-Mi pequeñita -dijo Jughead lanzando a Betty a la cama mientras ella reia- tienes que ponerte el pijama, es tarde.
-¡No! -dijo riendo- quiero dulces.
-Ahora no es hora de dulces, es hora de dormir.
Ella cruzó los brazos y él acarició su mejilla.
-Papi duerme contigo ¿quieres?
-¿Y me cuentas un cuento?
-Es tarde, no... está bien, te cuento un cuento si prometes dormirte luego.
-Lo prometo -sonrió-
Betty corrió al armario, se puso su pijama y se acomodó entre las sabanas abrazando su osito de peluche.
-¿Que te parece...el osito que no podía dormir?
Ella negó.
-¿Mary el hada mentirosa?
-No.
Él suspiró.
-¿La bella y la bestia?
-Sí -dijo sonriente-
Jughead se sentó en la cama y besó la frente de la menor.
Al acabar de leer, se acostó junto a Betty, y la abrazó.
Minutos después, Gladys entró a la habitación.
-Mi amor, a tu cama.
-Déjame -bufó- quiero estar con ella.
-No, tienen escuela mañana y siempre se quedan durmiendo hasta tarde.
-Que mala eres.
-Sí, ve a tu cama.
-No. -dijo abrazando a la más pequeña-
-Forsythe. No hagas que me enoje.
-Mamá, porfa. Solo hoy.
Ella suspiró.
-No.
-Pero-
-No.
-Y si-
-No.
-Lavaré los platos todo el mes.
-Aún sigue siendo no.
-Pasaré la aspiradora en el sofá.
-Jughead, ve a tu cama.
-Bien -bufó-
Se paró y tomó a la rubia, su madre respiró profundo mientras Betty despertaba.
-¿A donde vamos? -preguntó-
-Vamos a mi cama -dijo acariciando su mejilla- mami quiere que duerma allá.
-Forsythe, baja a Betty, la dejas en su cama, y te vas.
-Yo quiero a Juggie aquí -agregó Betty con un puchero-
-Ahora no.
La rubia chilló en un fuerte grito y rompió en llanto.
-¡Mala!
-Malísima, Jughead, a tu cuarto.
El se fue arrastrando los pies, y su madre cruzó los brazos.
-Basta.
-No quiero dormir sola.
- Juggie debe dormir solo en su cama.
- Yo quiero aquí.
- Bueno, Canela duerme contigo.
- Yo quiero Juggie.
- No se puede.
Betty lloro más fuerte y Gladys besó su frente.
-¿Quieres que me quede?
- Porfi.
- Está bien, me quedaré aquí.
La rubia la abrazó, y cerró los ojos dejando de llorar.
- Buenas noches, mi amor.
- No, malas. Porque yo quería a Juggie.
- Malas noches -susurro Gladys y besó su frente- sueña con los angelitos.
A la mañana siguiente, Betty y Jughead se estaban dirigiendo a la escuela, cuando una motocicleta se detuvo a su lado.
-Hola -dijo Riff quitandose el casco negro y dandole una sonrisa a la rubia- ¿Van a la escuela tan temprano?
-Jughead tiene práctica, aunque no debería ir.
-Betty, estoy bien.
-Me alegra que estés bien -dijo y volvió a encender la moto- ¿y tu que harás, Betts?
-Ver.
Él rió.
-Te veo alla.
Ella le dio una sonrisa y Jughead la tomo de la mano.
Riff se fue y el pelinegro suspiró.
-No quiero ser mamá, pero no te quiero en esa motocicleta y menos con él.
-¿Por? Tiene una licencia, y conduce bien.
-Si, pero tu eres inocente y él solo quiere una cosa.
-Ya hablamos sobre esto.
-Aja, y la forma en que te vio solo confirma mi sospecha.
-Y la mía; eres un celoso y desconfiado -dijo cruzando los brazos- Riff es mi amigo, deja de ser así.
-Cuando pase lo que digo, te acordaras y sabrás que tengo razón.
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Little Betts
RomanceBetty se escapó de su casa a los doce años debido a su padre abusivo, y desde entonces, vive en una habitación de hotel con el dinero de su tía y su madre, quienes viven al otro lado del país. En ningun momento pensó que todo eso estaba a punto de c...