Little Betts

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-Betty ¿estás bien? -su abuelo preguntó, acariciando su cabello-

-Sí, no te preocupes.

-¿Segura?

-Sí.

Él suspiró y besó su mejilla.

-No me siento muy bien ¿puedes llamar a tu mamá?

-No quiero, quiero yo quedarme contigo.

-Lo se, mi amor, pero ella me dijo que le avise si me sentía mal, ve por tu madre.

Betty bufó y salió del cuarto.

-Mamá, el abuelo...¿qué hace él aquí?

-¿Que le pasa a tu abuelo? -dijo Gladys-

-No se siente bien.

La mayor entro junto a su madre y Betty miro a Jughead, Archie y Blake y el pelinegro de ojos azules la miró a ella.

-¿Qué?

-¿Qué hacen ellos aquí?

-Son mis amigos.

-Bien -dijo y se sentó- diviértete.

Jughead rodó los ojos y otro chico llegó con una lata de pepsi en la mano.

-Betts.

-Reg,viniste.

-Sí...¿estás bien?

-Mas o menos.

-¿Quieres hablar sobre eso?

-¿En serio, Reggie? -dijo Jughead-

-Jughead, lo siento, pero sabes como es esto.

-Sí, veo como es.

-No hagas eso de que tengo que elegir, porque elegiré a quien más me necesite, y sabes quien es.

-Púdrete, Reggie.

Betty se paró detrás de él y apretó la tela de su camiseta azul.

-Caíste bajo. Lo hiciste cuando lo invitaste a él -dijo señalando a Blake con la mirada- vamos, pequeña.

Betty tomó su mano y se alejaron.

-No pelees,porfi,no quiero más peleas, solo quiero que Juggie se disculpe y me de un abrazo enorme.

Él besó su frente y la abrazó.

-Lo se, Betts. Él me dijo lo que pasó. Lamento que hayan hecho eso. Pero no los entiendo a ellos, Riff ni siquiera me habla desde hace días,y no se por qué.

-Los quiero matar a los dos.

-Yo igual. Pero quiero abrazarlos antes.

-Yo igual.

Ella se acomodó en sus brazos y Jughead apareció por el pasillo.

-Que lindo. ¿Me dejas hablar con mi novia?

Reggie se paró y se fue, y Jughead se sentó junto a Betty.

-Lo siento si te hice sentir mal.

-Eso no es una disculpa.

-No es mi culpa que tu amiguito no deje de aparecer cuando estamos bien y empeore todo, siempre te arrebata de mis brazos.

-No soy un perro.

-Y yo no soy un idiota, vi como lo miras.

-¿Cómo lo miro, Jughead?

-Con esa mirada que me dabas a mi cuando llegaste a casa. Se que sabes de lo que hablo.

-No tengo ni idea.

-Eso que haces, pones los ojitos para arriba y mueves los dedos como si te estuvieras conteniendo de saltar.

-¡Así miro a todos! ¡Mido 1,65!

- No se trata de eso. Se trata sobre que yo pensaba que era especial para tí, y es mirada, esa forma de hablar con la que me hablaba cuando nos conocimos, ahora si le hablas a él, así lo miras.

-¡No! ¡Porque él no eres tú! Jughead, si te disculpas, yo te perdonaré, pero no quiero que solo intentes cambiar todo el motivo de esta pelea.

-Bien ¿sabes qué?

-¿Qué?

- Quizá es mejor que no hablemos.

-Sí, quizá si.