Amor Arreglado~Tom Riddle FanFiction

Capítulo 46.

Novios por elección.

Los días en París eran realmente una maravilla. Aprovechando que no había guerra allí, los chicos salían con frecuencia a alguna cafetería, e incluso a algún bar, aunque solo Thomas, Joanne, Mattheo y Juliet pudieran asistir.

Ahora mismo se encontraban caminando por las calles con algunas bolsas de compras en manos. Blaise era quien había comprado más. El chico era comprador compulsivo, había que admitirlo. Joanne por su parte solo había comprado una cámara muggle y había empezado a tomar fotos de todo lo que le gustaba de la ciudad.

–Amor.–llamó al pelinegro, quien estaba unos metros adelante con su hermano

El pelinegro se volteó y cerró los ojos al sentir el flash de la cámara sobre estos.

–¿Que haces?–preguntó restregándose los ojos

–Le estoy tomando foto a lo que me gusta.–sonrió coqueta

Él sonrió enormemente mientras Draco, Lara y Juliet simulaban arcadas. Las arcadas aumentaron cuando Thomas se acercó y la besó. Realmente Lara y Mattheo no entendían que mierda tenía Joanne como para ablandar a su hermano mayor de esa manera, pero lo había hecho.

–Estamos en público.–se quejó el rubio

La pareja se separó con una sonrisa en el rostro, y ambos empezaron a caminar de la mano por aquella acera.

–Una tienda de regalos.–chilló Lara justo cuando pasaron frente a una y entró

Joanne se soltó del pelinegro y entró detrás de ella. Thomas se negaba a entrar, odiaba las tiendas, así que entró por última vez a la mente de su prometida y le dijo que iría a una plaza con Mattheo, Draco y Juliet, mientras Blaise se unía a ellas en la tienda.

Una vez dentro, y sin los chicos cerca, los tres empezaron a ver la tienda, buscando algo que comprar. A Joanne se le pasó por la mente comprarle algo a Thomas, pero no sabía que. Él lo tenía todo ¿Qué le podrías regalar a alguien rico?

–Te compras lencería y te lo follas.–le dijo Blaise–Regalazo.

Ella lo pensó, era una buena idea, y probablemente lo haría, pero quería darle algo más.

Su vista a posó en el mostrador donde estaba uno de los chicos de la tienda mirándola. En la parte de abajo habían un sin fin de diarios y libretas, allí recordó lo que Tom le había contado que su padre había quemado su libro en el que escribía. Sentía que podía ser un gran regalo aparte de la lencería, y decidió que lo compraría.

Se acercó al chico, quien le dio una sonrisa y le habló en francés. Allí cayó en cuenta que estaba jodida. Ella no sabía francés.

Su linda cuñada salió en su rescate y miró al chico, lo saludó y señaló una de las libretas, eran de cuero y completamente lisas.

La pelirroja no tenía ni idea de que ella podía hablar francés, pero agradeció que pudiera hacerlo.

El chico le dijo algo que parecía ser el precio y luego sacó el diario. Joanne lo tomó en sus manos y sonrió, probablemente Thomas lo amaría.

El chico habló de nuevo y ella no lo miró hasta que Lara le hizo la traducción.

–Dice que aquí en París hay muchos escritores y si quieres, él puede grabarle tu nombre.

–Dile que no es para mí.

Lara asintió y se lo dijo, a los segundos él respondió y Lara volvió a hablarle a la pelirroja.