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Sus pisadas resonaban suavemente combinadas con las pisadas más fuertes de su acompañante que sorprendentemente se había aparecido aquella tarde cuando Jimin creyó que, después de muchas citas en las cuales él no había aparecido, iría solo al día más importante de su vida.

El día que cambiaría todo, incluso si las palomas de la plaza que quedaba a dos cuadras seguían revoloteando sus alas de la misma manera y el hombre de los helados seguía vendiendo en la misma esquina, o el atardecer seguiría siendo a la misma hora del día anterior y del día siguiente; este día marcaría un antes y un después para Jimin, y su pecho latía ferozmente por cada pisada que se acercaba a la oficina de la mujer que hablaba palabras inentendibles en los oídos de Jimin, demasiado ocupado oyendo el golpeteo de su corazón avisándole que estaba con tantas emociones encima que buscaba salirse de su pecho para descansar.

Estaba asustado, pero más allá de eso, estaba emocionado por la idea de comenzar su familia.

La mano de Chanyeol en su espalda apaciguaba ferozmente su inquietud y ansiedad que buscaba salir por sus poros dejando una fina capa de sudor en su piel y aumentando la temperatura de ella, teniendo que quitarse el saco una vez llegaron a la oficina donde la mujer se sentó frente a ambos.

—Por favor. —señaló los asientos frente a ella.

Jimin y Chanyeol se sentaron y comenzaron una amena conversación con la mujer que habían estado visitando los últimos meses. Jimin estaba muy seguro que esta sería la mejor decisión de su vida, muchas personas le habían dicho que era muy joven para crían un niño, pero él siempre había querido tener su propia familia. Se encontraba felizmente casado, y la idea de tener un hijo con el hombre que ahora tomaba con suavidad su mano le ablandaba el corazón casi haciéndole suspirar. Por fin tendría la familia que tanto soñó, y la idea de tener el apoyo de sus padres le hacía sentir tanta paz, como si todo estuviese donde debía estar.

Hablaron sobre el contrato, lamentablemente solo uno podía firmar como el tutor legar de Jeon Dakho, y se decidió que sería Jimin, pues él había sido quien estuvo meses insistiéndole a Chanyeol para adoptar un niño. Había sido complicado escuchar tantas negativas de su parte, pero cuando él mismo en una cena que hicieron luego de que Chanyeol se haya olvidado de su aniversario, le entregó un folleto de un centro de adopción, se sintió como el hombre más feliz del mundo.

Ahora mismo se sentía así, así que apretó la mano de su esposo antes de soltarla para agarrar el lápiz para poder firmar lo que le haría ser finalmente el tutor legal de hermoso niño que había estado visitando el último mes.

Jimin había leído su expediente, sabía que su padre biológico se encontraba en la cárcel por tráfico de drogas y de su madre no había información. Creyó que venía de una familia realmente mala y se sintió afortunado de poder ser él quien le diera la vida que se merecía.

Tomó el lápiz y dejó caer su mano sobre el fino papel, sin disimular el temblor de la misma.

Sonrió, —Lo siento. —musitó antes de mover en círculos su muñeca y esta vez, con firmeza, plantar el lápiz en la hoja y deslizarlo hasta dejar su firma en ella.

La mujer sonrió, —Perfecto, ¿Vamos por Dakho? Estará muy feliz de saber las nuevas noticias. —dijo, casi ironizando al saber que el niño ni siquiera tenía la capacidad de soltar una sola oración coherente.

— ¿Podemos decirle nosotros?

—Por supuesto que sí. Por favor, síganme.

Ella se alzó, revoloteando su falda larga sobre sus tobillos y el sonido de sus tacones pisoteando el piso de madera resonó por todo el pasillo. Jimin respiró hondo antes de mirar a Chanyeol sentado aún frente a él, quien le sonrió antes de tomarlo por la nuca y besarlo suave, quitando una vez más los nervios del cuerpo de Jimin.

𝐉𝐀𝐈𝐋 •*ᵎ GgukminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora