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— Jeongguk, pero que galán. —silbó Yoongi cuando terminó de oír el relato de Jeongguk.

Este rodó los ojos, esperando algún comentario de esa índole cuando quiso contarles a sus amigos que había sucedido la noche anterior para llegar tan tarde de la actividad de su hijo.

Hoseok resopló, — ¿Podemos concentrarnos en lo importante? Le has dicho a Jimin que harás una rica cena para él. —Jeongguk asintió, mordiendo el interior de su mejilla. — ¿Y cómo planeas hacerlo si tu definición de rico ha de ser una mierda en lo que respecta la gastronomía?

Jeongguk sonrió hacia él, porque cuando dijo lo de la cena en casa de Jimin, no paró de llamarse idiota por sugerir algo en lo que no era el mejor. Pero entonces recordó a alguien que sí lo era, alguien que estaba parado a solo metros de él con los brazos cruzados y una ceja alzada.

—No. —Yoongi respondió cuando notó su expresión.

—Oh vamos, Yoon. Hazlo por tu querido amigo que se está reincorporando en la sociedad y no tiene una puta idea de nada. —y de cierta forma, Jeongguk no estaba mintiendo.

Yoongi suspiró, — ¿Quieres que le prepare una cena?

Negó, —Que me enseñes a hacerla.

Bien, eso tenía más sentido. La verdad era que Jeongguk quería aprender hasta lo más mínimo, porque ahora cuidaría de Dakho. Dios, aún no podía terminar de creerlo.

A partir de esta noche despertaría en otra casa, en el mismo techo que su hijo y Jimin.

Jimin.

Definitivamente eso sería un desafío. Jeongguk podía imaginarse por las noches poniendo todo de sí para no colarse en la habitación de Jimin y joderlo contra su colchón. Pero él realmente intentaría no estropearlo, porque su prioridad era Dakho, y no haría nada que arruinara su relación con su hijo.

Yoongi sobó su cuello mientras Hoseok llegaba a él y masajeaba sus hombros, —mi amor, ¿En serio quieres que Jeongguk le cocine su definición de rico cuando tú eres uno de los mejores chefs que conozco?

Jeongguk sabía que había ganado, con Hoseok de su lado sería mucho más sencillo. Él realmente necesitaba la ayuda, y ninguno de los dos mentía cuando halagaban a Yoongi con respecto a sus cualidades culinarias. Yoongi mantenía un pequeño restaurante en la ciudad, algo realmente sencillo pero extremadamente exquisito, no había una persona en el mundo que cocinara mejor que Yoongi.

El único motivo por el que su restaurante seguía siendo pequeño y poco conocido era por la falta de dinero, pero eso no quitaba que su comida era tan espectacular que Jeongguk aún no se creía que su amigo cocinara tan bien.

— ¿En serio estás en esto, hoba? Eres mi pareja, debes apoyarme a mí. —susurró Yoongi, suspirando antes de poner sus ojos en Jeongguk. — Te enseñaré algunos platos de mucho renombre, y tú sabrás cuándo usarlos a tu favor. Hoy le cocinarás Lasaña a la boloñesa junto a un Panna Cotta, ambos son de Italia y no son complicados de hacer, pero es muy sabroso para el paladar. Y si notas que algo no está bien debes llamarme para ayudarte a arreglarlo, no quiero que Jimin te pateé el trasero.

Jeongguk asintió a cada una de sus palabras. Yoongi era muy serio con respecto a la cocina, incluso parecía otra persona completamente distinta.

Hoseok sonrió y besó su mejilla, —Los dejaré, debo ir a revisar unos exámenes.

Yoongi acunó su mejilla antes de tomar su mentón y besarle los labios. Jeongguk aguardó en silencio, deseando aquello, esa simplicidad, lo doméstico de cada acción. Él quería besar a Jimin cada mañana antes de ir a trabajar, ir a dejar a su hijo a la escuela y luego ir a recogerlo por las tardes, llegar cansado con dolor de espalda y abrazar tan fuerte a Jimin que todo el dolor se iría.

Jeongguk anhelaba una familia.

(...)

—Bien, amiguito. Solo somos tú y yo. —Jeongguk dijo con la sonrisa más adorable que había cruzado su cara. Dakho, quien se hallaba frente a él, sonrió con una sonrisa. — Qué dices, ¿Maratón de Ironman?

Dakho aplaudió con una gran sonrisa y corrió a la sala mientras gritaba "Ironman". Jeongguk suspiró mirando al pequeño desaparecer. Aún no podía creer que estaba en la misma habitación que su hijo, que ahora mismo viviría con él.

Viviría con él, por el amor de Dios.

Y no solo con él, sino también con su sexy padre adoptivo que dentro de tres horas llegaría para su cena. Jeongguk realmente quería ver las películas de Ironman, todas, y poder disfrutarlas con su hijo, pero dentro de  una hora y media debería comenzar a preparar la cena y solo le alcanzarían para ver la primera película, pero no importaba mucho, tendría tiempo con Dakho y lo aprovecharía al máximo.

"Por favor recuerda que dentro de una hora debe ir a dormir, mañana tiene escuela" Le había enviado Jimin a mitad de la película.

Jeongguk sonrió recordando que mañana sería él quien llevaría a Dakho, a su hijo, a la escuela. Y luego lo recogería, es que nada podía ser más perfecto.

—Señor Gguk. —Jeongguk miró a su hijo, dándole toda la atención que Dakho merecía. — Mi appa dijo que ahora vivirá acá, ¿Su corazón late por mi appa Jimin?

Definitivamente este pequeño sabía cómo hacer preguntas que te terminaban por atragantar. Podía ver el brillo en los ojos de Dakho, vio ese anhelo que él tenía, el que ambos compartían. Dakho también quería una familia, la familia que Chanyeol jamás pudo completar. Porque ese no era su jodido lugar, ese lugar era solo de Jeongguk.

Se sentía tan posesivo al respecto, pero no podía evitarlo. Dakho era su hijo, y Jimin... No quería sentirse posesivo con respecto a él, pero tenía esa cosa dentro que le hacía pensar que él sería el único hombre que podría formar parte de esta familia. Esposo de Jimin y padre de Dakho, todo ello se sentía tan correcto.

—Mi appa Jimin es muy bueno, es tierno y siempre sonríe. Él quiere mucho a las personas, ¿Usted lo quiere?

Jeongguk sonrió, —Tu padre es alguien muy fácil de querer. —susurró acariciando la mejilla de Dakho.

— ¿Tiene hijos, señor Gguk?

Su corazón se aceleró, y sintió un nudo en su garganta por la pregunta. Qué demonios se supone que debía decir, Jeongguk estaba seguro que no mentiría. Jamás le mentiría a Dakho.

—Tengo un hermoso hijo. —dijo, y Dakho bajó su mirada hacia sus manos regordetas.

— ¿Y dónde está?

Jeongguk acarició su cabello, —Algún día lo conocerás.

Rápidamente cambió de tema, no podría seguir hablando de ello sin partirse a llorar, y ya se había prometido no volver a llorar frente a su hijo. En cambio, lo abrazó y disfrutó cada minuto hasta que la película terminó, entonces lo llevó a su cuarto y le acarició el cabello de la frente, sintiéndose como el padre que siempre quiso ser para Dakho, el padre que no vendía drogas para llegar a fin de mes, el padre que no pasaba hambre para alimentar a su hijo.

Este era el padre amoroso y comprensivo, el que vivía en un buen vecindario, en una casa espectacular y tenía todo lo que Dakho necesitaba. Pero todo eso era falso, ese no era él, ese era Jimin.

Pero eso no lo desmotivaría, Jeongguk lucharía por ser el mejor padre para Dakho, y el mejor hombre para Jimin. Porque ambos se merecían a un buen hombre, a un buen esposo y padre, a una persona capaz de sostenerlos y cuidarlos.

Y ese lugar solo sería tomado por Jeon Jeongguk.

Le pertenecía, al igual que esas dos hermosas almas que llegaron a su vida a mejorarla.

Así que bajó a la cocina luego de arropar y desearle las buenas noches a Dakho y comenzó con la cena, porque él iría por el corazón de Jimin.

Él iría por el corazón de esta hermosa familia.

Su familia.

𝐉𝐀𝐈𝐋 •*ᵎ GgukminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora