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-Juggie -dijo Betty mientras el ojiazul la abrazaba recostandose en su pecho-

-¿Si, amorcito?

-¿Que pasa cuando tenga que irme?

-No iras a ningun lado, te qurdarás aquí, conmigo.

-Yo tambien espero eso, pero ¿y si no pasa?

-Estaremos bien -murmuró- jamás dejaré de estar a tu lado. Prometí que te cuidaría aunque algo feo pase.

-Te quiero, Juggie.

-Yo a ti, mi amor.

Él se sentó y bebió un sorbo de energizante de una lata mientras ella lo miraba.

-Juggie ¿eres mi novio?

Él puso una mano en su pecho y toció atragantadose.

-¿Qué?

-No importa si no lo eres, quiero saber.

El pelinegro rió y besó su mejilla.

-¿Quieres eso?

-Si -sonrió-

-Ahí está tu respuesta, princesa.

Ella lo abrazó y él sonrió.

-Eres hermosa ¿sabías?

-No -dijo abrazandolo- tu.

Jughead rió y la lanzó a la cama para hacerle cosquillas.

-Pequeña hermosa.

-¡Juggie hermoso!

Betty lo tomó del cuello de su camiseta y lo acerco para besar sus labios.

-Te quiero, Jug.

Él besó su frente y se acostó a su lado.

-Yo te quiero más, rubia. ¿Almorzamos?

-Pero hay que esperar a mamá-dijo con decepción-

-No, ella no vendrá a almorzar. Y es mi mamá.

Betty rió y se volteó dandole la espalda.

-Tonto.

Jughead rió la abrazó.

-Este tonto te dará nuggets asi que levantate, princesa.

-¡Nuggets!

-Si amorcito, pero solo para las princesas que se bañaron.

Ella bajó la mirada.

-Ve a bañarte mientras preparo los nuggets ¿si?

-Quiero de dinosaurios -dijo tallandose un ojo-

-Solo nos quedan de Mickey.

-Este es el peor dia de todos.

Jugheae rió y besó su frente dandole un toallón azul.

-Es azul.

-Si.

-Yo quiero el rosa.

-Betty, ve a bañarte.

Ella bufó y entró al baño.

Jughead y Betty jugaban en el sofá cuando Gladys entró, y vio a Jughead levantando a Betty con sus pies en el abdomen de la rubia y tomando sus dos manos mientras ella reía.

-Juggie abajo -dijo moviendo sus manos-

Él la bajó y Jughead sonrió y la abrazó.

-Otra vez.

-Esa fue la vez numero cinco, basta.

-Que malo.

-¿Si? -dijo acariciando su cabello- Que malo que soy, primero te hago tu comida favorita y luego juego contigo toda la tarde. Soy un mounstro.

Ella rió y se acercó para dejar un besito en su nariz.

-Deja de ser tan linda ¿si?

-No -sonrió-

-Ya llegué -dijo Gladys, quien los miraba apoyada en el marco de la puerta-

Los dos se exaltaron y la miraron.

-Hola mamá -dijo Jughead- volviste temprano.

-Sí, tengo algunas noticias.

-¿Buenas o malas?

-Las dos.

-Dinos las buenas primero.

-Conseguí un arreglo para poder adoptar a Betty.

-¡Genial! -dijo Jughead- ¿Cuál es?

-Esas son las malas.

-¿Qué? -dijo Betty confundida-

-Debes pasar una semana con tu mamá. En su casa.

-¿Con mi padre?

-Ellos no saben que el está ahí, y se los dije, pero no tengo pruebas. Y Betty, di tu vas, apenas veas a tu papá, me llamas, porque si logro que la policia se lo lleve, no lo veremos nunca mas.

La rubia asintió con los ojos cristalizados.

-No quiero ir. Por favor no me hagas ir.

-Lo se, mi amor -dijo acercandose a ella- es duro.

Betty rompió en llanto abrazando sus rodillas y Gladys la abrazó.

-Ya, tranquila, estoy aquí, no pasa nada.

-Estaré lejos y mi papá me hará cosas feas.

-Escucha, lo pensé mucho. Lo único que nos dejaron hacer es acompañarte hasta allá. debemos estar lejos de donde tu te estes quedando. Pero podemos estar alla durante la semana, nos quedaremos en un hotel, y si hay que sacarte de esa casa, te sacaremos, cariño.

-¿Osea que yo tambien voy?

-Lo estoy pensando. No te emociones.

-Esta bien -dijo Betty rápidamente- iré, pero no creo que pase mucho tiempo en esa casa.

-Cariño -dijo la mayor tomando su mano- haz tu mejor esfuerzo. Pero si no puedes, encontraré a alguien para que firme los papeles conmigo.

Little BettsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora