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— ¡Appa!

Jimin abrió los ojos de golpe, sintiéndose ahogado por un segundo para después recuperar el oxígeno y respirar profundamente, mirando a Dakho que se le había tirado encima y le había golpeado en el estómago. Pero no pudo enojarse por ello, no cuando su hermoso hijo le miraba con esos ojos grandes.

Los mismos ojos de Jeongguk.

Jimin se detuvo a mirar a su lado antes de volver a Dakho, notando el vacío que debió ser reemplazado por el hermoso hombre de tatuajes que le había abrazado durante la noche.

—Appa, el señor Gguk está haciendo unos ricos panqueques y mi papa Chan está esperando abajo. —dijo con entusiasmo.

Jimin sonrió acariciando su cabello negro, —Aw, que tierno el señ... ¿Qué has dicho?

Dakho rio y Jimin se levantó de un salto. Qué demonios había estado pasando en su hogar mientras él dormía que al despertar estaría un futuro ex esposo y Jeongguk en la misma casa.

Oh, infiernos.

Ni siquiera buscó ropa decente y con su pijama de dos piezas bajó con rapidez, Dakho ya en la primera plana y jugando con su Ironman de juguete en la sala, completamente distraído del momento en que Jimin llegó a la sala y vio la quijada apretada de Chanyeol y el torso desnudo de Jeongguk.

Demonios. Demonios. Demonios.

— ¿Qué haces acá? —Jimin preguntó, obteniendo la atención de los dos hombres.

Chanyeol se levantó con sus hombros bien estirados y planchó con sus manos su terno color azul zafiro que combinaba a la perfección con su corbata perfectamente arreglada. Él definitivamente lucía espléndido, pero su cara denotaba ira y Jimin lo notó en el primero momento en que sus ojos conectaron. Después de todo lo conocía bastante bien.

—He venido a hablar contigo, pero por lo visto estás ocupado trayendo hombres a la casa donde se encuentra mi hijo.

Jimin rodó sus ojos, era recién las ocho de la mañana para esto.

—Si has venido a hablar tonterías entonces será mejor que te vayas. —Jimin espetó, ignorando el hecho de que Jeongguk se hallaba sin camisa en medio de ambos.

Pero sí que se dio el tiempo de mirarlo, buscando algún atisbo de inseguridad, incomodidad o desconfianza. Pero cuando Jeongguk le devolvió la mirada y le medio sonrió, supo que la presencia de Chanyeol solo era un pequeño inconveniente. Irrelevante.

—Iré a seguir con los panqueques, ¿Me quieres ayudar, Niño? —Jeongguk dijo, caminando hacia la cocina.

Dakho gritó un eufórico si y corrió hacia allá, volando en el aire a Ironman.

Jeongguk sonrió por ello y pasó por el lado de Jimin, dejando un suave beso en la comisura de sus labios seguido de un "buenos días" en su odio y una caricia en su estómago. Jimin le sonrió incluso si Jeongguk no se detuvo a mirarle después del beso, pero sí que le miró antes de sentir sus suaves labios, y Jimin no puedo evitar sentir el revoloteo en su estómago por la manera en que le miró, una suave mirada que demostraba apoyo ante la situación, apoyo ante el detestable hombre que ahora miraba con la mandíbula apretada a Jimin.

Jeongguk lo besó sin importar qué, y Jimin cayó un poco más solo por eso.

— ¿Qué haces acá? —volvió a preguntar, viendo en silencio como Chanyeol caminaba hasta llegar a él y sin aviso previo le tomó del brazo, Jimin protestó en un murmullo para no alertar a Jeongguk porque la verdad era que no sabía cómo era Jeongguk enojado, y el tipo había estado en la cárcel así que prefería evitar cualquier tipo de problemas, más aun con alguien como Chanyeol.

𝐉𝐀𝐈𝐋 •*ᵎ GgukminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora