Betty se encontraba acostada en los brazos de Jughead, en su habitación de hotel, mientras Gladys hablaba con la policía en la puerta.
-P-papi, no puedo respirar.
-Oye, no pasa nada. Estoy aquí, tranquila.
-S-siento como si la habitación se hiciera pequeñita -dijo en un hilo de voz- n-no puedo respirar.
-Tranquila, mi pequeña, mira -dijo tomando un reloj de su mamá- ¿de que color es esto?
-N-no puedo.
-Si que puedes, respira, ven, toma mi mano.
Ella agarró la mano del ojiazul y él besó su mejilla.
-Dime ¿de que color es?
-N-negro.
-Si, es negro, muy bien. ¿Que números tiene?
-M-muchos.
Ella sollozó acercandose más a él y Jughead la abrazó y acarició su espalda.
-Tiene doce. -susurró- ¿puedes contar hasta doce?
-No -dijo con la voz débil-
-Vamos, papi te ayuda.
-Uno...
-Dos...
-Tres...
-Cuatro...
-Cinco...
-Lo estás haciendo genial, princesa ¿cual sigue?
-S-seis.
-Muy bien, continúa.
-Siete, ocho, nueve, diez, once, doce.
La respiración de la rubia se calmo por completo, y sus ojos se cerraron cuando ella suspiró.
-Muy bien, amorcito. Eres muy inteligente.
-Soy estúpida.
-Oye, no digas eso.
-Si, porque mi papá-
-Tu papá es el verdadero estúpido.
-Si yo no fuera estúpida, me habría defendido.
-Amor, el tiene el triple de tu edad y fuerza, no es tu culpa.
-Juggie, estoy cansada de ser pequeña, quiero ser grande -dijo en un hilo de voz- pero no puedo.
-Lo se, amorcito. Pero ser pequeñita es bueno. Si fueras grande, tendrías otras cosas por las que preocuparte.
-Pero no sería estúpida.
-Vuelve a decirle estúpida a mi bebé y te las verás conmigo.
Ella rió y lo miró.
-Estúpida.
El la lanzó a la cama y comenzó a hacerle cosquillas mientras ella reía a carcajadas. Cuando se detuvo, Betty lo abrazó, acariciando su espalda, mientras él estaba encima suyo.
-Te amo -susurró la rubia-
-Yo a ti.
-Sin ti estaría muerta.
-Sin ti estaría perdido.
-Sin ustedes ceno si no se apuran, Betty debe cambiarse y tú debes darte una ducha porque apestas, Jug.
-Oye,no es cierto.
-No apestas -dijo Betty- solo hueles raro.
Él rodó los ojos y entró al baño.
Gladys se sentó frente a Betty y tomó sus manos.
-Te amaré sin importar que pase. ¿Sí?
Betty asintió y la abrazó.
-Yo también.
-No mereces todo lo que te pasó. Desearía que fueras feliz desde el momento en el que naciste.
-Yo no -murmuró- si lo fuera, no tendría una familia genial.
Los ojos de la más grande se cristalizaron.
-Eres una chica increible. Siempre desee tener una hija, y cada día me haces más feliz. Solo...sigue siendo tu misma,sin importar a quien no le gusta.
Un gran silencio invadió la habitación,y Gladys miró a la menor.
-¿Qué?
-Jamás nadie me había dicho algo así. -dijo en un hilo de voz- Gracias.
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Little Betts
RomanceBetty se escapó de su casa a los doce años debido a su padre abusivo, y desde entonces, vive en una habitación de hotel con el dinero de su tía y su madre, quienes viven al otro lado del país. En ningun momento pensó que todo eso estaba a punto de c...