-Eso es -susurró Jughead acostando a Betty en su cama- a dormir, pequeñita.
-Papi -murmuró- papi.
-Papi se va a su camita, Canela te cuida.
-Papi.
Ella lo miraba con los ojos cansados entre las mantas rosas y grises, mientras se metía el dedo pulgar en la boca.
-Ya -dijo acostándose a su lado- no chupes tu dedito, te hace mal a los dientes, para algo tienes una caja de chupetes.
-Chupete -dijo limpiando su dedo en la camiseta de Jughead-
Él tomó un chupete rosa de la mesa de noche y lo puso en la boca de la menor.
-Eso es, mucho mejor.
Ella asintió y lo abrazó para cerrar los ojos.
-Buenas noches, mi pequeñita. Descansa.
Ella se durmió rapidamente, y Jughead igual. Pero eran las siete a.m cuando oyó un ruido que lo hizo despertar, Betty estaba sentada en el suelo de la habitación, jugando con su auto de barbies.
-Princesa, vuelve a la cama, no dormiste nada.
Ella negó mordiendo su chupete mientras se tallaba un ojo.
Él se levantó, la tomó en sus brazos y se acostó poniendola encima suyo mientras ella lloraba.
-Ya, mi bebé. Es hora de dormir, no hora de jugar. Papi duerme contigo para que descanses, hazme caso. Cierra esos hermosos ojitos, y descansa.
Ella lo abrazó calmandose.
-Eso es, vamos a soñar cosas muy bonitas. Florcitas, besitos, unicornios, barbies, arcoiris, dulces, hadas...cosas felices.
Betty cerró sus ojos y Jughead suspiró.
-Muy bien, amor -susurró- tranquila. Papi está aquí. Papi duerme aquí contigo.
Ahora sí, ella se durmió completamente, y Jughead lo hizo un rato después.
Las horas pasaron y él desperto, para abrazar de nuevo a Betty y cerrar los ojos, pero volteó al ver a su madre en la puerta.
-Hola mamá.
-Hola, cariño. ¿La cuidaste?
-La cuido siempre.
-No tengo dudas. ¿Te cuidaste?
Él asintió.
-¿Ya me perdonaste por mentirte?
-Sí, ya está.
Ella se acostó a su lado y lo abrazó.
-Mi bebé.
-Te amo, mamá.
-Yo a tí.
Gladys besó su mejilla y Betty abrió los ojos, los miró y volvió a cerrarlos apegandose a Jughead.
-¿Tienes hambre? -murmuró él, acariciando su espalda-
Ella negó en un quejido y formó un puchero en sus labios tapandose los ojos.
-¿Te molesta el sol?
Betty asintió, y él la abrazó más cerca de su pecho, acariciando su cabello.
-Mami -dijo con un puchero, con la voz cansada- mami.
-Estoy aquí, cariño.
-Mami, duele.
-¿Que te duele, mi amor?
-La cabeza.
-Tranquila, es normal, cariño, no dormiste nada.
-Si duermes un ratito más, no va a doler tanto.
-Quiero mimitos de noni -dijo abrazando a Jughead-
Él la tomó y la puso sobre él aun con Betty abrazando a su osito.
-¿Que son mimitos de noni? -murmuró Gladys-
-Mamá, es obvio. Mimitos para dormir.
-¿Y yo como voy a saber?
Él rió y besó la frente de Betty con delicadeza.
-Descansa.
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Little Betts
RomanceBetty se escapó de su casa a los doce años debido a su padre abusivo, y desde entonces, vive en una habitación de hotel con el dinero de su tía y su madre, quienes viven al otro lado del país. En ningun momento pensó que todo eso estaba a punto de c...