No sabía con exactitud cómo debía sentirse en este momento, pero el temblor de sus manos le hacía saber que lo que fuese a ocurrir de ahora en adelante, cambiaría todo por siempre.
Por fin sería libre.
Sabía que temblaba por emoción, no tenía miedo, jamás podría sentirse aterrado de por fin librarse de las cadenas que rompían sus manos y ensangrentaban su cuello. Añoraba con todas sus fuerzas salir de esta oficina siendo el hombre libre que merecía ser.
Así que no esperó más, como podría si tenía la atenta mirada de Taehyung frente a él. Leyó nuevamente el papel y tomó la pluma, suspirando suave cuando se recargó sobre la hoja y deslizó la punta de la pluma, dejando su marca en el papel que lo declaraba, finalmente, civilmente soltero.
—Al fin. —Taehyung dijo con una sonrisa, tomando el papel y guardándolo en su maletín, se levantó y Jimin copió su acto. — Sabes lo orgulloso que estoy de ti, ¿No?
Jimin sonrió, —Lo sé.
Respiró hondo y cruzó la mesa para abrazar a Taehyung, quien rodeó su espalda apoyando su mejilla en su cabeza. Jimin aspiró su aroma, sintiéndose tan protegido en esos brazos como siempre había sido. Ambos tenían la misma edad, pero Taehyung siempre le había protegido como un hermano mayor.
Jimin sonrió por ello y se estiró a besar su mejilla antes de separarse de su abrazo. —Gracias por todo, Tae.
—No hay de que, Minie. Somos amigos, y tú me ayudaste cuando nadie más lo hizo.
—No quiero que te sientas en deuda conmigo, porque todo lo que hice lo hice porque te quiero. —aseguró, pero la sonrisa de Taehyung le hizo saber que él no se sentía en deuda con Jimin, y eso le alivió.
Le acarició la mejilla cortamente y dejó caer su brazo, —Ve a ver a Jeongguk para festejar que ya te separaste de ese imbécil. Te lo mereces.
— ¿Celebrar?
Taehyung negó, —Tu final feliz.
Jimin sonrió, ladeando su cabeza al pensar que ya todo lo malo había pasado. Le dio otro abrazo a Taehyung y dejó su bufete, respirando hondo una vez salió por las puertas y soltó una risa, bajando las escaleras en un baile de festejo por al fin haberse desprendido de lo que lo había atormentado por tanto tiempo.
Ya había pasado un tiempo desde el juicio, siguieron más denuncias que aún debían concluirse, y Jimin sabía que faltaba un largo camino para ello. Pero ahora era libre, y que bien se sentía aquello.
Llegó a su auto y se fue a casa cantando una canción, moviendo sus hombros al ritmo de la música e incluso danzando cuando estacionó y apagó el motor. Tomó sus cosas y corrió a la puerta, donde recibió el rico aroma a chocolate caliente que calentaría sus dedos congelados en el frío clima.
Cerró la puerta y se quitó el saco, lo dejó en el sillón que sonó debido al plástico que lo cubría y caminó hasta la cocina, en donde la espalda ancha de Jeongguk fue la primera vista que sus ojos vieron. Dios mío.
Jimin sonrió apoyándose en el umbral de la puerta y se mordió el labio inferior, sin entender cómo es que Jeongguk podía parecer un adonis sin siquiera intentarlo. La camiseta negra se ceñía a su cuerpo y podía ver cada movimiento mientras este veía un tutorial en YouTube para preparar el chocolate caliente.
— ¿Te quedarás parado ahí mirándome toda la mañana? —le dijo sin girarse para mirarle.
Jimin se encogió de hombros incluso si Jeongguk no le miraba. —Tal vez, ahora se me permite mirarte todo lo que quiero, soy un hombre oficialmente divorciado. —Levantó su dedo anular izquierdo. — No hay nada aquí.
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𝐉𝐀𝐈𝐋 •*ᵎ Ggukmin
Fanfiction*•.* ↳ Jeongguk es un exconvicto y Jimin el padre adoptivo de su hijo. Jeongguk nunca lo tuvo fácil, menos siendo padre soltero. Pero cuando cometió un error y tuvo que pagar por ello, su vida se derrumbó. La cárcel fue su destino y dejar a su hijo...