeongguk. Apretó su mandíbula e impulsó la puerta con más fuerza, la suficiente para abrirla pero no para tirar a Jimin al suelo. Aunque quería hacerlo, quería golpearlo por ser tan incompetente y resistirse tanto.

Cuando abrió la puerta, Jimin dio una pasos hacia atrás, notoriamente asustado y abrazando su propio cuerpo. Pero Jeongguk nunca fue bueno con las sensibilidades, rápidamente caminó hasta Jimin y lo tomó de los brazos, estrellando su espalda contra la pared más cercana y acercándose lo suficiente para sentir el suave aroma de champú en la camiseta mojada de Jimin.

—Yo no abandoné a mi hijo. Será mejor que no hables de mierdas que no sabes. —Jeongguk dijo entre dientes, su mirada oscura e intensa clavándose en Jimin. — Ahora, sé un buen ciudadano y déjame ver a mi hijo.

Jimin frunció el entrecejo, pero su cuerpo seguía protegiéndose a sí mismo, —Estás loco, ¿Por qué te decides a aparecer ahora? ¿Acaso esto es una jodida mierda de Chan? Oh, eso es. ¡El hijo de puta te envió a buscar a mi hijo! ¡Lo voy a matar! —gritó, desconcertando un poco a Jeongguk al ver como sus hombros se tensaron y toda su cara se deformó en enfado puro.

—No tengo ni idea de los que hablas, pe- —fue interrumpido por un grito.

— ¡Appa!~

Se oyó desde la planta superior de la gran casa. Jeongguk y Jimin se miraron, ambos quietos mientras resonaba por la espaciosa sala la tierna voz del hijo en común.

— ¡Ya estoy listo, appa!

Jeongguk estudió rápidamente el lugar, estaba más cerca que Jimin de las escaleras. Al parecer, Jimin notó su plan calculado y comenzó a negar con la cabeza, pero antes de siquiera notarlo corrió hacia ellas.

A Jeongguk le tomó un segundo darse cuenta y siguió a Jimin por detrás, lo alcanzó a mitad de la escalera y -sin importarle nada más que el niño de arriba- envolvió la cintura de Jimin, deteniéndolo e intentado dejarlo atrás.

𝐉𝐀𝐈𝐋 •*ᵎ GgukminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora