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El día fue agotador.

Betty solo podía pensar en como iba a esconder sus biberones y chupetes de alguien que trabajaba en servicios sociales.

Se acostó con su peluche de oso panda y un chupete celeste en la boca para caer completamente dormida.

A la mañana siguiente, se levantó, se vistió y guardo sus cosas en la mochila para volver a acostarse a esperar.

Luego de un rato,la puerta sonó.

La abrió, y vio a Gladys acompañada por un chico que llevaba auriculares y miraba su celular.

-Hola -dijo Betty en un tono bajo-

-Hola, Betty. Él es- Jughead, la música.

Él rodo los ojos y se quitó los auriculares.

Levantó la vista y miró a la rubia.

-Él es Jughead, Jughead, ella es Betty. Vamos, te ayudaremos con tus cosas.

Ellos tomaron las bolsas con cosas de la rubia y subieron al auto negro.

-¿Tu mochila pesa?

-No -dijo abrazando su mochila rosa- yo la llevo.

Gladys asintió con una pequeña risa y condujo hasta su casa.

Entraron, y todos llevaron las cosas de la rubia al cuarto de invitados.

-¿Es para mí?

-Sí. ¿Te gusta?

-Lo amo -sonrió-

-Muy bien, te dejaremos que te instales. Debo ir a trabajar, pero Jughead estará aquí todo el día si necesitas algo.

-Ok -dijo en una sonrisa-

-Adiós.

Ella se fue y Jughead entró a la habitación.

-¿En serio te gusta?

La rubia asintió.

-Es muy rosa -dijo el ojiazul-

-Me gusta el rosa -comentó tímidamente-

-¿Te gusta leer? -dijo señalando el libro que Betty sacaba de su mochila-

-Si.

-¿De que es ese?

-Es estúpido.

-Dime.

Ella caminó hacia él y se sentó con el libro en sus manos.

-Mi mamá lo hizo para mí cuando era pequeña. Es un libro con los mejores cuentos para dormir.

Él sonrió.

-Eso es muy tierno.

Ella asintió.

-Lo amo.

Jughead sonrió.

-¿Puedo oir uno?

Ella negó.

-Me da vergüenza -murmuró-

-¿Puedo leerlo?

-Está bien -dijo dándole el libro-

-¿Quieres escucharlo?

Ella asintió.

-Muy bien. El conejo que no se dormía. Érase un conejo que no se dormía, de noche esperaba que llegara el día, su abuela coneja le cantaba y le decía, conejito, es hora de ir a dormir. Esto es muy tierno.

Betty rió y se lo quitó.

-Basta, vas a pensar que soy una idiota.

-Oye, no digas eso.

Betty sonrió y se paró para seguir sacando sus cosas.

-¿Qué hay en la caja? -dijo Jughead-

-Solo anillos y esas cosas.

-Oh. ¿Y en esa?

-Basta.

-Lo siento.

-¿Sabes? Solo me quedaré aquí por una semana,no quiero que pienses que esto es a largo plazo.

-Claro. Una semana.

Little BettsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora