Taehyung miró en silencio el sobre café que descansaba en sus manos.
Sabía que no le inmiscuía y que probablemente Jimin le querría patear el trasero si se enterara, pero si era sincero, a Taehyung le importaba una mierda. Había visto a su amigo cabizbajo y llorar en silencio los últimos tres días, lo había visto preocupado por Dakho, sufrir en silencio y saltarse comidas, y eso fue lo que finalmente le hartó. Taehyung nunca fue alguien entrometido, podía recordar a Seokjin llegarle con chismes que él oía a medias porque realmente no le importaba la vida ajena.
Pero se trataba de su mejor amigo, del chico que lo incluyó en su vida desde la universidad y le ayudó a surgir, el que habló con su madre para darle un puesto de renombre siendo solo un novato. Ahora podía considerarse el mejor abogado y cotizado por la elite, pero todo eso se debía gracias a Jimin, y Taehyung siempre se iba a sentir en deuda con él.
Así que no se lo pensó mucho cuando tomó el teléfono ayer por la noche para llamar a uno de sus tantos contactos y pedirle que buscara a un tipo llamado 'Jung Hoseok'. Durante la corta estadía en la casa de los amigos de Jungkook, Taehyung pudo ver detrás del chico que abrió la puerta un cuadro de titulación a nombre de 'Jung Hoseok', si título de profesor enmarcado en un cuadro.
Taehyung siempre había sido muy observador, y apenas leyó ese nombre lo memorizó, y se abstuvo. Pero cuando vio a Jimin pálido y con ojeras, perdido en la reunión de ayer y casi desmayado por no haber desayunado, fue suficiente para él.
Así que lo hizo, llamó a Pierre y le pidió si podía buscar un profesor llamado Jung Hoseok y darle su dirección del hogar y de la escuela a la que enseñaba, Pierre demoró un día pero finalmente lo hizo y fue la secretaria de Taehyung quien le entregó el sobre cuando llegó esta mañana a su bufete.
Él sabía que lo que hacía no estaba bien, buscando información privada de una persona. Pero, y como dijo antes, le importaba una mierda. Taehyung era un excelente abogado, y algunos a veces cuestionaban sus métodos, pero él siempre veló por la justicia y consideraba que ahora mismo, la estaba ejerciendo. Así que solo suspiró y abrió el sobre, leyó el nombre, edad, datos personales y finalmente llegó a la dirección, la del hogar era exactamente la misma a la que acompañó a Jimin así que había encontrado al indicado, siguió avanzando hasta la dirección de su trabajo y miró la hora, eran las «15:45» por lo que pronto estarían saliendo de la escuela los alumnos. Lo consideró el destino y tomó su maletín, salió con rapidez y le avisó a su secretaria que volvería en seguida.
Condujo hasta la escuela y estacionó frente a ella, miró como la multitud de alumnos salían eufóricos y decidió a esperar a que se vaciara para proceder.
Miró su móvil y sonrió al ver la foto de Seokjin de fondo, podía mirar aquel rostro y jamás entender cómo es que él le había prestado atención a Taehyung. Seokjin tenía a muchos tipos detrás, pero él siempre miró a Taehyung, y Taehyung se consideraba un afortunado por ello.
Le marcó y aguardó en silencio oyendo los pitidos a que le respondiera, sin pender de gusta la escuela aún repleta de niños.
—Mi amor.
Taehyung sonrió, Seokjin lo tenía por completo.
— ¿Qué tal, amor? ¿Cómo te fue con las invitaciones? —preguntó, recordando bien lo nervioso que había estado Seokjin los últimos días debido a un error que tuvieron las invitaciones y tuvieron que volver a hacerlas.
Oyó la suave sonrisa de Seokjin y sonrió por ello, imaginándolo. —Muy bien, las tendrás listas dentro de dos días y podremos enviarlas... ¿Cómo está Jimin, mi amor?
—Él... estoy a punto de hacer una estupidez, Jin. —susurró, porque Taehyung no podía ocultarle nada a Seokjin.
Él exhaló suave, —Sé más que bien que detenerte sería imposible, así que lo único que puedo decirte es que tengas cuidado, que no hagas ninguna cosa ilegal y te espero para cenar, Tae, si sabes a lo que me refiero.
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𝐉𝐀𝐈𝐋 •*ᵎ Ggukmin
Hayran Kurgu*•.* ↳ Jeongguk es un exconvicto y Jimin el padre adoptivo de su hijo. Jeongguk nunca lo tuvo fácil, menos siendo padre soltero. Pero cuando cometió un error y tuvo que pagar por ello, su vida se derrumbó. La cárcel fue su destino y dejar a su hijo...