52

644 81 8
                                    

-Eso es -susurró Jughead acostando a Betty en su cama- a dormir, pequeñita.

-Papi -murmuró- papi.

-Papi se va a su camita, Canela te cuida.

-Papi.

Ella lo miraba con los ojos cansados entre las mantas rosas y grises, mientras se metía el dedo pulgar en la boca.

-Ya -dijo acostándose a su lado- no chupes tu dedito, te hace mal a los dientes, para algo tienes una caja de chupetes.

-Chupete -dijo limpiando su dedo en la camiseta de Jughead-

Él tomó un chupete rosa de la mesa de noche y lo puso en la boca de la menor.

-Eso es, mucho mejor.

Ella asintió y lo abrazó para cerrar los ojos.

-Buenas noches, mi pequeñita. Descansa.

Ella se durmió rapidamente, y Jughead igual. Pero eran las siete a.m cuando oyó un ruido que lo hizo despertar, Betty estaba sentada en el suelo de la habitación, jugando con su auto de barbies.

-Princesa, vuelve a la cama, no dormiste nada.

Ella negó mordiendo su chupete mientras se tallaba un ojo.

Él se levantó, la tomó en sus brazos y se acostó poniendola encima suyo mientras ella lloraba.

-Ya, mi bebé. Es hora de dormir, no hora de jugar. Papi duerme contigo para que descanses, hazme caso. Cierra esos hermosos ojitos, y descansa.

Ella lo abrazó calmandose.

-Eso es, vamos a soñar cosas muy bonitas. Florcitas, besitos, unicornios, barbies, arcoiris, dulces, hadas...cosas felices.

Betty cerró sus ojos y Jughead suspiró.

-Muy bien, amor -susurró- tranquila. Papi está aquí. Papi duerme aquí contigo.

Ahora sí, ella se durmió completamente, y Jughead lo hizo un rato después.

Las horas pasaron y él desperto, para abrazar de nuevo a Betty y cerrar los ojos, pero volteó al ver a su madre en la puerta.

-Hola mamá.

-Hola, cariño. ¿La cuidaste?

-La cuido siempre.

-No tengo dudas. ¿Te cuidaste?

Él asintió.

-¿Ya me perdonaste por mentirte?

-Sí, ya está.

Ella se acostó a su lado y lo abrazó.

-Mi bebé.

-Te amo, mamá.

-Yo a tí.

Gladys besó su mejilla y Betty abrió los ojos, los miró y volvió a cerrarlos apegandose a Jughead.

-¿Tienes hambre? -murmuró él, acariciando su espalda-

Ella negó en un quejido y formó un puchero en sus labios tapandose los ojos.

-¿Te molesta el sol?

Betty asintió, y él la abrazó más cerca de su pecho, acariciando su cabello.

-Mami -dijo con un puchero, con la voz cansada- mami.

-Estoy aquí, cariño.

-Mami, duele.

-¿Que te duele, mi amor?

-La cabeza.

-Tranquila, es normal, cariño, no dormiste nada.

-Si duermes un ratito más, no va a doler tanto.

-Quiero mimitos de noni -dijo abrazando a Jughead-

Él la tomó y la puso sobre él aun con Betty abrazando a su osito.

-¿Que son mimitos de noni? -murmuró Gladys-

-Mamá, es obvio. Mimitos para dormir.

-¿Y yo como voy a saber?

Él rió y besó la frente de Betty con delicadeza.

-Descansa.

Little BettsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora