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En realidad Jimin no sabía que pensaba cuando invitó a Jeongguk a casa.

Su plan ideal era conversar con él, conocerlo lo suficiente para acercarlo a Dakho. Pero ahora, mientras entraba a su cocina y sacaba las botellas de cerveza fría, se dio cuenta de una cosa:

Estarían solos.

Jimin había olvidado la última vez que estuvo solo con un hombre tan atractivo como lo era Jeongguk. No es que fuera un adolescente incapaz de contenerse a sí mismo, pero tenía más de un año sin sentir que alguien lo tocara y de pronto tener a un hombre como Jeon Jeongguk a su lado le estaba complicando las cosas.

No pensaría demasiado en ello, no quería hacerse la cabeza con ideas qué tal vez solo eran fantasías absurdas. Tal vez Jeongguk ni siquiera estaba interesado en él, y Jimin por ningún motivo se lanzaría a un hombre que no está interesado, no había llegado a ese extremo de desesperación aún.

La verdad era que no había tenido el tiempo de pensar en ello. La última vez que tuvo un orgasmo fue hace tanto que ni lo recuerda, había dejado de tocarse hace mucho tiempo, cuando su trabajo, su hijo y el divorcio se le antepuso. Su vida sexual salió del mapa, y hasta el momento lo había llevado bien.

Entonces ahora bebería una cerveza con el hombre más caliente que había pisado la tierra mientras su hijo dormía arriba.

—Ten. —le extendió la cerveza a Jeongguk cuando llegó a la sala.

Jeongguk la tomó y agradeció con un asentimiento, — ¿Te apetece si bebemos en el porche?

Jimin asintió y ambos caminaron hacia la puerta, Jimin no esperaba que Jeongguk pusiera su mano sobre su espalda al salir al exterior, pero él realmente lo hizo y eso mandó un séquito de electricidades por todo el cuerpo de Jimin. Jeongguk solo había dejado sus yemas sobre la tela de su camiseta y Jimin ya sentía su piel ardiendo por ello, se sentía enloquecer.

Se sentó en el banco mecedor que tenía en su porche, dejando el espacio que Jeongguk ocupó a su lado. Jimin sintió el choque de sus rodillas, entonces miró hacia ellas y fijó su mirada en los muslos de Jeongguk, tan trabajados, duros y fibrosos.

Se imaginó teniéndolos entre sus piernas, se imaginó saltando encima de ellos, y tuvo que dar una respiración profunda para no despertar a su amiguito que parecía muy entretenido con la situación.

— ¿Cómo es estar en un lugar como la cárcel? —Jimin preguntó, buscando ocupar sus pensamientos en cualquier otra cosa, así como también saber sobre ello. Le interesaba conocer al Jeongguk de la cárcel, saber lo que vivió. Después de todo, ese mismo hombre sería el que cuidaría a su hijo por el resto de su vida.

Jeongguk bebió de su cerveza y la apoyó en su pierna, —Es aterrador, nunca deja de serlo. Aprender a dormir alerta, a comer alegar, vives alerta, en especial si te llevas mal con alguien. No fue tan terrible como a veces lo pintan, al menos no en mi caso ya que mi sección no era la más peligrosa pero si ocurren cosas, ves algunas mierdas que te marcan.

Jimin tragó, jamás podría imaginarse en un lugar como ese. Y Jeongguk al parecer lo notó, con una sonrisa bebió de su cerveza y apuntó a Jimin con ella.

—Tú hubieses sido el tipo más deseado de ahí dentro. No hubieras sobrevivido un solo día, a menos que alguien como Kim te hubiese ayudado... Creo que él hubiese querido follarte, de hecho.

Un sonrojo atravesó a Jimin, había olvidado lo que se sentía cuando alguien le decía algo sucio como eso. Le gustaba la palabrería sucia, saber que alguien se lo follaría le ponía de sobremanera, aunque también dependía de quien se trataba.

— ¿Kim es guapo? —preguntó con la boquilla de su cerveza sobre sus labios.

Jeongguk asintió, —Jodidamente caliente, pero él está comprometido con Wang, y la última vez que Kim se folló a alguien y Wang se enteró... digamos que su condena aumentó.

𝐉𝐀𝐈𝐋 •*ᵎ GgukminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora