—Ese se te vería tan bien. —Jimin dijo, caminando con apuro hacia el pantalón de tela de un suave azul marino.
Jeongguk sonrió torcido, sin saber exactamente que hacían en el centro comercial cuando podrían estar aún recostados en la cama, toqueteándose y tal vez con otra ronda igual a la de la noche, antes de ir por Dakho. Realmente no lo entendía, pero ver como Jimin se entusiasmaba por cada prenda en la lujosa tienda le hacía sentir bien, era un Jimin relajado que no estaba con sus hombros tensos ni fingiendo sonrisas.
Y ahora mismo, mientras Jimin tomaba el pantalón y veía su talla, Jeongguk se sentía enamorado del hombre frente a él, recordando cómo se dejó tomar por sus manos la noche anterior, como disfrutó cada momento expresándolo en sus cejas contraídas, en sus mejillas rojas y en sus labios mordisqueados que no podían unirse en la hilera de gemidos que salían de su garganta. De solo recordar la manera en que Jimin lo miraba la noche anterior sentía su cuerpo vibrar, los sonidos que hacía aun los tenía guardado en sus tímpanos y sus manos aun cosquilleaban por haber tocado cada parte de su cuerpo. Lo tomó como suyo y se entregó ante él, ambos se unieron y Jeongguk jamás pensó que una unión de ese estilo se sentiría tan bien.
Durante sus años de convicto todo lo que tuvo fue sexo casual con algún preso de culo bonito o chicos que llevaban para visitas especiales, pero todo eso se resumía a bajarse los pantalones para sentir placer sin preocuparse por la otra persona. Esta vez fue completamente distinto, Jeongguk tocó a su compañero, lo olió, sintió cada detalle de él y se aseguró de su disfrute tanto como el suyo propio. Jeongguk hizo el amor, y lo hizo con el mejor hombre que pudo haber conocido.
Se sentía como un adolescente enamorado por primera vez, aunque por supuesto que era la primera vez que se enamoraba, y la manera en que Jimin se giró hacia él y le sonrió antes de acercarse con el pantalón en sus manos, supo que sus sentimientos eran completamente recíprocos.
—Pruébatelo. —Jimin dijo, estirando la prenda hacia Jeongguk.
Este la miró y luego a Jimin, — ¿Qué estamos haciendo aquí exactamente?
Un suave bufido dejó los labios de Jimin antes de que este tomara la mano de Jeongguk y lo guiara hasta quedar fuera de los probadores.
—Hemos venido a por ropa nueva, porque ayer te veías jodidamente sexy y tengo una necesidad de verte nuevamente en traje. —respondió en un suave susurro, estirándose de puntillas hasta dejar un beso en los labios de Jeongguk. — Así tal vez me amarres con la corbata la próxima vez.
Jeongguk sonrió, una viva imagen de aquello en su cabeza fue suficiente para sentir el vibrar de su polla y negar cuando Jimin pareció notarlo.
Tomó el pantalón y se metió dentro de los vestidores. Mientras se lo probaba Jimin le lanzó una camisa y terminó por probarse un conjunto completo que Jimin le hizo modelar y cambiarse un par de veces por otros de distintos tonos. Jeongguk no estaba muy de acuerdo en que Jimin gastara su dinero en comprarle ropa, él tenía la suya a pesar de que era muy poca y la mayoría era la que usaba cuando tenía dieciocho, pero no le incomodaban, la mayoría eran camisetas simples con pantalones. Pero ahora Jimin le estaba comprando no solo ropa, sino trajes elegantes que saldrían una fortuna que al parecer ni siquiera le dolía gastar.
Jeongguk jamás podría verse tan tranquilo sabiendo que en su mano se irá demasiado dinero, y eran estas situaciones en las que se sentía completamente distinto a Jimin, tan fuera de lugar. Ambos venían de mundos completamente opuestos, Jimin nunca supo lo que era morir de hambre y Jeongguk jamás tuvo un buen plato de comida servido en la mesa.
—Jimin... —Jeongguk dijo, pero Jimin le detuvo de inmediato.
—No, esto quiero comprártelo. También iremos a otras tiendas para ver ropa más casual porque ya necesitas nueva ropa, ni siquiera te pago un sueldo por hacer de "niñero" así que permíteme comprarte estas cosas. —dijo, usando un tono firme de "esto no está en discusión".
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𝐉𝐀𝐈𝐋 •*ᵎ Ggukmin
Fanfic*•.* ↳ Jeongguk es un exconvicto y Jimin el padre adoptivo de su hijo. Jeongguk nunca lo tuvo fácil, menos siendo padre soltero. Pero cuando cometió un error y tuvo que pagar por ello, su vida se derrumbó. La cárcel fue su destino y dejar a su hijo...