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Jimin terminó de arreglar su camiseta y se giró hacia Jeongguk, quien le miraba expectante. Sonrió por ello, sintiendo el rubor en sus mejillas al ser el completo centro de atención de Jeongguk.

Con un suspiro caminó hasta quedar frente a él, entonces se subió a horcajadas sobre sus muslos y envolvió sus brazos sobre sus hombros.

—Mi madre no ha dejado de mensajearme. —Jimin susurró.

Luego de aquel lunes Jeongguk había estado preguntando por el tema, Jimin se decidió a contarle todo y se sintió tan bien cuando Jeongguk le abrazó y le aseguró que no enfrentaría esta situación solo. Fue reconfortante saber que tenía a alguien a su lado, pero no podía evitar desanimarse al saber que quien le había declarado la guerra era su propia madre, la mujer que lo crió. Seguía sin entenderlo, cómo ella no podía ponerse en su lugar, cómo podía estar del lado de Chanyeol, un capullo, cínico que se dejaba arrastrar por el dinero. Era un mezquino, y para estas alturas Jimin comenzaba a pensar que su madre no era muy distinta a él.

Jeongguk acarició su cintura y le besó la mandíbula, —Que se joda tu madre, Jimin. Sé que sigue siendo tu madre, pero no es una buena mujer y te lastima, y no sabes las ganas que tengo de romper mandíbulas por verte de esa manera.

—Por supuesto no harás nada, no quiero que te metas en problemas y mucho menos con mi madre. Ella... conoce muchas personas, es una mujer de contactos así que quiero que te mantengas fuera de esto, ¿Bien?

Jeongguk guardó silencio pero finalmente asintió sin decir ni una sola palabra. Jimin podía ver en su mirada la preocupación pura, desbordante y sincera, pero no iba a soportar que Jeongguk se metiera en problemas por culpa suya. A estas alturas, él y Dakho eran su vida completa, y perderlo iba a ser un golpe del cual no se podría recuperar, y sabía lo bajo que podría llegar a caer su madre así que prefería dejar a Jeongguk fuera de eso.

—Vale, no haré nada. —Jeongguk susurró y metió sus manos bajo la camiseta de Jimin para acariciar cada centímetro de su espalda. — Pero, y voy en serio, Jimin, si Chanyeol te hace algo, la mierda que sea, yo iré tras él. Y yo no soy un tipo de negocios, eso lo sabes muy bien, lo mío es patear culos y romper huesos.

Jimin asintió, sintiéndose un poco culpable al haber dejado que su pecho se calentara de emoción tras escuchar aquello. Sabía que estaba mal, la violencia era lo último que necesitaba en su vida, pero saber que tenía un hombre capaz de mover cielo y tierra por él... Mierda, se sentía tan bien.

Entonces aquel sentimiento le atravesó tan fuerte que casi suspiró por ello. Y tuvo que tocar la cara de Jeongguk para saber si era real, y sí que lo era, aquel fornido hombre de cabello negro largo y tatuado, amante de Ironman y un excelente padre, un tierno de primera y un hijo de puta cuando quería. Era completamente real, y suyo.

Y Jimin casi gritó al mundo que lo amaba.

Se rio por los nervios y se levantó de encima de Jeongguk, —Mejor ya vamos o llegaremos tarde. —dijo cuando sintió su cuerpo caliente por la vergüenza.

Jeongguk asintió y antes de salir de la habitación tomó la cintura de Jimin y le besó los labios, lamiendo su labio inferior y mordiéndolo con suavidad antes de dejarlo ir.

—Te ves jodidamente caliente.

Jimin sonrió, —Tengo muchas ganas de desvestirte ahora mismo, Gguk. Pero vamos tarde.

Este bufó, —Ahora mismo quiero patearles el culo a Ho y Yoon. —Susurró y volvió a besar los labios de Jimin. — Vamos ya o te arrastraré a la cama y no te dejaré libre en toda la noche.

—Eso me gustaría mucho.

Jeongguk sonrió ladino, — ¿Hasta qué hora tu amigo cuidará de Dakho?

𝐉𝐀𝐈𝐋 •*ᵎ GgukminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora