Capítulo 62.

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Intentos.

A un mes de vida de Ivanna, el matrimonio Riddle Weasley tomó la decisión de que sería adecuado intentar que Bellatrix reconociera a su hija de una vez por todas, pero al llegar, supieron que había sido una estúpidez. Los gritos de la pelinegra no se hicieron esperar al ver cómo la pareja entraba a su habitación con el bulto en los brazos de Thomas. Explicarle a que iban era inútil, ella ya sabía de qué se trataba, pero se negaba si a acaso ver a esa niña.

Joanne intentó hablar con ella, pero resultó siendo igual de inútil aunque Thomas y la bebé ya no estuvieran allí. Solo les quedaba esperar a que el siguiente mes fuese diferente.

Pero no fue así.

Para Febrero, Joanne decidió entrar primero y tener una charla con ella, la cuál resultó divertida en cierta parte. A pesar de ser una maldita asesina, ella era graciosa y eso Joanne no pensaba negarlo. Pero al momento en que la palabra "bebé" estuvo presente en la conversación, el semblante de la pelinegra cambió.

–Vete.

–Bella, por favor escucha.–rogó Joanne

–Dije que te vayas.

–Bella, es tu hija. Es un niña preciosa, deberías conocerla, en serio.

–¡No quiero!–gritó ella, provocando un respingo en Joanne–¡No me interesa ver a esa mocosa aquí, ni a ti! ¡Ella no es mi hija! ¡Así que lárgate!

Para Marzo, la pareja debatía seriamente en ir o no, siendo la última respuesta la mejor. Lo mejor era darle un respiro, ambos lo sabían. Además, por estar tan preocupados, no habían caído en cuenta de lo sana que estaba creciendo la bebé y de lo preciosa que era. Sus ojos eran oscuros, pero podían expresar mil cosas más que unos claros.

La forma en que sus lindos ojitos brillaban cuando miraba a Thomas, era capaz de provocar mil cosas en Joanne.

Ella realmente nunca había pensado en tener hijos, al menos no en un futuro cercano, pero, ella estaba consciente de que para los inicios de su matrimonio, la tristeza se estaba adueñando de ella y todo había cambiado con la llegada de Ivanna.

Tener un bebé en casa la había alegrado mil veces más, y Joanne sabía que no era la única que se sentía así al respecto. Solo bastaba con ver la cara de Thomas cuando la veía o cuando jugaba con ella. Como se ofrecía voluntariamente a cambiarla, bañarla o alimentarla. Como podía pasar horas jugando con ella y sacándole risas sin cansarse. Él realmente adoraba a esa bebé.

–¿Sabes?–Joanne se quedó en el pasillo cuando lo escuchó hablar con la niña en la habitación–Si tu primera palabra es papá, te juro que seré el hombre más feliz del mundo, más de lo que soy ahora.

La niña emitió un sonido, probablemente acompañado de una sonrisa.

–¿Y sabes por qué?–preguntó–Porque así puedo restregarle a tu mamá que me quieres más a mí que a ella.

Joanne soltó una risa tierna, que esperaba no haber sido escuchada por Thomas, pero si lo había hecho.

–¿Sabes que escuchar conversaciones ajenas es de mala educación?

Ella cerró los ojos con fuerza por un segundo y luego caminó hasta el umbral de la puerta, con el biberón de la bebé en manos y con cara de que nada había pasado.

–¿De que hablas?

–¿Por qué te reíste?

–Por algo.

Amor Arreglado~Tom Riddle FanFictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora